Barbie no hace pesas: ¿O sí?
En la legítima causa de la igualdad no parece que nadie haga campaña por las mujeres musculadas, o de fuerza física sobresaliente
También te puede interesar: ¿Se puede llegar a eliminar la celulitis?
El verano se ha teñido de rosa y no podemos culpabilizar al último desfile de una marca de alta costura. Barbie ha vuelto, actualizada eso sí. Ken sigue pareciendo imbécil y no chirría a nadie. Dudo que se pueda hacer un spoiler de ... esta película, quizás porque todo está dicho y es previsible: Barbieland es fantasía y el mundo real es mucho más áspero y, sobre todo, las Barbies lo llevan crudo porque aquí no son las reinas. Al abrirse un portal entre ambos mundos (el chicloso, feliz y multicolor de los juguetes y nuestra sociedad moderna), Barbie y Ken se dan de bruces con unos valores y un orden desconocido en sus felices y artificiales vidas de juguete.
Obviando el devenir del argumento y los mensajes nada sutiles colocados en una película que, supuestamente, es para niños, me sigue pareciendo sorprendente como dentro de todos los estereotipos que se quieren imponer nunca se escoja el de una mujer fuerte. Y cuando digo fuerte no me refiero a fuerte de espíritu, que también, sino fuerte del tipo ese que por el aspecto de sus deltoides no te quepa duda de que entrena muy duro, y no entrena duro porque quiera parecer Barbie, no hablo de una mujer que quiera tonificar, me refiero a mujeres fuertes de verdad. Mujeres que existen y nunca aparecen representadas a pesar de que hoy impere la defensa a ultranza de las sensibilidades minoritarias.
¿Dónde está la Barbie powerlifter? No existe, pero en la vida real, en ese mundo del que despotrican porque es miserable, hay mujeres que practican powerlifting. Y halterofilia, como Lydia Valentín. Y la mejor karateca de la historia en la categoría de kata femenino se llama Sandra Sánchez… Es española y existe. Y hace unos días la noruega Kristin Harila ha pulverizado el récord de escalar los 14 ochomiles en tan solo 92 días. Incluso cuando Barbie se revuelve en la película para dar un puñetazo al primate de turno que no tiene mejor ocurrencia que darle un cachetazo en el trasero, digo yo que le iría mucho mejor si fuese campeona del mundo de Muay Thai, como Yohanna Alonso quien, además, pertenece a la Guardia Civil y se podría llevar al individuo directo al cuartelillo con la boca bien partida.
Pero insisto, a la súper Barbie rompedora de techos de cristal no se le plantean estas alternativas. Ella tiene que saber que su paso a la vida real le va a suponer cambiar unos delicados zapatos de tacón por una tosca chancla de turista rancio, prescindir de un cuerpo perfecto y entregarse a la celulitis. Es algo así como la elección de 'Matrix' entre la pastilla azul o la pastilla roja, pero en tono ñoño y superfluo. A nadie parece importarle que haya otras opciones. Y la libertad real es poder elegir la que cada cual quiera, no que te impongan una única realidad sea del tipo que sea.
En el mundo real ¿levantaría pesas Barbie? Supongo que se ha fabricado una 'Barbie deportista' que lucirá unos calentadores en colores parchís y pesas rosas de un kilo, aunque lo cierto es que el físico de Barbie es el de una mujer que entrena bastante, lo irreal en este caso no sería su falta de celulitis, sino la falta de definición muscular del muñequito en cuestión. Delgada, sí. ¿Musculada? No ni hablar, eso es poco estético.
Eso del cuerpo normativo hace mucho que dejó de tener sentido. Se habla de él como un símbolo contra el que luchar cuando las modelos de pasarela imponían el criterio de lo que es o no bello. Tras pasar una tarde en un centro comercial, lo normativo es el ser humano cochambroso y abandonado, tanto ellas como ellos. Barbies y Kens no parecen traumados por su nueva vida real y quien pretenda decirles lo contrario que cierre el pico, que ya es suficientemente duro vivir con celulitis, ropa holgada y chanclas. Como siempre el criterio de la belleza distorsiona cualquier conversación racional sobre el asunto. Un ser humano bello es un ser humano sano ante todo, y cuanto más fuerte en su sentido más amplio, mejor todavía. Pero este prisma no parece tener cabida en este largometraje. Y es la película que ha arrasado en taquilla, el producto que ha triunfado entre el gran público. Lo más consumido. Es lo que hay.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete