Gilberto Gil: «El avance de la derecha dura y alienada es grave, pero la juventud defenderá los valores humanistas»
El legendario músico brasileño actúa el sábado 29 en el Teatro Real, dentro de Universal Music Festival
Gilberto Gil, vibrante exhibición de poderío tropical en Pedralbes

Pronunciar su nombre y apellido basta para evocar la música de todo el país con el que riman. Gilberto Gil. Apóstol aventajado del tropicalismo, la samba, la bossa y de sus sinapsis con el rock o el reggae después de trabajar con Pink Floyd, ... Jimmy Cliff, Yes o The Wailers, el artista de Salvador de Bahía está celebrando el sexagésimo aniversario de su primer lanzamiento con una gira que el próximo sábado hace escala en el Universal Music Festival que cada verano acoge el Teatro Real.
- ¿Alguna vez ha estado en el Teatro Real?
- ¡No me acuerdo!
- Creo recordar que estuvo con Caetano Veloso, hará ya casi diez años… Está inmerso en su gira de 60º aniversario, pero ¿hará algo especial por tratarse de un sitio tan solemne?
- No necesariamente, es un concierto que tenemos muy medido. Quizá pueda permitirme hacer algo especial por tratarse de Madrid, pero no es seguro que pueda hacerlo así que no puedo contarlo.
- Celebrar seis décadas de carrera es un premio en sí mismo.
- Sí, así lo creo yo también. Celebro los sesenta años de trayectoria de un músico que ha hecho de todo, pero también los 81 años de una persona que ha vivido de todo (risas).
- ¿Cuál diría que ha sido la época más divertida de su carrera? Se suele idealizar mucho los años de Tropicalia.
- Los años de Tropicalia no fueron nada divertidos. Fue un momento muy duro en mi país por la dictadura. Me encarcelaron y después tuve que exiliarme. Después de todo eso, volví a Brasil y me encontré a mi pueblo muy afectuoso y comprensivo conmigo. Yo ya era un músico muy experimentado, me sentía completo como artista, así que diría que esos años fueron los mejores, los más interesantes.
- En el último año hemos perdido a tres grandes damas de la música brasileña: Gal Costa, Rita Lee y Astrud Gilberto. Son conocidas sus colaboraciones con Gal y Rita, pero con Astrud no hay grabaciones que yo sepa… ¿la llegó a conocer?
- Sí, sí, la conocí cuando estaba casada con Joao Gilberto. Era bahiana como yo, y fue una artista importante para la bossa.
- Con tantas pérdidas, ¿tiene esa sensación de fin de una era?
- Es lo que toca. Pero quedamos yo, Milton do Nacimiento, Caetano Veloso y muchos otros, que aunque estemos en los ochenta años seguimos haciendo contribuciones a la música brasileña. Hemos participado en movimientos revolucionarios, hemos impulsado cambios muy importantes en el pasado siglo, pero es natural que ahora sean otros los que hagan todo eso.
- ¿Y cómo ve el compromiso de los artistas brasileños actuales?
- Tienen una comprensión de la política y de los hechos ligados a ella que es algo distinta. Lo ven de una forma distinta a mi generación, pero también es lógico porque ahora todo es mucho más complejo en la realidad política, económica, cultural y de relaciones internacionales.
- Lo que está claro es que hay menos romanticismo político.
- Absolutamente. El realismo extremadamente pragmático ha sustituido al romanticismo.
- Una vez dijo que hay muchos Bolsonaros por el mundo. ¿Cree que seguirán surgiendo más?
- El avance de la derecha dura, ignorante y alienada es muy grave. Pero tengo confianza en que la juventud reaccionará cada vez más para defender los valores humanistas, y que prevalecerán.
- ¿Qué fue lo que más satisfacción le dio su etapa como ministro de Cultura?
- Hay dos o tres cosas importantes. Una de ellas fue el contacto internacional de los artistas brasileños, que intenté mejorar estableciendo nuevas relaciones con ministros de Cultura de otros países, y con las comunidades culturales de todo el mundo. Otra fue la intensificación de relaciones del Ministerio de Cultura con otros ministerios del gobierno brasileño, y con el Congreso, para que se involucraran más con la cuestiones artísticas. Se consiguió generar un interés que antes no existía, y eso se extendió a lo municipal y a los gobiernos regionales. Esa gestión me dio personalmente mucha satisfacción, porque fue algo nuevo, y funcionó muy bien. La tercera cuestión más importante fue que en el momento en que llegué al ministerio de Cultura, comenzaba a expandirse lo que podemos llamar 'cibercultura', con internet, los ordenadores más avanzados y los smartphones. Creamos más de cuatro mil 'puntos culturales' en todo el país para ayudar a la implementación tecnológica como instrumento de trabajo para los artistas. Eso fue muy importante para el progreso de la sociedad brasileña.
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- ¿Cómo ha visto el desarrollo de la tecnología del streaming y de la retribución a los creadores?
- Es un debate que sigue siendo muy intenso a día de hoy. El tema de mejorar la remuneración para los compositores es muy difícil, muy complejo. Comprender los derechos autorales es ahora muy complicado, y favorecer una dimensión económica justa para los autores va a requerir muchísimo trabajo. La regulación de este universo es vital, porque la música, la literatura, el cine y su implantación en los medios electrónicos está siendo un tema muy delicado. Tenemos que llegar a una situación más equilibrada. Los medios productores de cultura, de artes plásticas y artes escénicas merecen una retribución más digna.
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