Mil documentos mojados y «goteras importantes»: los daños en la Biblioteca Nacional que Cultura ha ocultado

ABC accede al informe que revela la gravedad de las afectaciones sufridas por las lluvias torrenciales de la DANA de septiembre de 2023

El ministerio, pese a la insistencia de la dirección de la BNE, tardó cuatro meses en iniciar las obras de reparación

El patrimonio de la Biblioteca Nacional, en «grave riesgo» por goteras

La BNE, con goteras Foto: EFE / Vídeo: ABC

Las lluvias torrenciales de la DANA de septiembre que pusieron en riesgo el patrimonio bibliográfico e inmobiliario de la Biblioteca Nacional de España (BNE) afectaron a alrededor de mil documentos del Departamento de Música y Audiovisuales y provocaron goteras en ocho dependencias distintas de ... las dos sedes de Recoletos y Alcalá de Henares, tal y como figura en el informe que la dirección de la BNE remitió al Ministerio de Cultura aquellos días solicitando la realización urgente de obras. Un extracto de este texto, al que ha tenido acceso ABC, detalla los daños causados por las abundantes lluvias, una información que el departamento que ahora dirige Urtasun –y antes Iceta– ha ocultado estos últimos siete meses, pese a las preguntas de este diario y de la oposición.

Según la información facilitada por la BNE a través del Portal de Transparencia, las goteras provocadas por la DANA afectaron a diversos tipos de documentos ubicados en la zona de trabajo del Departamento de Música y Audiovisuales, entre ellos «discos de pizarra y de vinilo y partituras ingresadas por Depósito Legal». En torno a mil documentos resultaron afectados, aunque ya se recuperaron tras el trabajo de los restauradores, informan fuentes de la institución a ABC. Más: en la planta octava del depósito sur se registraban en septiembre hasta cuatro puntos diferentes por los que en diferentes momentos cayó agua en los meses anteriores. «Esta última [las lluvias de septiembre] ha afectado a varios cuerpos de estanterías que contienen materiales audiovisuales», señalaba la BNE.

En la zona de trabajo del Departamento de Preservación y Conservación de fondos se produjo también otra «gotera grande» y en la planta doce del depósito general se originaron «importantes goteras que tampoco han llegado a afectar directamente a las obras gracias a que se han retirado a tiempo de sus estanterías», informaba en septiembre la BNE. En la planta -1 del depósito sur también entró el agua, si bien no hubo fondos afectados. «Pero se trata del depósito donde se conserva parte del fondo antiguo de la BNE», advertía la dirección. La zona de trabajo de Proceso Técnico, en la planta 0, estaba directamente protegida con plásticos, y en la zona de acceso a Depósito Legal no hubo fondos directamente afectados pero sí «ha vuelto a haber filtraciones desde el suelo y paredes», recogía el informe.

Así entró el agua en la BNE Arriba, el agua entrando en la sala de catalogación de la BNE durante la DANA de septiembre de 2023. Los trabajadores tuvieron retirar los libros y cubrir estanterías con plásticos. Los cubos ocuparon el espacio de los libros ABC

Todo esto en la sede de Recoletos, un edificio histórico del siglo XIX que es Bien de Interés Cultural (BIC). En la sede de Alcalá, un edificio secundario donde desde 1986 depositan documentos del organismo, llegó a «entrar agua en el depósito robotizado que conserva en torno a dos millones de libros». El informe indicaba además que «en algunas zonas de Bellas Artes y Cartografía hay algún indicio de humedad pero no ha caído agua en ningún sitio». La BNE es el centro depositario del patrimonio bibliográfico y documental español que se produce en cualquier tipo de soporte y tiene encomendada la misión de reunir, catalogar, conservar, incrementar, gestionar, difundir y transmitir el patrimonio bibliográfico y documental español, garantizando su integridad.

