Los Reyes inauguran el museo que traza la historia de la Corona

«Este magnífico espacio, este proyecto de la Galería de las Colecciones Reales, demuestra lo que se puede hacer cuando se trabaja de modo sostenido y eficaz, con unidad y en equipo, dando lo mejor de cada uno, tendiendo puentes entre el pasado, el presente y el futuro para conocer de dónde venimos, sabiendo que tenemos unas raíces muy profundas y una historia apasionante, con un encaje común en Europa y en el mundo», dijo Don Felipe en su discurso de inauguración de un museo que ve la luz veinticinco años después de su puesta en marcha, y con ocho de retraso desde la primera fecha prevista de apertura.

El Rey señaló que esta Galería, situada entre el Palacio Real y la Catedral de la Almudena, en el centro de Madrid, «trasciende su propio enclave geográfico para convertirse en un nuevo referente de la cultura española y europea», por la envergadura de sus colecciones -unas 650 piezas de entre las 170.000 que atesora Patrimonio Cultural-, por su valor cultural e histórico, dijo, y por la calidad del edificio que las acoge. «La Galería representa además la entidad y el trabajo de la institución que custodia y administra una inmensa herencia cultural y natural recibida a través de sucesivos reinados y dinastías, y compartida hoy por todos los españoles: Patrimonio Nacional», añadió, y puso en valor el patrimonio cultural como un conjunto de bienes «al servicio de fines comunes de carácter simbólico, representativo y cultural».

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Don Felipe y Doña Letizia presiden el acto en la nueva galería, situada junto al Palacio Real y la Catedral de la Almudena, que abre las puertas al público 25 años después del inicio de la construcción

La inauguración de este museo estaba prevista para el día 28 de junio, coincidiendo con el inicio de la presidencia europea de España. Pero Sánchez alteró todos los planes con la convocatoria anticipada de elecciones. El Ministerio de Presidencia se vio obligado a posponer la inauguración oficial al 25 de julio, dos días después de los comicios, puesto que la ley impide este tipo de actos en periodo electoral. Quién le iba a a decir a Sánchez, dos meses después del batacazo socialista en las municipales y autonómicas, que llegaría a esta fecha con todo a favor, con una remontada electoral que le sitúa con opciones serias de revalidar mandato.

Y en los momentos previos a la llegada de los Reyes lo que se vio fue distensión entre los miembros y exmiembros del Gobierno que estuvieron entre los 200 invitados a la inauguración: los ministros de Presidencia y Cultura, Félix Bolaños y Miquel Iceta; los presidentes del Congreso y del Senado, Meritxell Batet y Ander Gil; el presidente del Tribunal Constitucional, Cándido Conde-Pumpido, o la presidenta del Consejo de Estado, Magdalena Valerio. Todos ellos vinculados al Partido Socialista.

Estuvo también Almeida, alcalde de Madrid, pero faltó Ayuso, presidenta de la Comunidad. También Alberto Núñez Feijóo, que ya tenía comprometido desde hacía semanas su presencia ayer en Santiago de Compostela, por la festividad de Santiago. Asistieron igualmente tres exvicepresidentas -Soraya Sáenz de Santamaría, María Teresa Fernández de la Vega y Carmen Calvo- y varios exministros: Pilar del Castillo, José Ignacio Wert, Íñigo Méndez de Vigo, Javier Solana… También asistió la delegada de Cultura del Ayuntamiento de Madrid, Marta Rivera de la Cruz, y el consejero de Cultura de la Comunidad de Madrid, Mariano de Paco, así como Ana Botín, presidenta del Banco Santander, cuya fundación ha patrocinado este proyecto.

Ya en la tribuna, antes de que tomara la palabra el Rey, Sánchez aprovechó su discurso para hacer un alegato político. El presidente en funciones, que podrá revalidar mandato si consigue el apoyo del partido de Carles Puigdemont, dijo que este nuevo museo es la representación de «una sociedad orgullosa de su figura y que aspira a convertirse en ejemplo de tolerancia, de progreso, donde la ciencia y el ingenio marcan el camino a ser un país lanzado hacia el futuro». Porque, añadió, «por muchos vaivenes y dificultades que afrontemos, estoy convencido de que compartimos una certeza como la que estamos viviendo en este momento, y es que para España ya no hay marcha atrás».

La nueva Galería de las Colecciones Reales muestra el papel protagonista que España ha jugado en el mundo en los últimos siglos, apuntó el presidente en funciones: «Pero hay algo más importante, aún tenemos esa voluntad. A España le quedan mucha batallas que librar, muchas conquistas. Está la lucha contra la desigualdad siempre pendiente, la ciencia, la igualdad real y efectiva entre hombres y mujeres, y esa doble revolución, tanto en la transición ecológica como en la cultura». Según Sánchez, la inauguración del museo es «un hito que reporta aún más el extraordinario atractivo cultural que pocos lugares en el mundo son capaces de ofrecer».

Al término del acto institucional, Don Felipe y Doña Letizia visitaron las instalaciones de la Galería de las Colecciones Reales, desde este verano, la nueva joya de la corona de Patrimonio Nacional. El museo pretende mostrar al público la grandeza de cinco siglos de coleccionismo real: carruajes, armaduras, artes decorativas, pinturas, tapices o esculturas de los distintos maestros de cada época; nombres que van de Juan de Flandes a Bernini, pasando por Velázquez, Goya, Ribera, Caravaggio o El Greco.

