Siete rutas a pie que terminan en calas paradisíacas

En la península de La Victoria, al norte de la isla de Mallorca está esta ruta de senderismo de dificultad moderada. El paseo comienza en la ermita de La Victoria subiendo por una amplia pista forestal hasta la Talaia de Alcúdia, además, por el camino se puede disfrutar de espectaculares panorámicas de la Península de Formentor y la Bahía de Pollença. Las torres que se encuentran al final del camino fueron construidas para vigilar ataques o posibles invasiones. Desde aquí se comienza una ruta circular que va bajando hasta la zona de Coll Baix, donde se ubica su playa.

Coll Baix es una cala virgen y salvaje de aguas turquesas protegida por altos acantilados. Tiene una longitud de unos 300 metros por 80 de ancho en algunas zonas y hay un gran desnivel, por lo que hay que tenerlo en cuenta si se va con niños. Aquí no hay servicios de ninguna clase por lo que hay que ir provisto con todo lo necesario para pasar el día.

El Parc Natural de Llevant, al este de la isla, cuenta con hasta 10 rutas diferentes para descubrir algunas de las calas vírgenes más espectaculares de todo Baleares. El camino de S'Esquena Llarga lleva hasta dos calas de imprescindible visita. La cala S'Arenalet des Verger, también conocida como S'Arenalet d'Aubarca, es una playa virgen de arena blanca y aguas cristalinas situada a 12 kilómetros del pueblo de Artà. No suele estar muy concurrida debido a su complicado acceso y a su exposición a los fuertes vientos del norte, pero su belleza merece la pena el esfuerzo. Por su parte, Sa Font Celada, que es la desembocadura del Torrente des Castellot, es más pequeña, apenas tiene 40 metros de largo por 30 de ancho. Los pocos bañistas que frecuentan este litoral notan una temperatura más fría como consecuencia del vertido de agua dulce desde dos fuentes.

A estas dos calas también se puede llegar desde cala Mitjana en un recorrido por toda la costa. Esta opción permite visitar, además, cala Matzoc, donde se encuentra una torre defensiva con excelentes vistas.

El Camí de Cavalls, cuyos orígenes se remontan a los tiempos del rey Jaime II, es un sendero histórico que se utilizaba para defender la costa de Menorca. En la zona sur de la isla se puede recorrer dos tramos que van de Cala Galdana a Son Bou. El primer tramo que va hasta Sant Tomás podría denominarse la Ruta de los Barrancos ya que en su recorrido se encuentran los más significativos de la isla. A poca distancia de este tramo se encuentra el barranco de Binigaus, que alberga tres de las cuatro cuevas más características que existen en Menorca, entre las que destaca por su impresionante altura la Cova des Coloms. El segundo tramo permite descubrir la costa baja del litoral hasta llegar a la playa de Son Bou, que con tres kilómetros de longitud es la más larga de Menorca. Aquí se puede encontrar fina arena blanca y aguas poco profundas y transparentes. La playa podría dividirse en dos, una zona orientada al turismo que cuenta con todo tipo de servicios y un área más alejada perfecta para relajarse y disfrutar de la tranquilidad.

Este recorrido va por la costa oeste de Menorca en busca de preciosas calas e impresionantes vistas. El camino comienza en Son Xoriger, una de las playas de la zona que presenta mayor oleaje, lo que hace que sea común ver a gente practicando windsurf, continúa hacia Punta de Sa Guarda, desde donde se puede observar el cabo y el faro d'Artrutx, un lugar perfecto para disfrutar de la puesta de sol, y unos metros más adelante aparece Cala en Bosch, una playa de aguas cristalinas y fina arena blanca de unos 100 metros de longitud que cuenta con todo tipo de servicios. En los meses de verano suele estar muy concurrida.

El camino sigue por la costa con una vista espectacular de los acantilados. Al llegar a la Cova des Moro es posible divisar Mallorca. La ruta continúa hacia el norte pasando por calas rocosas como Sac des Blat, Aixada y Son Bastó. Finalmente, tras atravesar Son Cabrisses se llega a Cala Blanca situada a tan solo cinco kilómetros de Ciutadella junto a la urbanización homónima.

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Esta ruta parte de la segunda población más importante de Ibiza, San Antoni de Portmany. El recorrido comienza en Cala d'en Bou bordeando toda la bahía de Sant Antoni hasta el puerto. A partir de Caló el Moro comienza un sendero bien definido que nos dirige a Cam Blanc, donde una gruta alberga un Aquarium interesante para los que viajan en familia. El camino sigue la costa hasta Cala Gració y de aquí a Cap Negret, con una excelente vista desde un mirador. La ruta termina en la preciosa Sa Galera, una tranquila playa nudista de aguas transparentes envuelta en una atmósfera hippy, bohemia y artística en la que merece la pena practicar snorkel y en la que se puede disfrutar de uno de los mejores atardeceres de la isla.

Este recorrido por el norte de Ibiza comienza en Portinatx, otro de los núcleos turísticos de la isla. El camino comienza en la cala de Es Portixol siguiendo un sendero bien marcado al borde del acantilado hasta llegar al faro de Moscarter, construcción levantada entre 1975 y 1977 que con sus 52 metros de altura es la más alta en su tipo de las islas Baleares. El sendero continúa hasta la punta des Gat y sigue toda la costa hasta la cala d'en Serra pasando por la Punta de Sa Penya. Rodeada de una naturaleza exuberante y con aguas transparentes, esta cala de unos 50 metros de largo y unos 20 de ancho es una de las más bonitas de la isla. Además, no suele estar muy masificada.

Esta ruta por la punta septentrional de Formentera, perfecta para realizar en familia por su facilidad, propone un paseo a orillas del mar por la península de Es Trucadors. El camino comienza recorriendo la playa de Levante, que cuenta con 1.450 metros de arena blanca y aguas cristalinas y una amplitud media de 90 metros. Este arenal es ideal para desconectar y disfrutar de un paisaje sin apenas edificaciones, simplemente se encuentra algún que otro kiosko de playa.

La ruta continúa por Ses Illetes, la playa más famosa y concurrida de la isla, hasta llegar al Estany des Peix, una pequeña laguna natural abierta al mar. La ruta termina bordeando el lago de Es Pudent, entre las poblaciones de La Savina y Es Pujols, una zona con un alto valor paisajístico en el que es posible avistar diferentes aves.