CARPANTISMO
La langosta: una niña hervida en su primera comunión
Dice Josep Pla: «Al lado del bogavante, un monstruo permanentemente crispado, la langosta parece una niña en su primera comunión»
El timbre, columna de Rosa Belmonte
«La mala víctima», entre las lecturas recomendadas para este verano
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónGeorge Carlin sostenía que si las langostas tuvieran el aspecto de ositos de peluche, la gente no tendría agallas de echarlas con vida en una cazuela llena de agua hirviendo. Ya deberían tener aspecto de teckel para que me temblara la mano. «¿Está bien ... hervir a una criatura viva y sensible solamente para nuestro placer gustativo?», se preguntaba David Foster Wallace en su reportaje sobre el Festival de la Langosta de Maine para 'Gourmet'. Anda que plantearte una duda moral frente a una langosta insípida. Además, el resultado de hervir una criatura viva en Maine es el 'lobster roll', una especie de perrito caliente con carne del crustáceo, mayonesa, apio, cilantro, mantequilla.
Por semejante comida basura no se hace una preguntas de ringo rango. Cuenta Foster Wallace que las langostas vivas son una especie de cucarachas marinas que en el siglo XVI no se daban en Nueva Inglaterra ni a los prisioneros (no más de una vez a la semana, no fueran a enfermar). Pero sólo hacía falta haber visto 'Annie Hall' y una de las escenas más famosas de la película. Hoy Woody Allen estaría cancelado también por echar langostas en el agua hirviendo en la casa de la playa. Una escena que se repite sin gracia, tras su ruptura con Annie, con una tía estirada.
En 'Langosta' (2015), de Yorgos Lanthimos, el protagonista, después de que su hermano se haya convertido en perro por no encontrar pareja, elige el animal que preferiría ser. Una langosta porque viven mucho tiempo y son sexualmente activas toda la vida. Cuando vemos las langostas que blande Woody Allen no nos parecen langostas, sino bogavantes. Porque son langostas americanas (deberían llamarse bogavantes americanos). A ver, esto es como los camellos y los dromedarios. Fáciles de distinguir. Los bogavantes tienen pinzas y las langostas, antenas.
Como Pla, prefiero el bogavante a la langosta. En 'Lo que hemos comido', dedica un texto a cada uno. Gana el bogavante. O perdiendo. El bogavante, no el comensal. Sostenía que si a la gente le gustaban las langostas y los bogavantes era porque no tienen espinas y se les puede plantar cara con perfecta y cómoda seguridad. No sé, a mí se me clavó una vez la pinza de un bogavante en el labio. Y creía que tendría que salir del restaurante con el bicho colgando. Otra cosa que tenía clara Pla es que había que hacerlas a la brasa. «La langosta viva a la brasa presenta la particularidad del tostado del caparazón, que emana un olor maravilloso, intenso y marino, ligeramente acre y tiene un sabor, sin exagerar, sensacional».
Pla no se plantea si el bicho sufre, sólo sabe que hervida no tiene mucho gusto. Pero es el bogavante, también a la brasa, lo que le gusta: «Al lado del bogavante, un monstruo permanentemente crispado, la langosta parece una niña en su primera comunión». No sé. ¿Está bien hervir a una criatura viva de primera comunión? Foster Wallace, Pla… Me quedo con Antonio Recio, mayorista… «Mariscos Recio, el mar al mejor precio. Si tiene una cena elegante, llévese un bogavante; si tiene una cena de gala, llévese una cigala; si tiene una cena muy fina, llévese una lubina».
Límite de sesiones alcanzadas
- El acceso al contenido Premium está abierto por cortesía del establecimiento donde te encuentras, pero ahora mismo hay demasiados usuarios conectados a la vez. Por favor, inténtalo pasados unos minutos.
Has superado el límite de sesiones
- Sólo puedes tener tres sesiones iniciadas a la vez. Hemos cerrado la sesión más antigua para que sigas navegando sin límites en el resto.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete