Los tres partidos de la oposición parlamentaria tienen claros los ejes de sus intervenciones en las réplicas al presidente de la Generalitat durante el debate de Política General. La recuperación de los casos de corrupción como un hilo argumental de sus propuestas será lo más destacado.

Los casos que afectan a la alcaldesa de Alicante, Sonia Castedo; la compra de Valmor (apuntando al propio Fabra); la deuda de RTVV; las concesiones de residencias para mayores (con Juan Cotino como objetivo); y el recordatorio de la presencia de dos diputados del grupo popular imputados (Ricardo Costa y Yolanda García), más el procesamiento de Elisa Díaz, irán en el «orden del día» del tripartito.

La infrafinanciación será otro de los temas en los que la oposición hará hincapié en bloque. Erosionar la imagen de Alberto Fabra al no haber conseguido que el sistema de financiación se cambie en la presente legislatura será el principal reto de PSPV, Compromís y EUPV.

La reunión de Rita

Ese «ninguneo» de Mariano Rajoy a Fabra, a juicio de la oposición, también será aderezado con la última reunión que el propio presidente del Gobierno mantuvo e hizo pública con la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá. Salvo el PSPV con Ximo Puig, ni EUPV ni Compromís tienen candidato definido para las autonómicas de 2015 (tampoco UPyD como «outsider») y por ello quieren colocar en el mismo plano de indefinición al partido que sustenta la acción del Consell.

La regeneración democrática que planteará Fabra tendrá como respuesta que el PP «no es fiable» y aludirán al incumplimiento de la reforma de la disposición adicional primera del Estatuto que en su día acordaron PP y PSPV y que se ha aplazado por cuarta vez en el Congreso.

La actitud, según ha podido conocer este diario, será ciertamente de «ataque» en una batería de peticiones que pasarán desde la dimisión del propio Alberto Fabra por la compra de la empresa Valmor, hasta forzar al límite la paciencia del presidente de las Cortes, Juan Cotino, para ver si hay alguna expulsión que refuerce el argumento de su proceder autoritario.

Se prevé por tanto una sesión dura, en la que habrá alusiones también al inicio «caliente» del curso escolar –con huelga por el calor en las aulas incluida–, donde también podría haber algún reproche entre partidos de la oposición dependiendo de la estrategia de pactos preelectorales que está empezando a diseñarse.