Debido a la gravedad de las afectaciones producidas por la DANA de septiembre, que llevó a Madrid a pedir al Gobierno la declaración de zona catastrófica, la dirección de la BNE remitió el día 4 el informe referido a la Gerencia de Infraestructuras y Equipamientos de Cultura. El día siguiente, este organismo visitó la BNE, constató los daños producidos y planteó posibles soluciones, por lo que Ana Santos, entonces directora de la institución, pidió a la Subsecretaría del ministerio que declarara las obras de emergencia. Días después, el 15 de septiembre, reiteró la petición «ante la gravedad de la situación que podría afectar a los fondos bibliográficos y arquitectónicos del patrimonio histórico español». Gerencia de Infraestructuras y Equipamientos de Cultura firmó la declaración de emergencia de las obras el 2 de noviembre.

Como informó ABC, ante la lentitud de Cultura, a finales de octubre de 2023 incluso hubo un cruce de cartas entre las más altas instancias de la biblioteca y el despacho del ministro de Cultura, que entonces era Iceta, y que finalmente activó los procedimientos para acelerar las obras. El 19 de diciembre, más de tres meses después del primer aviso, el Consejo de Ministros por fin aprobó la declaración de emergencia para «reparar la impermeabilización de las cubiertas y otros elementos constructivos» en las dos sedes de la BNE, sin muchos más detalles. El coste: 1,9 millones para un plazo estimado de once meses. Las primeras catas, según ha confirmado este diario con varias fuentes solventes, empezaron en enero, cuatro meses después de la DANA. El informe de la declaración de emergencia advertía de que las obras eran «absolutamente imprescindibles» y debían realizarse «con carácter inmediato».

El ministerio ha llevado el tema con bastante opacidad. No solo no reveló las consecuencias de la DANA en septiembre, sino que en diciembre, cuando el Consejo de Ministros aprobó las obras, se limitó a informar de que las obras de impermeabilización buscaban reparar «las cubiertas y otros elementos constructivos» en las sedes de Recoletos y Alcalá. «Es una obra que ya está aprobada por el Consejo de Ministros y se está ejecutando ya. Es decir, que tan pronto como vimos el problema, actuamos y, por lo tanto, eso está ahí en vías de solución», respondió el ministro Urtasun el mes pasado a ABC. Lo que este diario le preguntó fue qué fondos se habían visto afectados por las goteras.

Esa misma pregunta se la formularon PP y Vox en dos iniciativas parlamentarias. Cultura, en sus respuestas, indica que las lluvias del 3 y 4 de septiembre «no ocasionaron la pérdida de ningún bien de las colecciones bibliográficas de la BNE». Nada sobre las cifras de los mil documentos afectados y las ocho dependencias con humedades. «La intervención de los departamentos responsables de las colecciones permitió que todos los documentos, momentáneamente afectados, se mantuvieran dentro de las colecciones de la BNE sin daños relevantes. De entre los documentos afectados y ya reintegrados ninguno presentaba un valor patrimonial ni económico destacable», señala Cultura en su respuesta a las preguntas de la oposición.

Respecto a las obras de intervención urgente, el Gobierno dice que «transcurrieron, únicamente, 25 días entre la declaración de emergencia, el 2 de noviembre, y el inicio de las obras, el 27 del mismo mes». Según Cultura, «un plazo muy corto teniendo en cuenta la necesidad de preparación técnica para la obra a ejecutar: reparar la impermeabilización de las cubiertas y otros elementos constructivos de las sedes de la BNE, [...] así como la dirección facultativa, coordinación de seguridad y salud de las mismas, y su control de calidad». Esa fecha del 27 de noviembre es la que aparece en uno de los documentos de la obra como día en que se iniciaron «los trabajos derivados del presente encargo». Las obras como tal, según ha constatado ABC, comenzaron en enero. El primer aviso del peligro fue el 4 de septiembre.

Los daños ocasionados en ambas sedes de la BNE fueron «del deterioro de revestimientos hasta el abombamiento de pavimentos de madera o al desprendimiento de falsos techos», tal y como figura en el informe de la declaración de emergencia que emitió Cultura en noviembre. El origen de esos daños, explica el texto, no solo tiene que ver con la DANA: «Puede proceder de falta de mantenimiento, soluciones constructivas inadecuadas operadas en el pasado o defectos de ejecución». Durante años, la BNE ha elevado al ministerio varios informes sobre problemas en el edificio.

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Sobre el autor Jaime G. Mora

Periodista. Licenciado en Ciencias de la Información por la UCM y Máster ABC

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