Gemínidas 2019: esta noche cae la mejor lluvia de estrellas del año

Hay muchos motivos por los que las Gemínidas, cuya actividad se produce este año entre el 4 y el 17 de diciembre, son especiales [Diez curiosidades sobre la última lluvia de estrellas del año] . Para empezar, su origen. Mientras que el resto de las lluvias de estrellas procede de cometas, esta cae de un asteroide , el enigmático 3200 Faetón . Aunque la lluvia se conoce desde hace 150 años, no fue hasta 1983 que los astrónomos dieron con la roca. Faetón gira alrededor del Sol cada 1,4 años en una órbita que se aproxima mucho a nuestra estrella. Cuando a mediados del mes de diciembre la Tierra atraviesa la corriente de escombros que deja el asteroide en su camino, aparecen los brillantes meteoros en el cielo. «Qué es exactamente Faetón es un misterio», reconoce Roberto Bravo, director de la empresa Astroafición , dedicada a la divulgación de la astronomía. «Algunos consideran que es el núcleo de un cometa desprovisto de cola por acercarse muchas veces al Sol. Otra teoría sostiene que la lluvia son los restos del choque de Faetón con otro asteroide», explica.

Esta extraña procedencia hace que los trozos que se desprenden, de roca y metal, sean más grandes y sobrevivan más tiempo en el cielo. Van más despacio y las estelas son más largas que, por ejemplo, las de las archifamosas Perseidas de agosto.

Las Gemínidas son, además, la lluvia que puede dar más sorpresas. En 2014, dejó más de 250 estrellas fugaces por hora, un espectáculo fantástico. Tres años antes habían caído más de 200. «Pero estos estallidos son muy difíciles de predecir, lo normal es que se contabilicen entre 120 y 150 meteoros a la hora», apunta Bravo.

¿Son esos los que vamos a ver? Lamentablemente no. Para empezar, porque nos perdemos la mitad de los que llegan a la Tierra, ya que solo podemos ver los que caen sobre la línea del horizonte. Además, la luna llena de estos días, la última de la década, también nos perjudica, por lo que en realidad, y si estamos bien atentos, podremos ver entre 30 y 40 «estrellas» por hora. Como la lluvia parece venir de la constelación de Géminis (lo que se conoce como radiante), que sale por el Este (al igual que la Luna) sobre las once de la noche, «lo mejor es no mirar hacia allí porque dificulta la observación, sino a unos 30º o 40º, hacia las constelaciones de Orión, Tauro o Andrómeda», explica el responsable de Astroafición, que planea una escapada a la sierra madrileña para disfrutar del espectáculo natural.

Si el tiempo meteorológico lo permite -las nubes previstas para muchos lugares de la península no son las mejores aliadas-, lo más recomendable es acercarse a un lugar oscuro, alejado de las luces de las ciudades y sin grandes edificios o montañas que tapen el cielo. Hace falta un buen abrigo y poco más, porque la observación de las Gemínidas se hace a simple vista. Nuestros ojos cubren una mayor cantidad de cielo que unos binoculares. Si se añade un termo de café caliente y un poco de paciencia, solo queda admirar unas estrellas fugaces que quizás no consigan hacer realidad nuestros deseos pero que nos hacen mirar al cielo y olvidarnos, por una vez, de nuestros problemas mundanos.