El teatro clásico toma la palabra en los festivales
Lope de Vega, Calderón, Molière o Shakespeare son los protagonistas de los certámenes estivales españoles
JULIO BRAVO
Lope de Vega, Calderón, Tirso de Molina, Cervantes, Molière, Shakespeare, Sófocles, Aristófanes... Todos ellos veranean en España. Y es que los clásicos son para el verano. En el período estival se levanta el telón para los cada vez más numerosos y nutridos festivales dedicados al ... teatro clásico, y que se distribuyen por toda España: Alcalá de Henares (Madrid), Alcántara (Cáceres), Almagro (Ciudad Real), Cáceres, Mérida (Badajoz), Olite (Navarra) y Olmedo (Valladolid) son los más destacables. ¿A qué se debe tal proliferación de citas? «Son varios los factores -explica Natalia Menéndez, directora del festival de Almagro-; por un lado, la apuesta por los títulos clásicos de las compañías, y también la existencia de la propia red de festivales y el impulso de la propia Compañía Nacional de Teatro Clásico. Hay, también, un trabajo filológico brutal, que nos permite recuperar e incluso descubrir obras, como el reciente caso del nuevo texto de Lope de Vega . Y por último, se han quitado muchos prejuicios. Montajes como los de “Misántropo”, de Miguel del Arco, “Los Mácbez”, de Andrés Lima, y otros muchos, contribuyen a que las nuevas generaciones se interesen por buscar su propia lectura de estos textos».
El festival de Almagro (3-27 de julio), que cumple 37 ediciones, es punta de lanza del teatro clásico español . Se abrirá con un homenaje a Julia Gutiérrez Caba, que recibirá el premio Corral de Comedias, además del estreno de «Donde hay agravios no hay celos», de Rojas Zorrilla, a cargo de la Compañía Nacional de Teatro Clásico, que dirige Helena Pimenta.
Natalia Menéndez cree que una de las principales contribuciones del festival que dirige es el certamen Almagro Off, «que pone el foco sobre los jóvenes creadores, y la presencia en el festival de gente como Pablo Messiez o Quico Cadaval, que se salen de lo cuadriculado y ponen su mirada, desde otros estilos y otro tipo de trabajo, en los clásicos; sienten la necesidad de contar algo desde otro punto de vista».
Pero Almagro no está solo en el verano teatral español. Le acompañan varios certámenes que tienen como columna vertebral el teatro clásico . Mérida (2 de julio-24 de agosto), el más importante de ellos, centra su programa en el repertorio greco-latino (el teatro romano obliga), pero hay escapadas a la danza y a Shakespeare. El Barroco es el eje sobre el que giran los festivales de Alcalá de Henares (12 de junio-6 de julio), Alcántara (6-10 de agosto), Cáceres (2-29 de junio), Olite (18 de julio-2 de agosto) y Olmedo (18-27 de julio). Éstos son parada y fonda para un puñado de compañías que presentan sus propuestas en varios de ellos. Algunas se estrenan estos días, otras arrancaron sus giras hace meses. He aquí las más destacadas:
«Las dos bandoleras», de Lope de Vega, es una coprodución de la Compañía Nacional de Teatro Clásico y Factoria Escènica Internacional. Marc Rosich y Carme Portaceli firman la dramaturgia, y esta segunda dirige a un reparto que encabezan Helio Pedregal, Carmen Ruiz y Macarena Gómez. El montaje se estrenó en el teatro Pavón el mes pasado. Y también es una producción del CNTC «La cortesía de España», igualmente de Lope, con dirección de Josep Maria Mestres, y la interpretación de la Joven Compañía Nacional de Teatro Clásico.
«En un lugar del Quijote», una creación de Ron Lalá, ha sido uno de los grandes éxitos de la temporada de la CNTC. Supone una particular mirada al universo del Quijote destinada a todos los públicos. Desde su estreno en diciembre no ha parado su actividad, y el pasado mes estuvo en Londres, en el Festival of Spanish Theatre en el Riverside Studios Theatre.
En Cáceres acaba de ver la luz «El burgués gentilhombre», de Molière, que viajará también por diversos festivales. Se trata de una producción de la compañía hispano-cubana Mephisto Teatro -especializada en el repertorio clásico-, con versión y dirección de Liuba Cid.
Eduardo Vasco, durante varios años director de la Compañía Nacional de Teatro Clásico, presenta en varios de los festivales su montaje de «Otelo», de Shakespeare (autor en el que se ha especializado), y que cuenta con versión de Yolanda Pallín. Daniel Albaladejo encarna al moro de Venecia, con Cristina Adua como Desdémona y Arturo Querejeta como Yago.
Otro de los montajes que ha arrancado su gira en Cáceres es «Así es, si así fue», producción que lleva el sello de garantía de Andrea D’Odorico, Juan Asperilla ha escrito un texto que viaja al período histórico que va de los Trastámara a los Austria. Laila Ripoll dirige el espectáculo, que interpretan Juan Fernández, Verónica Forqué, Joaquín Notario y José Manuel Seda.
Mirada contemporánea
«La puta enamorada» es otra mirada de un autor contemporáneo -Chema Cardeña- sobre la historia de nuestro siglo de Oro; en este caso, la del pintor Velázquez y la actriz María Calderón, «La Calderona», amante del Rey Felipe IV. Jesús Castejón dirige a Eva Marciel, Javier Collado y Federico Aguado.
«El lenguaje de los ojos, o el Príncipe Travestido», una crítica comedia de Pierre de Marivaux situada en España, se presenta con versión y dirección de Amelia Ochandiano. El reparto lo integran Iker Lastra, Cristina Castaño, Rebeca Valls, Juan Gea, Jacobo Dicenta y Beatriz Bergamín.
Tras su gran éxito en el teatro Español, donde hoy concluyen sus funciones, inicia su gira «Misántropo», laversión del texto de Molière que ha hecho el hombre de moda del teatro español (por méritos propios) Miguel del Arco. Israel Elejalde, Raúl Prieto, Cristóbal Suárez, Bárbara Lennie, José Luis Martínez, Miriam Montilla y Manuela Paso componen el reparto.
En el festival Clásicos en Alcalá ha comenzado la vida de «Confesiones de San Agustín», un espectáculo de Juan Carlos Pérez de la Fuente, en el que Ramón Barea, último premio Nacional de Teatro, encarna al santo. Luis Alberto de Cuenca y Alicia Mariño han realizado la adaptación de los textos de San Agustín.
Son estos algunos de los montajes que estarán este verano recorriendo los festivales españoles en los que, cada vez con mayor fuerza, los clásicos toman la palabra.
El teatro clásico toma la palabra en los festivales
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