«Cuando el corazón nos dice algo, también tenemos que preguntar a la razón»
Mercè Conangla y Jaume Soler explican en su libro 'Desobediencia emocional' la necesidad de aprender a desobedecer todo aquello que vaya en contra de nuestra dignidad y no nos permita ser nosotros mismos, incluidas nuestras propias emociones
MADRID
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Desde pequeños nos educan para obedecer y aceptar sin rechistar las órdenes que nos llegan desde figuras de autoridad (padres, maestros, gobernantes...). Esto hace que muchas veces ni nos planteemos cómo nos afecta personal o colectivamente estas imposiciones. Por este motivo, los psicólogos y presidentes ... de la Fundació Ecologia Emocional , Mercè Conangla y Jaume Soler, explican en su libro ' Desobediencia emocional ' (Editorial Amat) la necesidad de aprender a desobedecer todo aquello que vaya en contra de nuestra dignidad y no nos permita ser nosotros mismos, incluidas nuestras propias emociones.
¿Qué nos aportan las emociones?
Información, pues son datos que nos avisan de si nuestras acciones nos favorecen o están jugando en nuestra contra y nos estamos comportando de forma peligrosa para nosotros mismos. Por ejemplo, el miedo avisa del peligro, la tristeza de una pérdida y la ira de que hay algún obstáculo en nuestro camino. Por tanto, tenemos que hacer caso a esta información, pero no dejarnos llevar por ella, porque la emoción siempre debe estar gestionada por nuestra voluntad y nuestros valores, es decir, por la razón.
¿Debemos hacer lo que sentimos y dejarnos llevar por el corazón?
Si entendemos corazón por emoción, tenemos que conectar con ella, aprender a darle nombre y entender qué nos quiere decir. Pero una vez que lo hemos entendido, tenemos que ser capaces de gestionar esa emoción. Por ejemplo, nos podemos enfadar muchísimo y tener a mano un cuchillo, pero si permitimos que esa ira descontrolada tome el control de la conducta, se lo podemos clavar a alguien y dañarle. Esto sería hacerle caso al corazón. Sin embargo, es poco inteligente, poco humano y llevará consigo muchos problemas. Por ello, cuando el corazón nos dice algo, también tenemos que preguntar a la razón.
¿Por qué es importante la desobediencia emocional?
Toda la vida nos han enseñado a obedecer. De hecho, siempre se dice «es un niño muy bueno», queriendo decir que obedece a todo. Nosotros pensamos que también habría que educar la desobediencia, para todo aquello que sea un atentado contra nuestra dignidad o evite que seamos la persona que queremos ser.
«Debemos desobedecer las expectativas que los demás ponen sobre nosotros», Mercè Conangla
¿En qué casos es preciso practicarla?
Debemos desobedecer las expectativas que los demás ponen sobre nosotros, las creencias que nos han traspasado, la orden de sentir... Nadie tiene que dirigir nuestro mundo emocional, el mundo emocional tiene que estar dirigido por cada persona. Pero tiene que saber hacerlo y eso se tiene que educar.
¿Qué ocurre si no educamos a las nuevas generaciones para que desobedezcan cuando sea preciso?
Una frase del psicólogo y psicoanalista Erich Fromm dice: «El primer acto de libertad, fue un acto de desobediencia». Él hablaba del mito del paraíso terrenal, pues nos expulsaron de él por no cumplir la orden de no comer la manzana. También dice que si alguien solo obedece y no sabe desobedecer, se convierte en un esclavo. Por lo que si no enseñamos a desobedecer serán sumisos y estarán a merced del grupo; no sabrán ejercer su voluntad. Sectas, adicciones... tienen que ver con la incapacidad de desobedecer. Y queremos personas libres, responsables y valientes, que si algo es dañino, peligroso o no es acorde con sus valores sean valientes y digan que no lo van a hacer.
Hay emociones que están muy vinculadas a la obediencia, como la culpa y la vergüenza. Cuando permitimos que nos manipulen, estaremos viviendo una vida que no es la nuestra y enfermaremos emocionalmente.
¿Cómo saber cuándo dejarnos llevar por nuestras emociones y cuándo no?
Te puedes enamorar de alguien, pero que sea nefasto para ti, porque es una persona tóxica, no te deja ser tú... Ahí tienes que ver qué te dice la razón, que te dirá que no te conviene. Tendrás que aprender a desoír ese enamoramiento, porque será terrible para ti.
El amor, aparte de un sentimiento, es el valor máximo de la vida, pero no hay que confundirlo con sucedáneos como el enamoramiento; no son lo mismo. Así que cuando en un camino tengas varias opciones, te puedes preguntar «el amor, ¿cuál de estos elegiría?».
«Estamos en un momento en el que la obediencia ciega sin aspecto crítico puede destruir la civilización».
Mercè Conangla
@Ecoemocional
¿Existen las emociones colectivas?
Existe el contagio emocional colectivo. Por ejemplo, en un concierto se puede contagiar ese entusiasmo, alegría y euforia y empezar a gritar y a levantar los brazos. También se contagia la ira, por ejemplo, en manifestaciones. Empiezan de forma pacífica, pero hay alguien que quema contenedores o tira piedras y, de repente, gente que sola no se atreve a hacer nada, metidos dentro del grupo se despersonalizan y se dejan llevar por él.
¿Cuándo desobedecer las emociones?
No se trata de obedecerlas o desobedecerlas siempre, sino de tener criterio y saber cuándo una emoción tiene que ver con lo que estoy viviendo ahora o si es un residuo de algo de mi pasado que no he resuelto. Al final consiste en escuchar esa emoción y saber gestionarla para que no tome el control.
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