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ABC Cultural

La sopa es triste, salvo si tiene costra

carpantismo

«Cuando la gente se pone enferma quiere sopa de pollo. Yo quiero espagueti con queso parmesano, aceite de oliva y un poco de limón. Me hace sentir mejor», dice con razón Isabella Rossellini

Capítulo 1. La langosta: una niña hervida en su primera comunión

Capítulo 2. La pasta: de la boca de Adèle a la de Anna Magnani

Capítulo 3. El pan: al final comeremos brioche

Capítulo 4. Los huevos: Paul Newman solo se comió ocho huevos duros

Isabella Rossellini
Rosa Belmonte

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'Sopa de pollo para el alma' es el título más cursi para un libro o para una tienda de lazos. Hace que una se vuelva entre Mafalda y Hulk. Tanta sopa de pollo para curar resfriados en las películas trae estos lodos de color ... rosa. Tiene razón Isabella Rossellini cuando dice que siempre tiene en casa parmigiano-reggiano, aceite de oliva y pasta. «Cuando la gente se pone enferma quiere sopa de pollo. Yo quiero espagueti con queso parmesano, aceite de oliva y un poco de limón. Me hace sentir mejor». Claro. Por muy fina que sea, no sé, la sopa de tomillo. A Josep Pla le generaba tristeza. Por el recuerdo de la pobreza y la enfermedad. Sopa y enfermedad es un dúo clásico. Sopa y tristeza, también.

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