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Los grandes tesoros íberos de España y otras ideas para viajar a Jaén

Una ruta por el pasado íbero de la provincia, vías verdes para recorrer la naturaleza y actividades para conocer la cultura del aceite de oliva, propuestas de Jaén para atraer al viajero

Cástulo fue una importante ciudad íbera, capital de la región de Oretania José Manuel Pedrosa
Manuel Muñiz Menéndez

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Jaén es una provincia llena de propuestas turísticas, todavía no suficientemente conocidas. Por eso está llevando a cabo una espléndida labor para potenciarlo. El resultado de esto es que hoy en día Jaén ofrece grandes atractivos a los amantes del turismo cultural y de interior, permitiéndoles al mismo tiempo huir de la masificación. Como se ha puesto de relevancia estos días en Fitur, los yacimientos arqueológicos , los parques naturales, las vías verdes y la gastronomía -con su rey indiscutible, el aceite de oliva virgen extra- son algunas de las propuestas para enganchar al viajero y atraerlo a tierras jiennenses.

Empecemos con un viaje por el pasado. En la Edad del Hierro , entre los siglos VII y I a. C., los pueblos íberos florecieron y dejaron las huellas de su cultura y su forma de vida en Jaén. Los restos de ciudades fortificadas -oppida- y de necrópolis pueden encontrarse por toda la provincia, tanto en yacimientos al aire libre como en modernos museos. El valor de estos monumentos históricos se reconoció hace ya muchos años, y la ruta «Viaje al tiempo de los íberos» -una iniciativa de la Diputación de Jaén que permite a los visitantes recorrer los principales yacimientos- cumple en 2019 su segunda década, lo que celebrará realizando aún más actividades (visitas teatralizadas, talleres infantiles, recreaciones…) que de costumbre.

La ruta de los íberos

Mosaico de los Amores, ubicado en el conjunto arqueológico de Cástulo en Linares José Manuel Pedrosa

La ruta por el pasado íbero puede comenzar en la propia capital de la provincia, con la visita al Museo Íbero , inaugurado en 2017. En él podemos encontrar piezas procedentes de toda Andalucía, como el Santuario Heroico de El Pajarillo , un monumento procedente de Huelma que es una de las actuales estrellas de la colección del museo; también es muy interesante la exposición temporal «La Dama, el Príncipe, el Héroe y la Diosa» , que explora la cultura íbera a través de cuatro figuras recurrentes. A escasos 7 kilómetros de la capital están los restos del oppidum de Puente Tablas , un centro urbano que alcanzó una gran importancia en torno al siglo IV a. C. y del que se conservan más de 300 metros de fortificaciones, restos de viviendas y rastros de la monumental Puerta del Sol, llamada así por estar perfectamente alineada con el amanecer en los equinoccios de otoño y primavera. Otro oppidum que es visita obligada es el de Cástulo , junto a Linares , notable por ser un perfecto ejemplo de la transición del mundo íbero al romano. El yacimiento se puede recorrer con visitas teatralizadas, en las que se verán impresionantes mosaicos, edificios religiosos y fortificaciones. El tercero de los grandes poblados fortificados por los que pasa la ruta es el de Giribaile, en Vilches , un yacimiento cuyos restos abarcan siglos de historia, desde un santuario prehistórico hasta un castillo almohade. Y en Ibros encontramos no un poblado entero, pero sí un monumental lienzo de muralla procedente de una fortificación íbera.

Aparte de los poblados fortificados, los grandes restos que nos ha legado la cultura íbera son los de carácter religioso y funerario, de los que esta ruta recorre tres de gran importancia. El más antiguo es la Necrópolis Dinástica de Cerrillo Blanco , un túmulo funerario del siglo VII a. C. en el que se encontraron una gran cantidad de esculturas, muchas de las cuales se conservan en el cercano Museo de Porcuna . De comienzos del siglo IV a. C. son las Tumbas Principescas de Toya y Hornos (Peal de Becerro), dos sepulturas subterráneas divididas en naves y construidas con grandes sillares de piedra. Finalmente, la Cueva de la Lobera, en Castellar, es un santuario rupestre en el que se rendía culto a los dioses íberos; los exvotos (pequeñas figurillas de bronce) que se dejaban como ofrenda a los mismos son un resto fascinante de su cultura.

