El torero Juan Ortega
El sevillano, que estos días ha pasado a ser una celebridad fuera de los ruedos, tiene un toreo exquisito con el que podrá volver a deleitar a los aficionados cuando pase esta tormenta mediática
Juan Ortega o cuando torear tan lento duele
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónHasta hace muy poco, sólo lo conocían los aficionados. Se ha convertido en un personaje famoso. Voy a hablar sólo del torero.
Nació en Triana, como Juan Belmonte. No le llevó a los toros el hambre: es Ingeniero Agrónomo. Tiene ya 33 ... años: el año próximo, cumplirá diez, como matador.
Tuvo muchos éxitos como novillero. Se paró, después de la alternativa. En 6 temporadas, de 2014 a 2020, toreó sólo 27 tardes.
Juan Ortega: «Para ser torero hay que nacer con una condición que te da Dios»
Alicia P. VelardeEl sevillano conversa con Juan del Val («la cosa más importante del mundo es ser torero», dice) antes de su cita del sábado en Las Ventas con Pablo Aguado
En 2020, se sentía perdido. Buscó un nuevo apoderado, el matador Pepe Luis Vargas: «Quiero aprender a torear». Ese año, logró una faena extraordinaria, en Linares. Esa misma faena, en Sevilla o Madrid, le hubiera consagrado como figura.
Se empezó a hablar de él y de Pablo Aguado, que había tenido una gran tarde en la Maestranza. Sevilla, siempre fantasiosa, soñó con una pareja que trajera de nuevo el toreo de arte: Juan, de Triana, y Pablo, de Sevilla, podían ser los sucesores de Curro Romero, de Pepín, de Pepe Luis…
Ninguno de los dos mantuvo ese nivel. Juan torea muy lento, con clasicismo, si el toro lo permite; si plantea dificultades, le cuesta resolverlas. Recuerdo grandes faenas suyas en Jaén y, el pasado 9 de septiembre, en Valladolid… pero no en Sevilla ni en Madrid.
Los aficionados le esperaban, por sus detalles, pero no le contrataron para el último San Isidro. Decidió – él o su apoderado – que su carrera necesitaba un nuevo impulso, antes de torear en la Feria de Otoño. Contrató publicidad en los autobuses madrileños y una singular reunión, en el Hotel Santo Mauro, para periodistas y famosos.
Cautivó a todos por su sencillez, cuando habló de que busca la profundidad y de su miedo: «El toro lo tengo debajo de la cama». Se publicaron artículos desmesurados. Ya era un torero «de calidad», para intelectuales. Eso ayuda pero tiene sus riesgos. (Le pasó a Rafael de Paula con Bergamín). En Las Ventas, con gran expectación, los toros de El Pilar no sirvieron y no pasó nada.
Anuncian que toreará en Valdemorillo, en febrero. Esa tarde, acudirá toda la prensa del corazón. Creo que los aficionados lo acogerán bien. Pero un torero necesita estar centrado del todo en su profesión. (Decía Luis Miguel que todas sus cornadas tenían nombre de mujer). Juan Ortega debe solucionar cuanto antes sus problemas personales para poder demostrar lo bien que torea.
Límite de sesiones alcanzadas
- El acceso al contenido Premium está abierto por cortesía del establecimiento donde te encuentras, pero ahora mismo hay demasiados usuarios conectados a la vez. Por favor, inténtalo pasados unos minutos.
Has superado el límite de sesiones
- Sólo puedes tener tres sesiones iniciadas a la vez. Hemos cerrado la sesión más antigua para que sigas navegando sin límites en el resto.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete