Sara Baras alumbra Nueva York con su 'Alma' de flamenco y bolero
La bailaora gaditana es el referente internacional del flamenco y los aficionados a la danza de Nueva York saben que sus espectáculos no decepcionan
Sara Baras: «Batallo cada día por la espectacularidad que se me presupone»
El taconeo de Sara Baras pone en pie al público de Nueva York
Sara Baras y su compañía no se llevaron una ovación más porque les tiraron el telón de forma definitiva a las diez de la noche en punto, todavía sobre el escenario, cuando el público del City Center de Nueva York quería quedarse un rato ... más rompiéndose las manos.
Fue el viernes por la noche y ya la habían ovacionado en pie cuando todavía faltaba media hora para que acabar su espectáculo, 'Alma', en el que mezcla el flamenco con el bolero. Lo harían varias veces más hasta que la regulación estricta del sindicato de tramoyistas se lo permitió, en una noche de calidad artística, emoción y conexión con el público.
La bailaora gaditana es el referente internacional del flamenco y los aficionados a la danza de Nueva York saben que sus espectáculos no decepcionan: cuatro noches seguidas de lleno en el City Center, uno de los templos del baile de la Gran Manzana. Y una crítica muy amplia en 'The New York Times', en la que el autor trata de ser duro con Baras –sorprendente por lo visto sobre el escenario–, pero que acaba casi por entregarse a la 'diva' del flamenco: «Es el espectáculo con más sentimiento de los que ha traído a Nueva York», «es difícil que no te seduzca».
Baras ha sido el plato fuerte de la 23ª edición del Festival Flamenco de la ciudad, una cita que resiste pese a la pérdida de apoyo institucional.
«La falta de apoyo de la Junta de Andalucía se siente en que hemos pasado de un festival que tenia presencia en veinte espacios distintos de la ciudad a una presencia en cuatro espacios. Y hemos tenido que recortar la programación en un 70%, Pero mantenemos la esencia y la ilusión por continuar», explica a ABC el director del festival, Miguel Marín.
Lo que no se ha resentido es el apoyo del público, a juzgar por el paso de Baras por Nueva York. «Siempre traemos baile al festival, pero ella es la única artista capaz de llenar cuatro días seguidos», dice Marín, que alaba la «generosidad» de la gaditana: «Ella no necesita un festival para venir, pero sabe que si lo hace apoya al flamenco y a otros artistas que van con ella en el cartel».
«Soy el alma que baila desnuda de cadenas», dice la voz de la artista nada más empezar el espectáculo, en el que los clásicos del bolero –'Vete de mí', 'Adoro', 'Algo contigo', 'Nostalgias'– se engarzan con fluidez con el flamenco. Aflamencar el bolero es algo que han hecho otros con éxito –Diego el Cigala, Buika–, pero que aquí se transportan las canciones hacia palos clásicos –seguiriya, caña, garrotín, soleá– con el baile desgarrador y pletórico de Baras como nexo. Y con un grupo de músicos –liderados por el guitarrista y director musical Keko Baldomero– que asombraron al público neoyorquino: el cante asombroso de Rubio de Pruna y 'El Mati', los solos de alto voltaje en el saxo de Diego Villegas y el gusto al compás de los percusionistas.
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«¡Oh my god!», «¡Oh, Dios mío!», exclamó una voz desde las butacas –ocupadas, al contrario de lo que suele pasar con artistas españoles, por una mayoría de espectadores anglosajones– en un movimiento sorprendente de Sara Baras, desafiando la física con un taconeo en el que, a la vez, planeaba de forma horizontal sobre el escenario. Fue uno de los muchos momentos especiales de la noche, con una producción muy cuidada –desde el material de una de las faldas del cuerpo de baile, que parecía sólido y fluido a la vez, hasta la iluminación– que regaló sorpresas de principio a fin, cuando remató el 'fin de fiesta' con una versión -efectista, pero efectiva- de 'New York, New York'.