De la amarga victoria al papel del Senado: claves del 23J

El escenario del domingo nadie lo pronosticó. La noche del 23J ha quedado marcada por el triunfo del candidato del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo. Eso sí, sin sumar mayoría absoluta con Vox, que protagonizó la gran caída de la noche, y lejos de los más de 150 escaños que le otorgaban las encuestas electorales al presidente popular. El propio Feijóo -sin opciones reales de gobernar ni en primera ni en segunda votación como le recordó anoche el PNV con su negativa a apoyarle en una hipotética investidura- admitió ayer no haber alcanzado las «expectativas», aunque dijo que no renunciará a intentarlo. Con 136 diputados azules, 122 del PSOE, 33 de Vox y 31 de Sumar, la llave para desbloquear el futuro Gobierno queda en manos de otras fuerzas políticas minoritarias.

Más votos y más escaños que en 2019, además de cerrarle el paso a la derecha. Contra todo pronóstico, Pedro Sánchez obró el milagro y llevó al PSOE a mejorar sus resultados de hace cuatro años, ganando prácticamente un millón de electores, hasta los 7,76 millones, además de crecer también en porcentaje (casi cuatro puntos más, hasta el 31,69).

El partido salió reforzado, la coalición no tanto. Si Sánchez saliera investido repitiendo coalición -con Sumar, ERC, EH Bildu, PNV, BNG y Coalición Canaria-, lograría 173 escaños. Ni siquiera tiene asegurado el apoyo de los de Andoni Ortuzar, pese a que anoche éste telefoneó a Feijóo para advertirle que ni tan siquiera están dispuestos a sentarse a negociar con los populares, impidiendo, de facto, toda posibilidad de Feijóo de llegar a La Moncloa. Para Sánchez, los cinco asientos del PNV podrían contrarrestar con los siete de Junts. Sea como sea, necesitaría el apoyo de más partidos que nunca, incluido el de una formación liderada por un prófugo de la Justicia.

Ni presentar mociones de censura ni recurrir leyes del Gobierno ante el Tribunal Constitucional (TC). La caída de Vox hasta los 33 escaños hace que los de Santiago Abascal pierdan sus dos grandes armas políticas. El partido ha perdido 19 diputados respecto a 2019, lo que les deja por debajo de los 50 que permiten interponer recursos de inconstitucionalidad y de los 35 que resultan necesarios para llevar a cabo el procedimiento parlamentario que permite desalojar al jefe del Ejecutivo.

En la última legislatura Vox aprovechó sus 52 parlamentarios para presentar dos mociones de censura y exprimió la vía de los recursos de inconstitucionalidad, recurriendo más de cuarenta normas. El 23J mengua su fuerza parlamentaria, pero también la de acudir al TC.

Los resultados de las elecciones generales conducen a España a un escenario de difícil gobernabilidad, ya que complican la posibilidad de lograr las mayorías necesarias para una investidura. ¿Qué pasa si no hay un acuerdo entre partidos? ¿O si lo alcanzan, pero ningún candidato logra la mayoría absoluta de votos en primera instancia o la mayoría simple en segunda para obtener la confianza de la Cámara Baja? Repetición electoral. Pero no inmediata. Deben pasar dos meses después de la primera votación para que se convoquen nuevas elecciones. Al día siguiente aparecería publicado en el BOE. Y esa fecha será determinante, puesto que los comicios se celebrarían justo 54 días después de esa fecha, en torno a noviembre o principios de diciembre.

Más allá de las paredes del Congreso, se debe prestar atención al Senado, donde el PP ha logrado mayoría absoluta. Con 120 senadores electos más los 23 que tiene por designación autonómica, los populares controlan la Cámara Alta. En contraposición a los socialistas, que se quedan con 72 senadores y 19 parlamentarios asignados.

Esta circunstancia otorgaría al PP una herramienta para ralentizar determinadas leyes impulsadas por el Gobierno de Sánchez, pero que más tarde volverían al Congreso para su ratificación definitiva con la mayoría gubernamental. Los populares podrían tratar así de enmendar aquellas normas con las que no estuviesen conformes a lo largo de la legislatura.