Renault entrega a Briatore a cambio de impunidad
Flavio y Symonds dejan la F-1 por la venganza de Piquet en el caso Singapur
La venganza de Nelsinho Piquet ha ido más allá de lo que él mismo podía imaginar. Se ha llevado por delante a Flavio Briatore, uno de los popes de la Fórmula 1, el tipo que compró los derechos de este deporte para España, se hizo ... con la representación de Fernando Alonso y contribuyó a levantar la pirámide que hoy conocemos. Briatore se va por una trampa, una de las más escandalosas que se recuerdan en la historia del deporte: el auto-accidente de Nelsinho Piquet en la carrera de Singapur 2008 para favorecer la victoria de Fernando Alonso. Y con él se marcha su mano derecha, Pat Symonds. Renault renuncia a su defensa ante la Federación Internacional (FIA) en una admisión del chanchullo.
Briatore desaparece de la primera línea de fuego y ya no viajará dentro de una semana a la próxima carrera -Singapur, curiosa coincidencia-. Y, según las versiones más fiables, no ha habido ni dimisión ni destitución, sino pacto. Renault entrega la cabeza de su símbolo en la Fórmula 1 a cambio de impunidad. Negociación política pura y dura. Sin Briatore al mando como presunto germen del fraude, Renault espera que la FIA no tome represalias en cuestiones económicas ni deportivas.
Ayer circuló la onda de que la FIA había expuesto a Renault nuevas pruebas que daban crédito a la denuncia de Nelsinho Piquet. El brasileño ha acusado a sus jefes de incitarle al accidente en una reunión previa, pero salvo la telemetría de la carrera, no hay otras evidencias.
Pero nadie dimite gratis en la Fórmula 1. Briatore conserva demasiados tentáculos económicos con este deporte -o lo que sea- como para irse sin más. Renault contrata a la empresa del italiano, FFBB, para que dirija su equipo de Fórmula 1. Y las ramificaciones son tan extensas y prolijas que Briatore no se marcha perdiendo dinero. El magnate es, además, mánager para determinadas cuestiones de una buena porción de pilotos: Fernando Alonso, Mark Webber (Red Bull), Kovalainen (McLaren), Grosjean (Renault). Y también custodiaba a su verdugo, Nelsinho Piquet.
El caso es parecido a la defenestración de Ron Dennis al frente de McLaren. En un deporte invadido por los egos, Max Mosley -el presidente de la FIA- no le perdonó su supuesta instigación del vídeo sexual que casi le cuesta el cargo. Dennis desapareció del mapa, pero como las vinculaciones económicas son brutales, en McLaren sigue mandando. Emisarios del Santander negociaron directamente con él cuando tuvieron que cerrar el contrato de patrocinio.
Lo mismo puede suceder con Flavio Briatore si Renault sigue en la Fórmula 1. El italiano se quita del foco, pero puede continuar manejando los hilos por detrás. La cuestión es si Renault -que ha perdido a ING como patrocinador principal- quiere continuar en la F-1. Diversas fuentes apuntaban ayer que la marca francesa lleva varios años con la idea de marcharse y que si no lo ha hecho ya era por Briatore y Symonds.
Dos nombres suenan como sustitutos de Briatore. Frederic Vasseur -jefe del equipo Art de GP2- y el ex piloto Alain Prost. De momento, los rescoldos del caso no salpican a Alonso, que no ha sido citado a declarar ante la FIA.
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