La pista del tesoro de los templarios le lleva a su propia casa

En este campo, Cambier llegó a la conclusión de que el documento a cuya interpretación se han dedicado ríos de tinta no fue escrito a mediados del siglo XVI como se cree, sino dos siglos antes por lo menos, entre 1323 y 1328.

Dando por hecho por tanto que el contenido de ese texto no serían profecías como comúnmente se ha pensado, Cambier intentó descubrir a qué se estaba refiriendo su verdadero autor, al que cree un erudito de la región de Picardía , en el norte de Francia y sur de Bélgica, a quien finalmente identifica como Yves de Lessines, prior de la Abadía cisterciense de Cambron.

Y aquí es donde se produce el hecho más sorprendente, puesto que el filólogo descubre claramente mencionados lugares de la actual Bélgica y llega a relacionar el texto con la disolución de la Orden de los Templarios en 1307.

Según su tesis, las crípticas descripciones se refieren a las pistas para encontrar el lugar donde 1 4 caballeros templarios habrían ocultado parte de los tesoros de la orden esperando una futura resurrección de la que fue una de las organizaciones militares cristianas más poderosas de la edad media.

Hasta aquí nada de sorprendente si no fuera por el hecho de que esas indicaciones llevaban claramente ¡a su propia casa! “Lo primero que pensé es que en alguna parte había metido la pata, así que he revisado punto por punto todos los indicios históricos y filológicos pero siempre llegaba al mismo resultado” ha declarado al diario Le Soir.

La cuestión podría haber pasado desapercibida entre las innumerables teorías que rodean los elementos más misteriosos tanto de las profecías de Nostradamus como del tesoro de los Templarios, pero el Gobierno regional valón acaba de reconocer que se trata de una teoría que debe ser tomada en serio. “Hay cosas que no pueden ignorarse en las investigaciones de Rudi Cambier” ha reconocido el propio ministro valón del Patrimonio, Benoit Lutgen, que está a la espera de un último informe técnico para autorizar las excavaciones arqueológicas.

Lo más sorprendente es que la familia Cambier posee esta casa de Wodecq desde hace más de siete siglos, es decir que si es cierto que oculta el tesoro de los Templarios, éste nunca ha cambiado de dueños. En el sótano se ha encontrado grabada en una viga de roble una cruz templaria y, lo que es aún más sorprendente, según los exámenes tomográficos efectuados a finales del siglo pasado por un experto británico, debajo de la casa señalada en las profecías, a poco más de dos metros de profundidad, existe una cavidad en la que ha sido posible identificar la presencia de al menos 21 masas metálicas. La historia promete.