Ariel Rot: «Me hice del Real Madrid por colegueo, no por afición»

—Comparten amor por el Real Madrid, ¿correcto?

—Sí, aunque la verdad es que siempre he sido bastante desapegado a la camiseta.

—¿Se puede?

—Es que yo me hice del Madrid en la etapa de 'Los Rodríguez' y por colegueo, no por afición. En esa etapa, había muchos argentinos en el equipo, como Valdano, Redondo, Cappa y se hicieron amigos nuestros. Venían a los conciertos y, a veces, nos invitaban al estadio. Me pareció divertido. En ese momento dije: «soy del Madrid». Ahí nació.

—Si es por eso, se impone un cambio. Ahora es el Atleti el que tiene a los argentinos.

—Cambiar de equipo a estas alturas es un poco raro. Pero no me importaría. La verdad es que tengo debilidad por los equipos que juegan bien. No soy un madridista talibán.

—En tal caso, escoja usted porque eso de jugar bien tiene muchas ópticas.

—Cuando el Barça juega bien, veo sus partidos, encantado. El Barcelona de Guardiola es otro de los motivos por los que me enganché al fútbol.

—Sabrá usted que Pep es un proscrito para el madridismo.

—Pues yo, de repente, viéndolo todas las semanas dije: «Aquí hay algo que no había visto nunca». Ahí me enganché más.

—Parece que vuelve algo similar, con chavales jovencísimos que son un ciclón.

—Es que es maravilloso. Creo que sí. Quizás, futbolísticamente, con otra energía, con más técnica, más moderno. Me encanta ver esos partidos.

—Volviendo a lo de los equipos que juegan bien. ¿Cómo ve al Real Madrid, esta temporada?

—Le veo sin identidad, sin criterio, como si quisiera arrancar, pero sin acabar de hacerlo. Se basa en la calidad de sus jugadores, que es espectacular, pero no en el juego colectivo y bonito.

—Crucemos el charco. Usted renegó de su selección por considerar que la Argentina de Videla no merecía celebrar nada.

—Eso fue en el 78. Yo ya estaba en el exilio, porque lo mío fue un exilio. No fui el único en criticar eso. Entonces, me interesaba poco el fútbol pero, entendiendo el temor que existía en mi país, me llamaba la atención la poca crítica que había.

—¿Ha hecho ya las paces?

—Totalmente. He hecho las paces con la selección y con la escena musical y cultural, que sigue siendo puntera en el mundo.

—¿Maradona o Messi?

—A Messi le adoro. A Maradona le estoy descubriendo más ahora que en su momento. Pero he disfrutado más el Mundial de Qatar. Ha sido tremendo. Algo hay en mis genes de ese argentino que, cuando la selección juega un Mundial, se vuelve loco.

—¿Se están argentinizando nuestras gradas?

—Cuando venían aquí mis amigos argentinos me decían que era muy aburrido, que no pasaba nunca nada en la grada. Están acostumbrados a que el estadio tiemble. Hay una cosa que me gusta mucho de la hinchada argentina y es que es muy musical, muy ingeniosa. De repente, te cambia la letra y es maravilloso. Me parece muy bien que se tracen puentes en lo musical y lo cultural. Durante mucho tiempo, España y Argentina se dieron la espalda.

—El problema es que, además de cánticos, también se han importado los comportamientos poco edificantes.

—Es que no son sólo los fanáticos que salen con la camiseta y otros símbolos. Hay mucho negocio detrás y personas que se lucran con la pasión de la gente. Y alimentan la agresividad y el odio. Cuidado con eso.

—Su pódium para la 2024-25. Empecemos con el campeón de Champions.

—Igual el Barça repite lo que hizo con Guardiola y se lleva Liga y Champions.

—¿Y la Copa del Rey?

—Vamos a darle algo al Atleti. Están jugando increíble. Ha vuelto la química y la motivación. Merecen un premio.

—¿Lo dice usted por Julián Álvarez?

—Es divino. Cuando le escucho hablar me sorprende mucho ese tono de voz tan argentino, tan agudo. Me encanta. El Mundial que hizo…

—Sobre todo, es valiente. Eso de dejarlo todo para venir a capitanear un proyecto nuevo es atípico.

—Es que eso es lo que yo apoyo. Igual en el fútbol que en la música. Cuando ya has alcanzado una posición, tienes que hacer lo que te de la gana. No pensar en seguir ese punto puramente mercantil. Tener convicciones. Y decidir que eso es lo que quieres hacer, con quién quieres hacerlo y de qué manera. Lo valoro y lo aplaudo.

—Usted es el primer argentino con el que me topo que, de vivir una segunda vez, seguiría sin querer ser futbolista.

—Jugué al fútbol de muy pequeño. Pero yo me dedico al rock que, al lado de la de un futbolista, es la vida más relajada que existe. Para mí, sería una pesadilla tener que seguir una disciplina como la que sigue un futbolista. No me veo. La gente la idealiza. La exigencia es mucha. Y no pueden salir de noche (je,je).

—No crea. Alguno ha habido y, a veces, ni se notaba.

—Lo que sí me hubiera gustado es saber jugar al fútbol. Cuando volví a Argentina, en el 86, me sorprendió que mis compañeros músicos jugaban todos al fútbol. Todos. En las giras, siempre hay una pelota en la furgoneta. Y cuando paramos a tomar algo, enseguida buscan un campito y se ponen a jugar. Con sus pelos largos y habiendo trasnochado..