El PSOE le disputa a Sumar la bandera contra los abusos de la inteligencia artificial
Los socialistas prometen al sector, convocado en el Congreso, que defenderán «con uñas y dientes» los derechos de autor
La industria desnuda las diferencias entre Moncloa y el Ministerio de Cultura
Madrid
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Iniciar sesiónEn esa agenda paralela –a veces cruzada– que llevan PSOE y Sumar esta legislatura en la política cultural, este jueves les tocó a los socialistas presentarse ante el sector como garante de la defensa de los derechos de autor. En una jornada organizada por ... el Grupo Socialista en el Congreso para analizar el impacto de la inteligencia artificial en el trabajo de los creadores, su portavoz de Cultura garantizó que el PSOE defenderá la propiedad intelectual «con uñas y dientes». Y Manuela Villa, la directora general de la Oficina de Cultura de Pedro Sánchez, dijo que ante este «reto enorme» es necesario «organizarse para encontrar caminos comunes para los creadores». Entre el público no había nadie del Ministerio de Cultura, es decir, de Sumar, que tiene mucho que decir –casi todo– en esta materia.
Villa, la pieza que Sánchez ha colocado en La Moncloa para evitar que sus socios en el Gobierno capitalicen la iniciativa en las políticas culturales, fue la encargada de cerrar unas jornadas en las que participaron las entidades de gestión de derechos de autor, creadores, productores y también el eurodiputado Ibán García del Blanco, que ha participado en el Reglamento sobre IA aprobado recientemente en Bruselas. «Desde el principio de esta legislatura hemos ido articulando iniciativas que nos van a permitir enfrentarnos a este reto con herramientas», afirmó Villa: la creación de la primera Agencia Estatal de supervisión en Europa, con sede en La Coruña, la creación de una Secretaría de Estado específica sobre este asunto y la próxima puesta en marcha de una herramienta lingüística de IA, entrenada en lengua castellana y lenguas cooficiales.
Nada dijo la directora general de otras dos medidas implementadas por el Ministerio de Cultura –en manos de Sumar, pero del Gobierno al fin y al cabo– sobre IA. Son la aprobación del proyecto de ley de la Oficina Española de Derechos de Autor y Conexos, desde la que Urtasun pretende regular todo lo que tenga que ver con la IA, o al menos eso dice en sus intervenciones. La otra medida que Villa olvidó es la elaboración de un manual de buenas prácticas por el que el ministerio se compromete a no premiar o contratar obras creadas íntegramente con IA y propone que esta tecnología solo se use como herramienta de apoyo, y nunca como sustituta del ser humano. Cultura hizo pública esta guía unos días antes de que su socio en el Gobierno presentara una iniciativa similar en el Congreso, que posteriormente fue aprobada por la Cámara.
Es en este contexto de pugna, más que de colaboración, en el que se celebró esta jornada. Villa, secretaria de Cultura del PSOE, ensalzó al eurodiputado Ibán García del Blanco por haber impulsado un primer reglamento desde Bruselas. «Has hecho una labor impresionante y ahora mismo eres la persona de referencia para muchos de nosotros que estamos en política», le dijo. García del Blanco presumió de que este Reglamento europeo es «la primera legislación del mundo» en IA: «Estamos inspirando la regulación de otros lugares, y lo hacemos desde una inspiración humanista». Este texto, en materia de derechos de autor, obliga a que las herramientas de IA sean transparentes, de modo que se pueda rastrear el uso que se hace de las obras protegidas y los creadores puedan asegurarse de que sus derechos son respetados.
«Creo que lo que hemos hecho en la Unión Europea es para mostrarnos muy orgullosos de nuestro sistema y nuestra democracia, porque hemos alumbrado una especie de regulación que no está directamente de acuerdo con los planteamientos iniciales que tenían las grandes corporaciones y algunos elementos han sido de ardua negociación. Digo más, todo lo que tiene que ver con transparencia en la utilización de propiedad intelectual ha tenido la oposición radical por parte de las grandes compañías internacionales y de algunos de los gobiernos de la UE, como el francés, el alemán o el italiano. Y sin embargo hemos sido capaces al final de sacarlo adelante», dijo García del Blanco. En los próximos meses se empezarán a hacer efectivas estas exigencias, en principio, sin que haya necesidad de modificar la ley de Propiedad Intelectual. En el sector, además, no terminan de ver con buenos ojos que se lleve a cabo una reforma; más aún con Urtasun al frente del ministerio. El portavoz de Sumar, en su etapa como eurodiputado, defendió posturas contrarias a los derechos de autor.
Entre las posturas que defendieron los representantes del sector que fueron invitados al acto, la mayoría coincidieron en que las grandes compañías han hecho uso de obras (libros, fotos, ilustraciones, música...) protegidas por derechos de autor sin haber informado sobre ello y, lo más importante, sin haber pagado por su uso. «Lo que ha habido hasta ahora es un ejercicio de piratería», llegó a decir Manuel Rico, presidente de la Asociación Colegial de Escritores (ACE). La ilustradora Teresa Valero alertó de que en su sector va a ser «prácticamente imposible» competir con las máquinas, que van a hacer una «competencia absolutamente desleal». Nathalie Martínez, presidenta de la federación de animación y efectos visuales Diboos aportó otro punto de vista: «¿Por qué no vamos a abaratar las producciones si podemos?». A su juicio, hay que aprovechar esta nueva herramienta, pero siempre que se pongan límites. «Pero esto es algo que la ley ya contempla», dijo.
La IA seguirá dando que hablar. «Esperamos seguir convocándoos en este tipo de espacios y para eso estamos a vuestra disposición para seguir hablando y avanzando», dijo Villa a los asistentes, encantandos por un lado de que se les abran las puertas del Congreso; y, por otro, rehenes de un pimpampún entre socios de Gobierno con escasos avances. Como la propia Villa reconoció, aún no se han resuelto temas que el sector lleva alertando años, cuando no décadas: el Estatuto del Artista, la precariedad, el «respeto social hacia el creador», las «métricas» de lo que aporta el sector a la economía... Continuará.
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SuscribetePeriodista. Licenciado en Ciencias de la Información por la UCM y Máster ABC
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