Condenan a 14 exmilitares de la dictadura argentina a cadena perpetua

El juicio, oral y público, iniciado en junio del año pasado, sentaba en el banquillo a destacados militares del antiguo régimen, a los que se acusaba de delitos de privación de libertad, aplicación reiterada de torturas y homicidios perpetrados en la zona controlada por el quinto cuerpo del Ejército durante esos años, que dejó un saldo de 30.000 desaparecidos, según el Gobierno y las organizaciones humanitarias.

Las condenas recayeron en el exgeneral de brigada Juan Manuel Bayón; los coroneles retirados, Mario Carlos Antonio Méndez, Jorge Enrique Mansueto Swendsen, Jorge Aníbal Masson, Hugo Carlos Fantoni, Norberto Eduardo Condal y Carlos Alberto Taffarel; los tenientes coroneles retirados, Osvaldo Bernardino Páez, Walter Bartolomé Tejada y Jorge Horacio Granada; el mayor retirado, Hugo Jorge Delme, y los expolicías Vicente Antonio Forchetti, Héctor Jorge Abelleira y Héctor Arturo Gonçalves.

Además, el tribunal sentenció a 18 años de prisión al antiguo policía Carlos Contreras, mientras que los exintegrantes del Servicio Penitenciario Bonaerense Héctor Luis Selaya y Reynaldo Miraglia fueron castigados con la pena de 17 años y seis meses de cárcel.

Esta nueva sentencia se suma a una serie de condenas ejemplarizantes contra la dictadura, entre ellas, la que castigaba a 50 años de prisión al exmilitar Jorge Rafael Videla por el robo de bebés.

El juicio a una parte del aparato militar de la dictadura fue seguido con especial interés por familiares de las víctimas y decenas de organizaciones en favor de los derechos humanos, quienes presenciaron in situ la esperada sentencia.

«Tenemos que seguir adelante en todo el país para que no haya impunidad, para decir "nunca más" y para que los genocidas no puedan ir por las calles caminando entre un pueblo que quiere Justicia» , destacó la dirigente de las Madres de la Plaza de Mayo Línea Fundadora, Nora Cortiñas , minutos antes de la lectura de la sentencia.

Es el nombre con el que se autodenominó la dictadura cívico-militar que gobernó Argentina entre 1976 y 1983 a partir de un golpe de estado que derrocó al gobierno constitucional de la presidenta María Estela Martínez de Perón e instaló en su lugar una junta militar encabezada por los comandantes de las tres Fuerzas Armadas, siendo Jorge Rafael Videla (1976-1981) su máximo exponente.

Esta etapa, a la que suele referirse simplemente como «el Proceso», es considerada «la dictadura más sangrienta de la historia argentina».

Se caracterizó por el terrorismo de estado, la constante violación de los derechos humanos, la desaparición y muerte de miles de personas, el robo sistemático de recién nacidos y otros crímenes de intensa violencia y lesa humanidad.

Un largo camino judicial y político ha permitido condenar a parte de los responsables en juicios que aún continúan su curso.