Extrema derecha y extrema izquierda se baten en duelo a muerte

Marine Le Pen obtuvo el 17.90 por ciento de los votos de la primera vuelta de la reciente elección presidencial, y espera entrar en la próxima Asamblea Nacional (AN), como diputada del FN. Su posible triunfo contra el candidato del PCF y varios grupúsculos izquierdistas pudieran ser el primer paso para la creación de un grupo parlamentario de extrema derecha, por vez primera en la historia de la V República.

Jean-Luc Mélenchon obtuvo el 11,10 por ciento de los votos de la primera vuelta de las elecciones presidenciales. Aspira a «imponer» una política «auténticamente de izquierdas» al futuro gobierno de François Hollande .

Hénin-Beaumont, un pequeño pueblo del norte de Francia, es el feudo político donde Marine Le Pen ha comenzado a reconstruir, reformar y relanzar el FN, dando a la extrema derecha francesa un rostro ligeramente menos ultra, aunque defendiendo temas tradicionalmente apocalípticos, como la ruptura de Francia con el euro, o la «restauración» de las fronteras nacionales.

Tras su triunfo en las elecciones presidenciales, Marine Le Pen espera entrar en la AN, para dar un severo castigo electoral a la Unión por un Movimiento Popular (UMP, el partido de Nicolas Sarkozy ).

Mélenchon, por su parte, ha decidido embarcarse en una batalla política que él califica de «homérica», con esta ambición: derrotar a Marine Le Pen, para c onvertirse en el «héroe» que elimina a la «heroína» de la extrema derecha.

Marine Le Pen tiene un programa de ultra derecha apocalíptica. Mélenchon tiene un programa de ultra izquierda apocalíptica, que coinciden en muchos puntos. Ambos hacen campaña en un tono ultra populista , presentándose como «únicos» defensores de los obreros.

«Este hombre no puede vivir sin mí» ha comentado irónicamente Marine Le Pen, refiriéndose a su gran rival personal de la primera vuelta de las elecciones presidenciales. «Esta señora está semi demente» declaró recientemente Mélenchon.

La victoria de Le Pen la convertiría en un personaje central de la futura Asamblea Nacional. La victoria de Mélenchon daría un temible altavoz a la izquierda radical. Se trata de amenazas bien reales para el presidente Hollande y para el futuro del partido de Sarkozy, la UMP.