Onetti arrasa en las elecciones de la SGAE y podrá gobernar sin oposición interna

La actual dirección de la SGAE ve así refrendada su gestión en los últimos cuatro años, de los que Onetti destaca su «reconstrucción» de la entidad. Durante la campaña, el presidente de la SGAE ha venido destacando que su equipo asumió la dirección en plena pandemia del Covid y tras una década «agonizante», con varios escándalos judiciales abiertos y una inestabilidad que se tradujo en seis presidentes, seis directores generales y cinco secretarios generales. Recuperada la credibilidad y de vuelta en los organismos internacionales, aseguraba Onetti, su objetivo ahora es incrementar la recaudación hasta los 500 millones en un plazo de cuatro años y defender a los autores frente a la irrupción de la inteligencia artificial.

La incógnita en estos comicios estaba en los colegios de gran derecho (dramaturgos, coreógrafos y músicos escénicos; con 6 puestos en juego) y de pequeño derecho (músicos; 17 puestos), ya que en el colegio audiovisual solo se presentaba la lista de Onetti y en el colegio de editores musicales la candidatura de las multinacionales, que están alineadas con la dirección. Con esos 16 puestos asegurados, la oposición a Onetti lo apostaba todo al colegio de pequeño derecho, pero Plataforma Autoral ha despejado todas las dudas al ganar con el 60,23 por ciento de los votos. En el colegio de gran derecho, Onetti ha ganado a Somos Gran Derecho, candidatura amiga de Fernández Sastrón, con el 70,78 por ciento. Al ser listas cerradas, la lista que gana se lo lleva todo, con lo que Onetti podrá gobernar sin oposición interna, al contrario de lo que ha ocurrido estos últimos cuatro años.

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Pese al restablecimiento de relaciones de la entidad con el Ministerio de Cultura o el regreso a los organismos internacionales de los que ha presumido Onetti, la SGAE ha estado lejos de vivir en paz. El próximo presidente de la SGAE ha tenido que lidiar con una causa que lo relaciona con una supuesta falsificación de votos en varias asambleas y con la oposición de un grupo de autores críticos con el nuevo sistema de reparto. Este modelo, que también ha sido denunciado ante los tribunales, beneficia a la música emitida en televisión en horario de máxima audiencia y deja casi a cero los ingresos generados por la franja nocturna, un sistema que terminó derivando en el escándalo de la Rueda.

«Hubo épocas en las que hasta un 70 por ciento de todos los derechos de autor que se generaban en la parrilla televisiva se iban a la música que se ponía entre las 2 y las 7 de la mañana cuando había entre el 1 y el 2 por ciento de la audiencia», denunció Onetti. «Nosotros lo que predicamos es un reparto justo, que es lo que pidió el Ministerio de Cultura. Estuvieron a punto de cerrarnos la SGAE».