Así te puede afectar el desorden de horarios en las comidas

Cuando atravesamos períodos donde el nivel de estrés es elevado, bien por cargas profesionales o bien por episodios personales y en ese momento nos vamos de vacaciones solemos tender a desconectar demasiado de los hábitos rutinarios (tanto de los buenos como de los no tan buenos) y perdemos el control, sobre todo, de una alimentación correcta y ordenada.

Existe evidencia científica suficiente para poder afirmar que tanto la frecuencia como el horario de alimentación influye de forma directa en nuestro estado de salud. El metabolismo se verá afectado de forma directa por un desorden horario en las comidas.

Esta afirmación se soporta por el siguiente concepto fisiológico: Cuando nos alimentamos, nuestro organismo realiza la digestión , un proceso fisiológico natural e involuntario que requiere un trabajo, es decir, necesita energía para poder ser llevado a cabo con éxito.

Este fenómeno es conocido como termogénesis inducida por la dieta . Este hecho explica que nuestro organismo, para llevar a cabo una adecuada digestión , necesite gastar energía, y esto se consigue aumentando el gasto energético en reposo, es decir, aumento de la tasa metabólica basal .

Tal gasto será mayor en las horas centrales del día que en las horas nocturnas. De ahí la idea de que sea necesario ingerir menos calorías en la cena que en otras horas del día. Esto nos arroja luz sobre lo que es verdaderamente importante para nuestro bienestar: el orden en los horarios de la alimentación afecta directamente a nuestra composición corporal . Pudiendo mejorarla o empeorarla, en función del estado de orden de los mismos.

La desorganización horaria nos hará ser más débiles frente a los antojos, haciéndonos tomar malas decisiones a la hora de elegir alimentos nutritivos y adecuados y se incrementa la tendencia a elegir aquellos más ultraprocesados y ultrapalatables, es decir: comeremos peor.

Dejaremos de disfrutar de nuestro momento de la comida con calma , la masticación será deficiente y de la mano de esto, empeorará la digestión , aspecto que incide en los niveles de saciedad: comeremos más.

El caos horario nos llevará a cocinar de forma poco saludable, a tirar de cualquier alimento que tengamos a mano, lo cual afectará directamente a nuestra composición corporal y nos hará sentir mal a nivel emocional. Entramos en un bucle.

El hecho de llevar a cabo una ingesta regular y ordenada a lo largo de todo el año, incluso mantenerla durante las vacaciones de verano, incrementa en mayor medida esa termogénesis, frente a una ingesta más desorganizada.

Por todo ello, para mantenernos de forma óptima tanto a nivel de composición corporal como a nivel emocional, es preciso tener en cuenta todo un contexto y trazar una estrategia nutricional adecuada , para que nos permita organizarnos y establecer un horario de comidas también durante las vacaciones.

La clave está en darnos un poco más de flexibilidad , sin perder la brújula, con una pauta nutricional adaptada a las nuevas circunstancias, sin obsesionarnos con las comidas pero teniendo claro que el horario será clave para seguir por la senda adecuada y no tirar por la borda todo el trabajo llevado a cabo a lo largo del año.

Sobre la autora: Raquel Capel (R. C. ) es dietista-nutricionista deportiva y clínica, responsable de Nutrición del equipo Vikika Team , además de entrenadora personal.