economía
Álvaro Domecq recibe el VII Premio Simón de Rojas Clemente en la Casa de ABC
Es el primer ganadero acreedor del galardón que conceden el periódico y la Fundación Caja Rural del Sur
e. freire
Con gran emoción y entrañables palabras de agradecimiento, el ganadero y rejoneador Álvaro Domecq Romero ha recogido el VII Premio Simón de Rojas Clemente, que conceden anualmente ABC y la Fundación Caja Rural del Sur. Es la primera vez que un ganadero recibe este prestigioso ... galardón, con el que sus impulsores hacen un reconocimiento público de los méritos de las figuras más relevantes del campo andaluz. El delegado del Gobierno en Andalucía, Antonio Sanz, jerezano como el galardonado, ha sido el encargado de entregar el premio.
Más allá de su faceta como rejoneador y de su prestigiosa ganadería de toros bravos Torrestrella, Álvaro Domecq ha sido el gran impulsor del caballo español y el artífice del reconocimiento mundial del pura raza a nivel mundial.
Su pasión pos los caballos ha quedado patente en el acto celebrado hoy en la Casa de ABC, en el que el ganadero ha estado rodeado de su familia más cercana, encabezada por su mujer, Maribel Domecq Ybarra, y sus sobrinos directos Isabel, Reyes, Luis y Andrés Domecq y Alfredo Erquicia Domecq.
Amigos, ganaderos y garrochistas
El torero Curro Romero, el periodista y columnista de ABC Antonio Burgos y un nutrido grupo de amigos, garrochistas y ganaderos, como Fermín Bohórquez, Luis y Jaime Guardiola o Ernesto Campos Peña, han arropado y aplaudido la vibrante intervención de Álvaro Domecq, quien en ocasiones, a duras penas, ha logrado contener las lágrimas de emoción.
Especialmente, cuando ha recordado muchos hitos importantes de su vida, como cuando ocupó la dirección de la Real Escuela de Arte Ecuestre o cuando se ha referido a su mujer.
«Hoy vienen a mi memoria tantos hombres, grandes jinetes, conocedores, que me inculcaron esta gran afición al caballo, al toro, al campo. He practicado acoso y derribo en las marismas, en las vegas, en las dehesas. Siempre, de día y de noche, con luna o con sol, tenía dispuestos a grandes maestros de la monta a caballo, que me enseñaron a controlar cientos de caballos que he tenido a lo largo de mi vida en el mundo de la garrocha», ha relatado con un tono pausado y cargado de sentimiento imponiendo el silencio en la sala.
«El placer de montar un caballo español es inigualable»
También ha regalado una anécdota al auditorio expectante: «Tuve el honor de recorrer plaza a plaza, en la suerte del arte del toreo a caballo. Tengo muchos recuerdos, mi padre era amigo de Juan Belmonte, que fue un gran torero a caballo, trajo el temple a los ruedos. Mi padre me decía que él lo imitaba. Recuerdo que un día se le quedo el caballo cojo, y mi padre le dio el mío. Después decía Belmonte que me invitaba a correr a “Gomez Cardeña” para que yo le calentara su caballo, y apuntillaba: “Es que cuando me lo dio su padre, el niño no puso buena cara”».
Álvaro Domecq ha agradecido también a los Reyes Don Juan Carlos y Doña Sofía que en mayo de 1973, entonces Príncipes de España, le hicieran entrega del Caballo de Oro. «Durante la entrega del premio, sustituí el habitual discurso de agradecimiento, por una exhibición a caballo, la mejor manera de expresarlo, así se presentó por primera vez el espectáculo “Cómo Bailan los Caballos Andaluces”. El Rey me insistió en que debía de perseverar en este arte, y así nació la Real Escuela Andaluza del Arte Ecuestre», ha subrayado.
«El placer de montar un caballo español, y créanme que he montado muchos, es inigualable» ha sentencido Álvaro Domecq, que ha agradecido el cariño de Sevilla presente en este homenaje.
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