¿Por qué había dinosaurios con alas si no volaban? Servían para aterrorizar
Las plumas de colores contrastados les servían para asustar a los insectos y hacerlos salir de su escondite, según investigadores coreanos que se han dedicado a perseguir saltamontes con un robot para demostrarlo
El dinosaurio que dormía en la misma postura que las aves
Caudipteryx, un dinosaurio emplumado que vivió hace 124 millones de años (izquierda) y un ruiseñor que eleva sus alas como estrategia de búsqueda de alimento
Las alas y colas emplumadas aparecieron por primera vez en los cuerpos de algunos pequeños dinosaurios durante el Jurásico. Esas primeras plumas eran demasiado pequeñas y débiles para permitir vuelos propulsados, por lo que durante mucho tiempo su función se ha considerado un ... misterio. Hace 50 años, el famoso paleontólogo estadounidense John H. Ostrom propuso que las alas originales (protoalas) eran utilizadas por dinosaurios depredadores que vivían en el suelo para derribar a los insectos, su fuente de alimento.
Como es imposible viajar en el tiempo y observar el comportamiento de esos antecesores de las aves, un equipo de investigadores coreanos entre los que hay biólogos, paleontólogos y expertos en robótica, decidió construir su propio dinosaurio emplumado. Se llama Robopteryx y su forma, tamaño y movimientos imitan los de Caudipteryx, un depredador emplumado de dos patas del tamaño de un pavo real que vivió hace aproximadamente 124 millones de años.
Equipado con nueve motores, Robopteryx levanta la cola y extiende sus alas, se detiene con ellas extendidas y luego las pliega hacia atrás, como actúan algunas aves modernas insectívoras como, por ejemplo, algunos petirrojos, la reinita encapuchada o el correcaminos grande. Los estudios sobre estas aves han revelado que mostrar un plumaje contrastado (a menudo con manchas blancas y negras) en las alas y cola desencadena la huida de sus presas y, por lo tanto, aumenta la eficiencia de búsqueda de alimento porque las aves persiguen y atrapan a la presa que escapa.
Robot asustador
Los investigadores sacaron al robot-dinosaurio al exterior en busca de saltamontes, unos insectos que pertenecen a un orden, Orthoptera, que existió al mismo tiempo que Caudipteryx. Y causó sensación. El comportamiento de exhibición (mover las alas) asustaba a los saltamontes, de tal forma que salían de su escondite, lo que habría dado a un depredador real la oportunidad de perseguirlos y capturarlos. El 93% de los saltamontes huyeron cuando Robopteryx mostró sus plumas; si no lo hacía, no escapaban ni la mitad. También encontraron asociaciones significativas entre la presencia de manchas blancas en las protoalas y la cola y la probabilidad de que el saltamontes se fuera saltando espantado.
En el círculo, el robot, asustando a un saltamontes en un parque de Seúl. En grande, el Caudipteryx
En una inusual exhibición de sinceridad, los investigadores reconocen que su curioso estudio fue rechazado once veces por revistas revisadas por pares (en las que suelen publicarse los artículos científicos tras el análisis de varios expertos en el misma área) hasta que por fin fue admitida en 'Scientific Reports'.
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Pero estos persistentes autores creen que su experimento apoya la hipótesis de la persecución al ras del suelo y proporciona una nueva perspectiva sobre por qué las alas y colas emplumadas pueden haber evolucionado inicialmente en los dinosaurios. Esta estrategia «podría conducir al desarrollo de plumas más grandes y rígidas, ya que permitirían persecuciones más exitosas y exhibiciones visuales más pronunciadas», resume Sang-im Lee, ecólogo en la Universidad Nacional de Seúl. Fue el principio del camino que llevó hasta las aves actuales.
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