El castillo que resurgió de las cenizas del pirata Morgan
Hallan en Panamá restos de la tercera fortaleza de San Lorenzo de Chagres, construida por Antonio Fernández de Córdoba en el siglo XVII
Arqueólogos buscan en Panamá los navíos del pirata Henry Morgan
Planta del castillo de San Lorenzo de Chagre realizada en 1689 por el ingeniero Juan Bautista de la Rigada, que muestra en su extremo izquierdo lo que han encontrado: hornabeque, baluartes, foso y contraescarpa.
«Vengan los demás perros ingleses, enemigos de Dios y del Rey. Vosotros no habéis de ir a Panamá», gritaron los españoles a los piratas del cruel sir Henry Morgan desde las almenas del castillo de San Lorenzo de Chagres. Y fieramente ... se defendieron aquellos 314 hombres con mosquetes, picas, piedras y espadas en 1671. La fortaleza militar era la llave de paso hacia Panamá y la guarnición se dejó la vida para evitar que cayera en manos de los bucaneros. Alexandre O. Exquemelin contó en sus memorias sobre los 'Piratas de América' que cuando los piratas tomaron el castillo, solo hallaron a unos treinta hombres malheridos. «Los españoles que quedaron aún en vida saltaron del castillo al agua prefiriendo morir precipitados por sí mismos que pedir cuartel», escribió en 1678 el 'médico de los piratas', como lo bautizó Alejo Carpentier.
Cuando los españoles pudieron regresar a San Lorenzo de Chagres meses después, solo encontraron ruinas. Tras saquear Panamá, Morgan había arrasado el castillo, derribando las murallas y prendiendo fuego a todos los edificios. Para la construcción de la nueva fortaleza, la tercera en este enclave estratégico tras el primer fuerte de madera y el demolido por los piratas, la Corona confió en Antonio Fernández de Córdoba, quien como gobernante de la provincia de Castilla del Oro (Panamá) y junto a su ingeniero Bernardo de Ceballos y Arce diseñó también la nueva Panamá.
«Fue la primera vez que la Corona invirtió en hacer un castillo 'de verdad', de mampostería y con una verdadera guarnición militar en la boca del Chagres, que los distintos castellanos y gobernadores de Panamá llevaban casi un siglo pidiendo a gritos, por la importancia y vulnerabilidad del sitio y los constantes ataques de los enemigos de España«, explica Tomás Mendizábal a ABC por correo electrónico. Este arqueólogo del Centro de Investigaciones Históricas, Antropológicas y Culturales (CIHAC-AIP) de Panamá lidera una ambiciosa investigación con otros ocho expertos de diversas instituciones panameñas, colombianas y francesas que ha sacado a la luz restos de esta tercera fortaleza.
Con la construcción de la cuarta y última versión del fuerte en el siglo XVIII, la que se puede ver actualmente, quedaron enterrados bajo el patio de armas, pero en 2021 los investigadores observaron que su contorno se insinuaba bajo la hierba y las pruebas de geofísica les dieron la razón. Comenzó entonces un proyecto que ha incluido desde prospecciones y excavaciones en el lugar a búsquedas en el Archivo de Indias o estudios de la memoria oral de los residentes de Nuevo Chagres, descendientes directos de los chagreños del siglo XVII.
Muestra de la ingeniería militar del siglo XVII
La tercera fortaleza de San Lorenzo de Chagres «es una de las pocas muestras de ingeniería militar del siglo XVII que todavía quedan en Panamá», subraya Mendizábal. Se diseñó con un hornabeque con dos medio baluartes protegidos por un foso y con una torre que conectaba con la plataforma marina bajo el acantilado.
«El castillo literalmente custodiaba la retaguardia de Panamá»
Tomás Mendizábal
Investigador del CIHAC-AIP
El arqueólogo explica que se parecía en factura y diseño a las murallas de la nueva Panamá que se trasladó a un lugar más resguardado. «El castillo literalmente custodiaba la retaguardia de la ciudad, aunque ésta yaciera en el Pacífico«, remarca.
A Fernández de Córdoba se le fue la vida en esta empresa. Murió a los meses de haber mudado la capital, hace 350 años.
Los arqueólogos han encontrado restos del foso de casi dos metros y medio de profundidad que fue cortado y excavado sobre la roca del acantilado y en él se aprecia el contorno del hornabeque, de sus baluartes y de la contraescarpa. Mendizábal cuenta que «cualquier resto de mampostería de los parapetos, troneras, merlones y otros edificios que hubiese tenido ese castillo, fue demolido y tirado al foso para rellenar y nivel todos ese espacio y poder hacer el patio de armas de la 'nueva' fortaleza que construyó el ingeniero Manuel Hernández entre 1763 y 1768, la actual».
Mediante la prospección geofísica por electro resistividad, han hallado un elemento, «que parece ser una base o pilastra de calicanto para sostener, posiblemente, el asta de la bandera del cuarto castillo», según añade el director de las investigaciones.
Además, han podido ubicar los restos de dos de las cuatro iglesias del pueblo de Chagres y muchas evidencias de la vida doméstica de esta población, sobre todo de la segunda mitad del siglo XVIII y del XIX. Por primera vez se está investigando también el pueblo que siempre acompañó al castillo y se va a saber más sobre los habitantes del lugar.
«Llave del reino»
Mendizábal recuerda que el castillo de San Lorenzo era una de las «llaves del reino» de Tierra Firme porque defendía la ruta transístmica, paso casi obligado para las gentes y riquezas que se intercambiaron entre Europa y Sudamérica entre los siglos XVI y XVIII.
Incluso cuando Panamá quedó fuera de la ruta principal de comercio tras la cancelación de la Flota de Tierra Firme, «la Corona decidió invertir una verdadera fortuna en la reconstrucción de todas las plazas militares en el istmo, como las de Panamá, Portobelo y San Lorenzo» y «por fin las hicieron casi inexpugnables», relata el investigador del CIHAC-AIP.
De San Lorenzo de Chagres -«un sitio hermoso y también fascinante», a ojos de este arqueólogo- se tiene hoy acceso a la represa de Gatún, la pieza clave del Canal de Panamá. «Por eso los americanos también fortificaron el Caribe durante todo el siglo XX», añade. Los tiempos cambian, aunque no tanto.