Pistacho

Los pistachos han estado desde siempre dentro de los frutos secos a la venta en el supermercado, si bien es en los últimos años cuando se ha convertido en uno de los más demandados tras conocerse sus excelentes propiedades nutricionales . Las referencias más antiguas de este fruto proceden de la cultura asiria y persa en el siglo VI a. C. y las primeras referencias europeas se sitúan en el siglo III también a. C.

Aunque llega a través de Roma, su cultivo se conoce y se extiende con la dominación árabe ya que es una planta que procede de Siria , Irán, Turquía, Pakistán y el oeste de Afganistán, aunque también se cultiva en otros países. De hecho, en el recetario árabe, el pistacho es protagonista de dulces preparaciones.

En la actualidad, los principales países productores son Irán y Estados Unidos, concretamente, el estado de California. En España su cultivo es relativamente reciente ya que con la expulsión de los árabes su consumo fue desapareciendo paulatinamente y se ha vuelto a recuperar recientemente.

Siempre se ha relacionado con la exquisitez por la delicadeza de su sabor. Tanto es así que en el reino de Saba solo se permitía su consumo a la familia y a la corte real. Sin embargo, la exquisitez también viene dada por su elevado precio . Las razones son varias, por un lado hay que tener en cuenta que hasta el séptimo año al menos, el árbol no comienza a dar frutos y por otro, que parte del cultivo proviene de países en conflicto como Siria o Afganistán.

Los pistachos consumidos de forma responsable y correcta pueden ayudar a equilibrar y regular el organismo ya que son uno de los alimentos más saludables y aportan numerosos beneficios. Aliados en la pérdida de peso, son un capricho que ayuda a bajar el colesterol a la vez que disminuye los niveles de estrés . Su contenido en grasa es reducido en comparación con otros frutos secos mientras que tiene un alto contenido en proteínas siendo de 20 gramos por para 100.