La estrategia de Pedro Sánchez para atar en corto a Urtasun
El Gobierno afirma que la oficina de Asuntos Culturales de Manuela Villa busca conocer los planes y actividades del Ministerio de Cultura
Pedro Sánchez encarga a Manuela Villa tutelar a Urtasun
Madrid
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Iniciar sesiónPedro Sánchez quiere estar al tanto de todo lo que se cuece en el Ministerio de Cultura, que desde noviembre está en manos de Sumar. A este propósito responde el nombramiento en febrero de Manuela Villa como directora general de Asuntos Culturales, una unidad ... de nueva creación independiente de Cultura. Es el propio Gobierno quien lo reconoce en una serie de respuestas parlamentarias a PP y Vox, que registraron varias iniciativas para conocer los motivos de la puesta en marcha de esta oficina y saber si sus competencias se solaparían con las del ministerio que dirige Ernest Urtasun.
En sus respuestas –cinco en total–, el Ejecutivo deja claro que las funciones de Villa son amplias, y en virtud de su cargo de directora general le corresponde tener «conocimiento» de los «programas, planes y actividades» de ministerios como el de Cultura, Hacienda, Educación o Economía, así como coordinar las políticas públicas en esta materia. Esta labor de coordinación afecta al propio Gobierno central y también a las comunidades autónomas. «El desarrollo e impulso de la cultura son fundamentales, y por ello es crucial contar con una estructura orgánica que defienda los intereses del sector», afirma el Gobierno.
Cuando Sumar llegó a Cultura, algunas voces socialistas empezaron a temer que este ministerio cogiera el relevo de Igualdad en la anterior legislatura; esto es, que se convirtiera en un nuevo foco de conflictos. Las declaraciones antitaurinas de Urtasun y los planes descolonizadores del nuevo equipo vinieron a confirmar estas sospechas. Fue en este contexto cuando se conoció la creación de esta unidad dentro del organigrama de Presidencia, una noticia que no sentó nada bien al ministro. Urtasun llegó a decir que la llegada de Sumar al ministerio fue lo que «forzó su creación», al tiempo que garantizaba su independencia.
Pero, según se desprende de las explicaciones del Gobierno, Urtasun estará obligado a colaborar con Villa más de lo que reconoce... si es que lo hace, claro. «El departamento de Asuntos Culturales asistirá a la persona titular de la dirección del gabinete de la Presidencia del Gobierno en materia de cultura, facilitando el diálogo con ministerios como Cultura, Hacienda, Educación o Economía, teniendo así un conocimiento de los programas, planes y actividades, facilitando la coordinación de acción de Gobierno», explica el Ejecutivo en una de sus respuestas escritas a las preguntas de PP y Vox.
«Del mismo modo que se hará seguimiento de todos los programas y acciones de la Unión Europea que tengan incidencia en las políticas públicas del Estado, como aquellas políticas y programas públicos desarrollados y adoptados por los gobiernos de las comunidades autónomas, a fin de facilitar la cooperación y cogobernanza; y facilitar la la comunicación con la ciudadanía y atender a todas aquellas sugerencias, quejas e informaciones que se dirijan al presidente del Gobierno», añade el Ejecutivo.
Con todas esta información, Villa debe «proporcionar información política y técnica» a Pedro Sánchez «que resulte necesaria para el ejercicio de sus funciones», así como «asesorarle en aquellos asuntos y materias de cultura, y aquellas otras actividades o funciones que le encomiende».
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Aun con todo, Presidencia asegura que «la relación con el Ministerio de Cultura es de colaboración y apoyo» y que «las competencias no se duplicarán». La realidad es otra. En estos cinco meses que lleva Sumar en Cultura, los socialistas han chocado con el partido que lidera Yolanda Díaz en cuestiones como las industrias culturales o la regulación de la inteligencia artificial, por no hablar de los planes de Urtasun para «descolonizar» los museos estatales. Sánchez necesita a Villa para atar en corto al ministro, o al menos estar al tanto de lo que hace.
Hay otra clave más, y esta es electoral. En una legislatura marcada por la guerra cultural y las denuncias de censura, Sánchez quiere mantenerse cerca de un sector que, cuando llegan las elecciones, siempre tiene capacidad para arrastrar votos. Desde hace meses, Sánchez ha reforzado su agenda cultural, con la participación en eventos del sector, reuniones con figuras de la cultura e incluso inaugurando exposiciones, como hizo hace poco con la de Luis Martín Santos de la Biblioteca Nacional de España.
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SuscribetePeriodista. Licenciado en Ciencias de la Información por la UCM y Máster ABC
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