Carla Bruni vuelve a ejercer de anfitriona en el Elíseo
La Primera Dama de Francia sale de su retiro estilístico para recibir junto a Nicolás Sarkozy al presidente de Costa de Marfil, Alassane Ouattara y su mujer, Dominique

Ayer Carla Bruni decidió recuperar su agenda con motivo de la visita del presidente de Costa de Marfil, Alassane Ouattara y su mujer, Dominique . La Primera Dama de Francia ejerció de anfitriona en el Palacio de El Elíseo, en París, apoyando a su marido, Nicolás Sarkozy .
Y para la ocasión, también recuperó la imagen de la Carla «pre-mamá», retirada de la escena pública desde que dio a luz a una niña llamada Giulia en octubre. La Primera Dama solo se había dejado ver en un par de ocasiones (en la fiesta de Navidad tradicional de Palacio y en una visita a un hospital infantil hace unos días) y en ambas había borrado de un plumazo la imagen de «glamour», sofisticación y estilo que construyó desde que contrajo matrimonio con el presidente.
Pero ayer fue distinto. Bruni olvidó su jersey-poncho, desempolvó sus Louboutin de tacón bajo, echó mano de «eyeliner» y llamó a su peluquero : volvía a desprender ese «je ne sais quoi» tan francés del que ha presumido siempre en El Elíseo.

Por la tarde, el matrimopnio presidencial recibía a sus invitados en los jardines de Palacio y Carla optó por un sencillo (pero efectivo) look compuesto de pantalón de vestir negro y jersey de punto, mocasines negros y abrigo en tono púrpura.
Por la noche, rescató un «petite robe noir» de su armario, que combinó con medias negras, zapatos de punta abierta y tacón bajo de Christian Louboutin y un bolsito «clutch» negro. La Primera Dama llamó a su peluquero y le pidió un moño limpio y elegante. También abrió el joyero y escogió dos fabulosos pendientes largos. Efectivamente, este no era un look para dejar huella, pero sí para enviar un mensaje: Bruni retoma su estatus «chic».
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