Grandes paisajes naturales

Ejemplar de cabra montés sobre una roca en el Parque Natural de la Sierra de Andújar IDEAL

Muchos de estos yacimientos íberos se encuentran en medio de preciosos paisajes de interior, lo que nos da pie a hablar de otro de los atractivos que más está promocionando Jaén: el turismo activo y de interior. Los cuatro parques naturales jiennenses (Cazorla, Segura y Las Villas, Sierra de Andújar , Sierra Magina y Despeñaperros y Cascada de la Cimbarra), además de su indudable riqueza natural y paisajística, son lugares ideales para la práctica del senderismo. Otra actividad muy seguida en la provincia es la bicicleta de montaña, de lo que da fe la celebración de la Andalucía Bike Race , una competición internacional de élite cuya edición de 2019 acaba de presentarse en Fitur. Y para los simples aficionados a la bicicleta también hay un buen número de rutas que recorren todo Jaén, especialmente en los parques naturales. La provincia también ofrece abundantes lugares para practicar la escalada (y una docena de escuelas para aprender a hacerlo) y, para los más tranquilos, también para la observación de aves : águilas en Despeñaperros, garzas y cigüeñas en los embalses de Guadalén y Giribaile, avutardas y cernícalos en la campiña, quebrantahuesos en la Sierra de Cazorla…

Vías verdes

Vía Verde del Aceite

Otra forma muy recomendable de conocer los parajes naturales de la provincia de Jaén son sus vías verdes, que hacen buen uso de los antiguos trazados ferroviarios para crear caminos que recorrer a pie o en bici. La de Linares trascurre por los alrededores de esta localidad, mientras que la del Guadalimar continúa la anterior, partiendo de Linares hacia los olivares próximos a la Loma de Úbeda. Pero vamos a elegir destacar la tercera de las vías verdes de la provincia - la Vía Verde del Aceite -, porque une naturaleza, historia y el gran tesoro gastronómico de la provincia. El nombre de esta vía se debe a que trascurre por el trazado del antiguo «tren del aceite» que unía las zonas olivareras de Jaén y Córdoba, entre la capital jiennense y la antigua estación de Campo Real, en Puente Genil. Por ello, los 120 kilómetros (55 de ellos en la provincia de Jaén) de esta ruta que pasa por varios impresionantes viaductos metálicos decimonónicos discurren entre olivares, por las sierras béticas. Eso nos permite, a la vez que contemplamos la naturaleza, hacernos una idea de lo fundamental que es la cultura del aceite para Jaén.

Dicha cultura también se aprovecha como atractivo turístico, a través de la iniciativa Oleotour Jaén , una colaboración entre la Diputación y diversas empresas locales, para ofrecer catas, visitas a museos del aceite y almazaras, spas basados en el aceite y otras experiencias. Ejemplo de la importancia del aceite de oliva virgen extra y del altísimo nivel de calidad que alcanza son los ocho aceites a los que se les ha concedido este año el distintivo «Jaén Selección» , que reconoce a los mejores de la presente cosecha. Los aceites de oliva virgen extra reconocidos este año son Oro Bailén, Maquiz, Dominus Cosecha Temprana, Picualia, Pradolivo, Castillo de Canena Reserva Familiar Picual, Bravoleum y el ecológico Un Olivo; los ocho serán enviados por la Diputación de Jaén a todos los restaurantes con tres Estrellas Michelín del mundo y estarán presentes en ferias gastronómicas como Madrid Fusión, la World Olive Oil, Alimentaria, el Salón de Gourmets o San Sebastián Gastronómika, entre otras.

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