Así cambia tu cuerpo cuando practicas Pilates y este es el tiempo que tardas en ver los beneficios

Aunque la disciplina ha ido ganando seguidores en los últimos años, lo cierto es sus orígenes se remontan a la Primera Guerra Mundial. Fue entonces cuando Joseph H. Pilates, un deportista alemán, empezó a desarrollar y aplicar sus conocimientos en fisioterapia, traumatología, ballet y gimnasia para ayudar a los enfermos. De esta combinación de modalidades deportivas y conocimientos del cuerpo humano nació este famoso método.

Lo cierto es que los múltiples beneficios que ofrece desde la primera sesión han hecho que el Pilates gane muchos adeptos con el paso del tiempo. Entre ellos, puede contribuir a la pérdida de peso, a ganar masa muscular, a mejorar la flexibilidad, a conseguir un mejor control postural o incluso a relajarnos con mayor facilidad en situaciones de estrés.

La llegada de estos resultados dependerá siempre de nuestro nivel inicial y de las horas que le dediquemos a este ejercicio, pero la realidad es que podemos observar sus frutos en apenas unas semanas. De hecho, su propio creador aseguraba que eran necesarias 30 sesiones de pilates, de unos 45 minutos cada una, para que el cuerpo mostrara cambios visibles, aunque con tan sólo 10 se puede notar la diferencia a nivel físico.

Pero ¿cómo cambia nuestro cuerpo después de practicar Pilates y cuánto tardamos en notar estos cambios? Te contamos todo lo que debes saber sobre la disciplina.

Uno de los grandes beneficios que notaremos si comenzamos a practicar Pilates con regularidad es que nuestra flexibilidad y movilidad articular mejora radicalmente. Sus efectos pueden notarse ya desde la primera sesión a la que asistamos, aunque debemos ser insistentes con la práctica de esta disciplina si queremos que se mantengan los resultados.

Conforme vayan pasando las semanas y vayamos implantando más esta rutina deportiva en nuestro día a día, esta mejora articular irá convirtiéndose en crónica y la iremos notando en movimientos tan habituales como atarse los cordones.

Si acompañamos un ejercicio como el Pilates con la dieta adecuada y otros tipos de entrenamientos de fuerza, podemos conseguir también una pérdida de peso saludable. Aunque lo normal es que este proceso de adelgazamiento requiera de un mayor tiempo, los resultados se pueden notar en la balanza y en nuestra ropa desde las primeras sesiones.

Al igual que sucede con el peso, los ejercicios de Pilates también pueden ayudarnos a aumentar nuestra fuerza muscular. Para comenzar a notarlo, necesitaremos al menos 12 sesiones y, a partir de entonces, veremos cómo somos capaces de realizar más repeticiones de cada ejercicio o aguantar en una postura durante más tiempo que cuando comenzamos.

Una vez pasado este tiempo, incluso podríamos ver cómo aumenta nuestra masa muscular, aunque de ello dependerán otros factores como nuestra alimentación o las cargas con las que entrenemos de forma frecuente.

La mejora del control postural es una de las grandes ventajas que ofrece el Pilates a aquellos que lo práctican. Con el tiempo y la práctica, conseguiremos controlar mucho más el movimiento de nuestro cuerpo, evitando así movimiento dañinos y favoreciendo a la salud de nuestra espalda. Esta rutina deportiva es una de las más recomendadas para aquellas personas que sufren habitualmente dolores focalizados en esta zona.

Conforme vayamos mejorando nuestra flexibilidad y consigamos controlar más el movimiento articular de la cadera, podremos liberar la espalda y conseguir que el dolor en esta zona pueda desaparecer a medio o largo plazo. De esta manera, la columna lumbar se quedará sólo con la función de estabilidad y no de movilidad.

Entre los múltiples beneficios que se le asocian al Pilates se encuentra también la capacidad de relajación. Gracias a estos ejercicios, muy centrados siempre en la respiración y los movimientos de nuestro cuerpo, podemos mejorar nuestra concentración y tranquilidad para aislarnos de los problemas exteriores. De esta manera, no sólo conseguiremos relajarnos con mayor facilidad, sino también librarnos del estrés de la vida cotidiana.