Descubren un posible 'planeta enano' en los confines del Sistema Solar
Investigadores de Princeton dicen que el misterioso objeto mide unos 700 km de diámetro -tres veces menos que Plutón- y tarda alrededor de 25.000 años en dar una vuelta completa al Sol
La órbita del nuevo mundo, si su existencia se confirma, no encaja con el patrón que se supone que crea el hipotético Planeta Nueve en las trayectorias de otros objetos del Sistema Solar exterior
Demos la bienvenida a Hygiea, el nuevo planeta enano del Sistema Solar
En la imagen, las órbitas del planeta enano Sedna y del hipotético 2017 OF201
Más allá de la órbita de Neptuno, a miles de millones de km de la Tierra, un equipo de investigadores del Instituto de Estudios Avanzados en Princeton, Nueva Jersey, acaba de anunciar el posible descubrimiento de un nuevo planeta enano. Clasificado como 2017 OF201, si ... el hallazgo se confirma sería una mala noticia para el planeta 9, el hipotético y gigantesco mundo que muchos astrónomos llevan años buscando en los confines externos del Sistema Solar. El estudio, aún no publicado en una revista científica, puede consultarse ya en el servidor de prepublicaciones 'arXiv'.
Hace más de un siglo que los astrónomos discuten sobre la posible existencia de mundos gigantes y aún no descubiertos en en el lejano cinturón de Kuiper y en la aún más remota nube de Oort, las regiones más alejadas de nuestro sistema planetario. Todo comenzó, en efecto, a finales del siglo XIX, en los albores de la astronomía moderna, con la idea de un misterioso 'Planeta X' que solucionaría las aparentes anomalías en las órbitas de Urano y Neptuno. Los astrónomos, liderados por figuras como Percival Lowell, postularon entonces la existencia de un cuerpo masivo cuya atracción gravitacional podría explicar esas desviaciones. La búsqueda resultó infructuosa, pero indirectamente llevó al descubrimiento de Plutón en 1930 por Clyde Tombaugh.
Durante décadas, Plutón fue considerado el noveno planeta, aunque su pequeño tamaño y órbita excéntrica siempre fueron motivo de controversia. Y al final, su destino cambió drásticamente en 2006. Con el descubrimiento de otros objetos de tamaño similar o incluso mayores que Plutón en el Cinturón de Kuiper, como Eris, la Unión Astronómica Internacional no tuvo más remedio que volver a plantearse el concepto mismo de 'planeta'. De modo que Plutón fue reclasificado como 'planeta enano', lo que volvió a reducir el número oficial de mundos en nuestro sistema a ocho.
El misterio, sin embargo, no se disipó con la degradación de Plutón. Una década después, en 2016, Konstantin Batygin y Mike Brown, científicos planetarios del Instituto Tecnológico de California (Caltech), anunciaron nuevas pruebas que sugerían la existencia de un enorme planeta del tamaño de Neptuno oculto en el Sistema Solar exterior. Lo llamaron 'Planeta Nueve'.
Una búsqueda infructuosa
Su existencia se dedujo a partir de la extraña agrupación de las órbitas de varios objetos transneptunianos (TNO), es decir, cuerpos celestes que orbitan el Sol más lejos de lo que lo hace Neptuno. Esas órbitas, en efecto, parecían estar 'agrupadas' de una manera que sólo podría explicarse por la influencia gravitacional de un planeta mucho más grande y distante. Desde entonces, la búsqueda del esquivo planeta 9 se ha convertido en el centro de una agria e interminable polémica científica.
Algunos, en efecto, interpretan el hallazgo de pequeños y lejanos mundos helados (Eris, Makemake, Haumea...), con sus órbitas extremadamente largas, como una prueba más de la influencia gravitacional de un mundo gigante aún no descubierto. Otros, sin embargo, creen que esas órbitas anómalas (algunas de las cuales tardan hasta 20.000 años en completarse) pueden deberse a otros factores, como el paso de una estrella cercana o, incluso, a la gravedad de nuestra propia galaxia. Algunos han llegado a especular con la posibilidad de que el hipotético Planeta 9 pudiera ser, en realidad, un agujero negro acechando desde el exterior de nuestro sistema.
Y ahora la trama acaba de complicarse aún más con el posible hallazgo de 2017 OF201.
Más problemas para el Planeta 9
El objeto recién descubierto, de unos 700 km de diámetro (tres veces menos que Plutón), tarda alrededor de 25.000 años en dar una vuelta completa al Sol. Es decir, que sigue una órbita extremadamente alargada que le lleva, en su punto más cercano (el perihelio) a estar 'solo' a 44,5 Unidades Astronómicas del Sol (Una UA equivale a la distancia Tierra-Sol, 150 millones de km), y en su punto más alejado (el afelio), a unas remotas 1.600 UA de nuestra estrella. Y es justo aquí donde surge un nuevo problema para el Planeta 9. Como se ha dicho, muchos objetos transneptunianos tienden a agruparse en una orientación específica, lo que se interpreta como una señal de la influencia gravitatoria de un planeta gigante invisible (el Planeta 9). Pero ese no es el caso de 2017 OF201.
«Este objeto -explica Eritas Yang, coautor del estudio- es definitivamente un valor atípico para el agrupamiento observado». Es decir, que su órbita no encaja con el patrón que se supone que crea el Planeta Nueve. Lo cual es una mala noticia para los defensores de su existencia.
En su estudio, los investigadores utilizaron modelos informáticos para simular cómo el recién descubierto planeta enano podría interactuar con un supuesto Planeta Nueve. Y descubrieron que, si el planeta gigante realmente existiera, 2017 OF201 habría sido expulsado de su órbita hace ya mucho tiempo. A pesar de lo cual Sihao Cheng, autor principal de la investigación, no está dispuesto a descartar por completo la hipótesis. «Espero que el Planeta Nueve aún exista» -declaró el científico a la revista 'New Scientist'- porque eso sería más interesante«.
Una órbita tan alejada como la de 2017 OF201, en efecto, aún podría ser el resultado de un encuentro con un planeta gigante que lo expulsó a las afueras del Sistema Solar, aunque también podría deberse a la interacción con alguna otra estrella vecina.
Observatorio Vera C. Rubin, la búsqueda continúa
El caso del Planeta Nueve, pues, aunque tocado, no está totalmente muerto. 2017 OF201, con su interminable órbita de 25.000 años, solo pasa alrededor del 1% de su tiempo lo suficientemente cerca de la Tierra como para que podamos detectarlo. Es decir, que podría haber cientos de objetos similares esperando ser descubiertos. Algo que podrían hacer futuras misiones y telescopios de próxima generación. Entre ellos, el Observatorio Vera C. Rubin, en Chile, está a punto de entrar en funcionamiento y promete revolucionar, con su gigantesca cámara de 3,2 gigapíxeles, nuestra comprensión del Sistema Solar exterior.
MÁS INFORMACIÓN
El Observatorio Rubin buscará objetos tenues y en movimiento, por lo que tiene el potencial de detectar muchos más objetos como 2017 OF201. Y, puestos a soñar, si el Planeta Nueve realmente existe, el Rubin podría ser el telescopio que finalmente lo descubra.