Durante el recorrido, los Reyes prestaron especial atención a las columnas de la iglesia del Real Hospital de la Virgen de Montserrat, que dan inicio a la visita, en la planta -1, dedicada a los Austrias, y también a dos cuadros: el 'Caballo blanco', de Velázquez, y 'Salomé con la cabeza de Juan el Bautista', de Caravaggio. En la planta -2, dedicada a los Borbones, Don Felipe y Doña Letizia se pararon en la sala de Goya, fijándose en los retratos de Carlos IV y María Luisa de Parma, cuadros que hasta ahora estaban en Palacio. La última obra de esta planta es el coche de la Corona Real construido para Fernando VII en el siglo XIX; es el carruaje en el que viajaba Alfonso XIII cuando sufrió el atentado.

El camino hacia esta puesta de largo no ha sido ni mucho menos sencillo: se comenzó a hablar del proyecto en 1935, pero la Guerra Civil abortó el proyecto. Y fue en 1998 cuando José María Aznar retomó la idea. Aunque de aquel Museo de tapices y carruajes que planteó hace 25 años el expresidente popular, presupuestado en unos 60 millones de euros, no ha quedado demasiado... Hoy es un imponente edificio de 40.000 metros cuadrados en la cornisa del Campo del Moro, en esa barrera que divide el Madrid noble de esa otra ciudad que desborda la M-30, allí donde Goya instalara en el siglo XIX su Quinta del Sordo.

Desde los antiguos dominios del pintor aragonés, hoy una ensalada de pisos de urbanismo irregular, la vista es de una fachada de granito que se integra (o se solapa) con la Almudena y, más allá, con el Palacio Real. Diez premios de arquitectura avalan a esta Galería diseñada por Emilio Tuñón y Luis Moreno Mansilla, que salva un desnivel de 32 metros y ofrece un recorrido descendente, que empieza en el acceso situado entre el Palacio Real y la Almudena, y sigue hasta la planta -3, a la altura de los jardines del Campo del Moro (para exposiciones temporales, con un cubo inmersivo que proyecta imágenes de los Reales Sitios).

¿El coste total? 139,7 millones de euros solo por la obra. Sumando el equipamiento museográfico y otras actuaciones, la factura total se eleva a más de 170 millones de euros. Es el resultado de un proyecto que ha sufrido retrasos, por el hallazgo de restos de la muralla árabe de Madrid y otros avatares, y todo tipo de incidencias, incluidas una crisis económica sin parangón y una pandemia. La primera fecha de apertura prevista fue 2015, con Mariano Rajoy en La Moncloa, pero los plazos se fueron a otoño de 2016, luego a 2017, 2018, 2020... Hasta la última, el 28 de junio, que volvió a quedar desbaratada por el adelanto electoral.

La apertura al público, pese al aplazamiento de la inauguración, se mantuvo en esa fecha, pero todavía hubo más cambios. Se anunciaron cuatro días de puertas abiertas, entre el 29 y el 2 de julio, que aún se modificarían otra vez porque el Gobierno optó a última hora por acoger allí la primera reunión del Colegio de Comisarios en el marco de la presidencia española del Consejo de la UE. No iba a quedarse Sánchez sin su foto en la Galería de las Colecciones Reales, anticipándose a la inauguración oficial, así que el museo abrió un día para cerrar al día siguiente, y reabrir, ya de manera definitiva, el 5 de julio.

Cuatro presidentes del Gobierno -Aznar, Zapatero, Rajoy y Sánchez- y dos Reyes -Don Juan Carlos y Don Felipe- han pasado mientras se daba forma a lo que se ha terminado consolidando como un proyecto de Estado, también pese a los cambios en las direcciones de Patrimonio Nacional y de Colecciones Reales, y en el propio proyecto. Incluso el nombre ha cambiado: del 'Museo' se ha pasado a la 'Galería', por dos cuestiones. Una de naturaleza jurídica: el museo obligaba a constituirlo de fondos, algo que provocaría unas tensiones enormes con otros Reales Sitios; y otra de carácter comercial, pues el Ejecutivo entiende que el concepto de galería se adapta mejor la filosofía de este edificio, contenedor de obras históricas y al mismo tiempo mirador de ese Madrid que rodea la Casa de Campo.

La Galería de las Colecciones Reales ofrece un recorrido cronológico por las obras que atesoraron principalmente los Austrias y los Borbones, sin obviar la Segunda República y el franquismo, su relación desde el punto de vista cultural con Patrimonio Nacional. La directora de la institución, Ana de la Cueva, destacó la voluntad del equipo que ha trabajado en poner en marcha este museo de «dar a conocer y exhibir la diversidad en todos los ámbitos». La galería, dijo, «potencia todo lo que queremos ser como institución: la cultura como algo diverso y accesible y la combinación inteligente de modernidad y tradición». Las obras de arte «reunidas en los últimos cinco siglos por los monarcas españoles hoy son patrimonio de todos», remarcó Ana de la Cueva.