¿Cuál será el «best seller» 2013?

¿Cómo sería el libro perfecto? Un puzle digno de un doctor Frankenstein más habilidoso: el «best seller 2013» debería hacer acopio de sexo; articularse cual trama negra; diseccionar esta crisis que no logramos diagnosticar; proponer ejemplos de superación personal; gestionar conflictos familiares; actualizar los roles de hombres y mujeres; reaprender a pensar.

En el último lustro hubo sorpresas que permitieron salvar la temporada, como la trilogía «Millennium», de Stieg Larsson y toda la manada de suecos negros, las costuras de María Dueñas, los vampiros adolescentes y la «mamá porno» E. L. James copando las listas de los más vendidos. En tiempo de crisis no hacer mudanza... La mayoría de apuestas de 2013 basculan entre Eros y Tánatos, el miedo a no acertar el tiro con las balas justas para salvar la piel y esperar tiempos mejores... o menos malos.

Con la libido hemos topado. Valerie Tasso se reivindica como pionera de la crónica venérea en El Método (sexo y seducción) (Plaza & Janés). Entre las sombras, las editoriales quieren levantar las bajas pasiones. En El juego de Sade (Ediciones B), Miquel Esteve promete lío erótico de «alto voltaje» entre un matrimonio burgués decadente y el camarero de un pub que atiende por Donatien, en honor al marqués. Y de Sade a Sacher-Masoch, inspirador de Diario de una sumisa, de Sophie Morgan, periodista bajo seudónimo que plantea hasta dónde puede llegar una mujer por el placer transgresor. Una licenciada y modelo disfrazada de Venus O’Hara da lecciones de Inglés para pervertidos (Grijalbo). Y del inglés al español con acento chileno de Sophie y Morgana en Nadar desnudas, de Carla Guelfenbein (Alfaguara): dos amigas íntimas en triángulo amoroso con el papá de una de ellas, entre Eros y Pinochet.

La adicción al sexo es materia psiquiátrica: en El luminoso regalo (Alfaguara), Manuel Vilas desvela historiales clínicos abiertos para lectores con alma de «voyeur». Vuelve Guido Crepax con su cómic Valentina, bisexual inspiradora de Valentina y el cuarto oscuro, de Evie Blake (Vergara). Y por si no hay suficiente munición rijosa, apúntense a la trilogía S.E.C.R.E.T., de L. Marie Adeline (Planeta), y a secuelas cachondas como Cincuenta sombras de Gregorio, de Rossella Calabrò (Planeta), o El kamasutra de Grey (Cúpula).

Pero armar un «best seller» supone vérselas también, tarde o temprano, con Tánatos. Con los años dorados de Larsson in mente, la hipótesis nórdica sigue funcionando. La noruega Anne Holt emula en 1222 (RBA) las intrigas de Agatha Christie: doscientos viajeros aislados en un hotel de montaña con tormenta de nieve y cadáver. Dentro de la serie protagonizada por la psicóloga penal Inger Johanne Vik, Lo que esconden las nubes oscuras (Roca), de la misma autora, plantea el accidente de un niño tras el que puede que se esconda algo más. Y Maj Sjöwall y Per Wahlöö demuestran con Los terroristas (RBA) por qué fueron la pareja mejor avenida de la negritud escandinava.

Heredera de esos maestros suecos, Viveca Sten publica Morirás esta noche (RBA), cuarto título del detective Thomas Andreasson y su amiga Nora Linde ambientado en la aparentemente idílica isla de Sandhamm. La nómina de detectives sigue creciendo: Neal Carey, el detective «underground» de Don Winslow (Un soplo de aire fresco, Mondadori); El verano del comisario Ricciardi (Lumen), de Maurizio di Giovanni; otro caso de Jackson Brodie, Me desperté temprano y saqué al perro, de Kate Atkinson, con prestigiosos ecos de Highsmith y P. D. James; y Sean Duffy, investigador irlandés y católico en el convulso Belfast de los ochenta (Cold Cold Ground, Alianza), de Adrian McKinty. Capítulo aparte merece Vivir de noche (RBA), de Dennis Lehane, que aspira a reeditar el éxito de «Mystic River» (Warner ha adquirido los derechos del libro).

Novela negra y sangre española con los veteranos Jordi Serra i Fabra (Dos días de mayo, Plaza & Janés) y Juan Madrid (Los hombres mojados no temen la lluvia, Alianza). Alicia Giménez Barlett vuelve con Petra Delicado en Nadie quiere saber (Destino) y Francisco González Ledesma nos brinda el último caso del inspector Méndez en Peores maneras de morir (Planeta). La donostiarra Dolores Redondo presenta en sociedad a Amaia Salazar, policía foral que investiga en El guardián invisible (Destino) el asesinato de un adolescente en los bosques del Baztán: pesquisas y neblinosos mitos vasconavarros aderezan una trama que algunos han comparado a la de Clarice Starling. Otra autora de la generación de la Redondo, Susana Vallejo, nos lleva a Calle Berlín, 109 (Plaza & Janés): trama negra en el Ensanche barcelonés.

Y si RBA apuesta fuerte, Alfaguara frecuenta Tánatos con Un gramo de odio, del francés Franz Delplanque: aquí el investigador no es detective sino asesino a sueldo; no es extraño que este antihéroe con tantos crímenes a su espalda como sentido del humor apasione a Amélie Nothomb: la autora de «Cosmética del enemigo» apadrina la novela. Y por si fuera poco, la apuesta se remata con Venganza, de Benjamin Black, álter ego «noir» de John Banville.

Puntos suspensivos... Del frondoso árbol de la literatura que nos mantiene en vilo pende el llamado «'thriller' psicológico»: Andrew Taylor, autor de la «Trilogía de Roth», disecciona La anatomía de los fantasmas (Edhasa) en la Universidad de Cambridge del siglo XVIII. Jane Harris indaga La verdad de la señorita Harriet (Lumen): un crimen en la Exposición Internacional de Glasgow de 1888 contado por una venerable anciana que, tal vez, fue su autora. Y para que el misterio no decaiga, Cristina Fernández Cubas se enmascara de Fernanda Kubbs para sumirse en el universo de una vidente en La puerta entreabierta (Tusquets). ¿Cuál de todos estos títulos será el «best seller» de 2013?