DESDE MI GRADA
La imprescindible exigencia
Borja Jiménez sale por la puerta grande de Madrid en la última de la Feria de Otoño
Borja Jiménez se consagra en Madrid por la Puerta Grande y Román vuelve a derramar su sangre
Madrid
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Iniciar sesiónEl merecidísimo triunfo de Borja Jiménez ha borrado el mal sabor de las decepciones; también, las críticas a la exigencia del público de Madrid. Si mata mejor – su punto flaco - hubiera cortado más de tres trofeos: se ha metido en el bolsillo a ... un público que, en buena parte, no lo conocía. No va de exquisito: se ha apuntado a una seria corrida de toros, ha dominado reses difíciles, ha mostrado cabeza clara, buena técnica, entrega total y toreo clásico. Así de sencillo.
El viernes, también emocionaron al público de Las Ventas, con dos mansos complicados, Castella, por su capacidad lidiadora, y Ureña, por su valor. Mostró su ignorancia la parte del público que pedía la devolución del toro sólo por ser manso. Justamente con toros mansos, a los que hay que dominar, han surgido muchas de las faenas más valoradas en Madrid: cualquier aficionado lo sabe de sobra.
La decepción inevitable llegó al no poder torear ni Morante ni Daniel Luque, las dos grandes figuras. Decepción mayúscula ha sido, el sábado, la actuación de dos artistas sevillanos muy esperados, Aguado y Ortega. El desastre comenzó con las reses de El Pilar: toros «para figuras», sin rematar, anovillados, con poca casta y fuerza pero sin grandes dificultades. De Pablo Aguado apenas recuerdo nada destacable. De Juan Ortega, un quite: excelente, sin duda, pero sólo tres lances, en toda la tarde. Sabe torear con belleza, si el toro se deja; si no, no logra resolver las dificultades. Y eso decepciona más por la desmesurada propaganda previa: toda esa literatura hay que demostrarla luego, en la Plaza. No sirve de nada refugiarse en echar la culpa a los toros – los de Victorino eran muchísimo más peligrosos – ni a los sectores más duros. La exigencia, en arte,es imprescindible; sin ella, todo se devalúa. Tiene razón ese público que exige, no el que se contenta con tres bellos lances, ni los fervorosos partidarios que disculpan todo a sus ídolos. Si se contentan con eso, sólo eso les darán…
El Juli y Luque
Andrés AmorósHace años, lo denunció Ortega (Ortega y Gasset, no Juan Ortega): el gran riesgo que acecha a la Fiesta es el excesivo esteticismo, que conduce al amaneramiento. Jugándosela de verdad con los toros de Victorino, Borja Jiménez no ha tenido ningún problema para convencer a los aficionados madrileños más exigentes.
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