Un 'Cabaret' entre la inmersión, el miedo y la amargura
CRÍTICA DE TEATRO MUSICAL
Lahistoria de supervivencia, de odio, de miedo, de racismo, de anhelos y desesperanza, de fascinación, de amores amargos, de cambio de época, no tiene fecha de caducidad
«La vida es maravillosa»: el Kit-Kat-Klub de 'Cabaret' vuelve a abrir sus puertas
Amanda Digón (Sally Bowles) y las «chicas del Cabaret»
Crítica de Teatro Musical
'Cabaret'
- Autores John Kander (música), Fred Ebb (letras) y Joe Masteroff (libro)
- Dirección Federico Bellone
- Dirección musical Julio Awad
- Dirección artística y vestuario Felype de Lima
- Coreografía Gillian Bruce
- Iluminación Valerio Tiberi
- Sonido Poti Martin
- Principales intérpretes Amanda Digón, Abril Zamora, Pepe Nufrio, Carmen Conesa, Tony River, Pepa Lucas, Gonzalo Ramos
- Lugar Umusic Hotel Teatro Albéniz, Madrid
Las obras maestras no pasan nunca de moda, y 'Cabaret', sin duda, lo es; su historia de supervivencia, de odio, de miedo, de racismo, de anhelos y desesperanza, de fascinación, de amores amargos, de cambio de época, no tiene fecha de caducidad. El libreto ... nos lleva al Berlín de los primeros años treinta, con los nazis empezando a imponer el peso de sus botas, donde el cabaret Kit-Kat-Klub ofrece un quebradizo refugio de alegría. Hasta allí llega un escritor estadounidense, Cliff Bradshaw -la obra está basada en un relato de Christopher Isherwood, 'Adiós a Berlín', y en la consecuente obra teatral 'I am a camera', de John Van Druten-; en su primera noche conoce a Sally Bowles, una joven inglesa que es la estrella del Kit-Kat-Klub, de la que se enamora. La dueña de la pensión donde vive, un frutero de origen judío, un joven nazi al que Cliff conoció en el tren que le llevó a Berlín, una prostituta y, claro, el maestro de ceremonias del cabaret completan el paisaje de una obra que transcurre entre los ajados oropeles del Kit-Kat-Klub y el opresivo ambiente que se respira fuera.
Y todo ello con una partitura vigorosa y con canciones que desprenden un agrio resplandor. Todos estos elementos convierten a 'Cabaret' -inmortalizada por Bob Fosse en su magnífica versión cinematográfica- en uno de los grandes títulos de la historia del teatro musical.
La producción que se exhibe en el Umusic Hotel Teatro Albéniz -inspirada por la que se presenta ahora en Londres y Nueva York- transforma el patio de butacas en un cabaret, y la acción se desarrolla en medio de algunas de sus mesas; se pretende, con ello, que desde que el espectador cruza la puerta del teatro viva una experiencia diferente y, reza la publicidad, «inmersiva». El ambiente creado es realmente evocador y el trabajo de Felype de Lima en esta transformación es magnífico -no tanto en el vestuario-, aunque algunas escenas y coreografías se resienten de este limitado y en ocasiones incómodo escenario.
Federico Bellone, con una ya larga trayectoria en el teatro musical español, dirige esta producción, que presenta una atractiva novedad: la conversión del maestro de ceremonias en maestra y que ésta sea interpretada por una mujer trans. Bellone sabe manejar el ritmo y la temperatura del espectáculo con acierto; no obstante, la acertada inclusión de 'No te vayas', una canción escrita para el personaje de Cliff en una reposición de la obra, le lleva a mover 'Maybe this time' -una canción emblemática, creada para Liza Minnelli,-, con lo que le cambia el sentido. También lo hace con la universal 'Cabaret', que pierde así peso y significado en la historia, cerrada por otra parte con escasa sutileza y elementos excesivamente ostensibles -aunque no pierda emoción-.
En el capítulo interpretativo -notable en líneas generales- destaca la veterana sabiduría de Carmen Conesa (Fraulein Schneider), la vitalidad y energía de Amanda Digón (Sally Bowles) y el relieve que le da Pepe Nufrio (Cliff) a su muchas veces irrelevante personaje. Todos ellos están arropados por una excelente banda y la dirección musical de Julio Awad, que logra aportar al espectáculo un sonido particular.