La Academia Nacional de Ciencias de EE.UU. expulsa al biólogo Francisco Ayala a raíz de varias denuncias de acoso sexual

«Me siento aliviada porque ahora, para las víctimas de acoso o violencia sexual, el camino hacia la justicia puede ser más fácil», escribía en un comunicado a la revista 'Science' Jessica Pratt , profesora asociada de UC Irvine y una de las mujeres que presentó una denuncia contra Ayala.

La Academia emitía el miércoles un comunicado afirmando que se le expulsaba como miembro «con efecto inmediato» . Ayala, quien entró en la organización en 1980, se ha negado de momento a comentar la situación, si bien en 2018 negó las acusaciones , que incluían comentarios sexuales e incluso una invitación a una profesora para sentarse en su regazo. « Soy víctima del Me Too. Lo mío fueron cumplidos, no acoso », afirmaba en una entrevista a ABC hace tres años.

«He dedicado toda mi vida y mis ahorros a la Universidad de California, hasta el último penique y, de pronto, me encuentro con esta historia tan penosa que se basa en la mala interpretación de unos cumplidos que he dedicado a estas tres mujeres. Me acusan por decirles que eran «beautiful» (guapas), «elegants» (elegantes)... y lo bien que lo hacían todo. O por saludarlas con dos besos en las mejillas. Todo esto son cortesías que no extrañarían en España y tampoco aquí, entre la gente de mi generación. Todo esto lo han transformado en acusaciones de acoso sexual», contaba por aquel entonces a este diario. Ayala es un reputado biólogo neodarwinista que en la actualidad tiene 87 años.

La propia Pratt -quien presentó la primera queja contra Ayala en 2015- y otros compañeros se han quejado de la lentitud del proceso , que ha durado años. «Esto es justicia, pero demasiado tarde y con un coste demasiado elevado para las víctimas», escribía en sus redes sociales Kathleen Treseder , investigadora de UC Irvine y que también que había presentado una denuncia ante la universidad por el comportamiento de Ayala.

La Academia comenzó a considerar tomar medidas contra Ayala y Geoff Marcy -astrónomo de la Universidad de California Berkeley, quien finalmente fue expulsado el pasado mes de mayo- cuando François-Xavier Coudert , químico computacional de la agencia nacional de investigación francesa CNRS, y Seyda Ipek , física teórica de partículas de UC Irvine, presentaron el pasado otoño quejas de forma independiente ante la organización, si bien ninguno de los dos estaba relacionado directamente con los casos. Tras este movimiento, una ola de investigadores comenzó a pedir su expulsión a través de las redes sociales.

Coudert también incluyó otros dos nombres en su queja: el del catalán Sergio Verdú , teórico de la información que trabajó anteriormente en la Universidad de Princeton; e Inder Verma , biólogo que prestó sus servicios en el Instituto Salk de Estudios Biológicos. Coudert ha explicado que la organización le ha confirmado que está esperando la resolución de la demanda que Verdú ha presentado contra Priceton y que, en el caso de Verma, no puede hacer nada ya que el Instituto Salk no ha hecho públicos los resultados de las ocho demandas de mujeres que afirmaban haber sido acosadas sexualmente por el profesor. Verma renunció a su cargo en 2018.

Tanto Ayala como Verma también eran miembros de la AAAS (la organización que publica la revista 'Science'), si bien la institución les expulsó después de adoptar una nueva política en 2018 en contra del acoso.

«Este plazo para que se tomen medidas significativas es inaceptable», ha declarado Nancy Hopkins , bióloga emérita del Instituto de Tecnología de Massachusetts y miembro de la academia. «Pero más vale tarde que nunca». «La clave ahora es asegurar un proceso eficaz y que la gente crea que fue por causas justificadas».