El Espanyol se agarra a Primera

Sin embargo, como suele responder la vida ante las ocasiones desperdiciadas, el primer golpe lo asestó el Atlético de Madrid a los 20 minutos de partido. Fue esta nueva versión de Saúl, que tiene trazas de aquel jugador que un día fue, quien hizo bueno un bonito pase de Hermoso para cruzar la pelota a Pacheco en el mano a mano. El gol, a su manera, fue bien encajado por un RCDE con demasiadas mellas en sus gradas; porque su equipo provocaba que la esperanza volviera a brotar en el ambiente barcelonés con un vendaval de disparos sobra la meta atlética. Pero una vez más, Joselu, en varios remates al primer toque, y Puado, en un remate de cabeza a bocajarro, cruzaron sus caminos con el suplente de Oblak.

El Espanyol seguía remando a contracorriente bajo las órdenes de Denis Suárez y el persuasivo Darder, quien es el alma de este necesitado equipo, pero la claridad en los metros finales brillaban por su ausencia. Y, claro, en este caldo de cultivo, el Atlético profundizó la herida perica. En la orilla del descanso, Griezmann duplicó la ventaja en un disparo que repelió Pacheco, aunque el VAR decidió que el balón había cruzado la línea de gol. Muy poco después, en la primera jugada a la vuelta de vestuarios, Carrasco sellaba la aparente goleada y causaba el silencio absoluto en Cornellà, que comenzaba a asumir el desastre.

El fútbol pareció acabarse en el 0-3, pero en uno de los mil saques de esquina que lanzó el Espanyol, el mexicano Montes les devolvió a la vida. Aunque fue en el penalti provocado por Puado, cometido torpemente por Grbic y anotado con contundencia por Joselu, cuando los de blanco y azul creyeron a ciegas en la remontada. El Espanyol empequeñeció al Atleti, le zarandeó de un lado a otro, llenó su área de centros y encontró el empate con un remate con el alma de Vinicius Souza para sumar un punto que, quién sabe, quizá valga una permanencia.