Dos globos en el cielo, un equilibrista y el vídeo más espectacular de la semana
Los acróbatas eligen España para pasar de un globo a otro a mil metros de altura por una cuerda, sin arnés ni barra de equilibrio
JOSEFINA G. STEGMANN
Dicen que sus reglas son dos: libertad y locura . Son atletas, alpinistas, saltadores base pero también acróbatas del aire. Llevan la idea del circo a lo más alto: al cielo. Se hacen llamar «Skyliners» (no por el término inglés skyline: horizonte) sino ... por la una unión caprichosa de los términos sky: cielo y line: cuerda. Una montaña, un acantilado o alguna estructura con unos cuantos metros de altura les valen para atar firmemente una soga y jugar al equilibrismo. Si no lo consiguen, caen al mar o a la superficie de algún país del mundo, con paracaídas, claro.
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España, ha sido el escenario de la última «locura» de este equipo de equilibristas franceses: dos globos aerostáticos que han mantenido sujetos a unos 15 metros de distancia por una tensa cuerda que han intentado atravesar. Descalzos, disfrazados de payasos o vestidos con trajes de un blanco impoluto, y provistos solo de un paracaídas, han jugado al equilibrismo a unos 1000 metros de altura.
«En este tipo de vuelos es muy importante la meteorología. Por eso, elegimos una zona lo más despejada posible, con vientos en calma en superficie y flojos en altura. Y por supuesto, con un escenario bonito. Escogimos Sant Llorenç de Montgai (Lérida), una zona prepirenaica , con paredes de roca y pantanos de agua», explica Angel Aguirre, uno de los responsables de Globus Kon Tiki , la empresa que puso a disposición los globos aerostáticos para este proyecto y que se dedica a organizar viajes en globos combinándolos con deportes extremos : puenting, rapel o lo que el usuario proponga, desde el globo. «Era la primera vez que se intentaba algo así; ninguno consiguió cruzar así que ya estamos buscando fechas para volver a intentarlo», cuenta Aguirre entusiasmado.
Una vez decidida la zona y tomadas todas las precauciones de seguridad, comenzaron los preparativos. «El vuelo se hizo el día 31 de enero. En el aire estuvimos unas dos hora s porque eran ocho personas las que tenían que saltar», explica Aguirre, que fue piloto de uno de los globos.
En total, se usaron tres globos: dos para sostener la soga y un tercero para el equipo de filmación. Pero con la intención de coger todas las perspectivas posibles, había un cámara fuera de los globos, casi flotando en el aire. «Estaba colgado de una cuerda y tenía un punto para filmar muy bueno pero muy limitado». Se trata de Sebastien Montaz-Rosset, director de cine y amante de los deportes extremos que ya le ha producido varios vídeos a Skyliners y es además cámara del español Kílian Jornet, campeón del mundo de carreras de montaña.
Sin arnés ni barra de equilibrio
Se trataba, a juicio de Angel Aguirre, de un vuelo difícil. «A nivel técnico es un vuelo complicado, los globos están hechos para volar libres no atados, y además era muy difícil conseguir un equilibrio entre los dos, tenían que estar nivelados para poder tensar la cuerda y que pudieran atravesarla», explica.
Si bien han desafiado las alturas en muchas ocasiones, Aguirre se sorprendió por el miedo que sintieron los equilibristas. «Están más que acostumbrados a atravesar cuerdas de 15 metros pero desde puntos fijos, como dos acantilados. En este caso, se trataba de globos aerostáticos, que son inestables, son como dos boyas flotando en el aire y tienen un movimiento tridimensional».
Aparte del miedo, mucho estrés. «Solo tenían un intento cada uno de unos 10 ó 15 minutos porque eran muchos y el tiempo de vuelo era limitado por el gas del globo», explica Aguirre. «Al fallar, caían al vacío y no podían volver a intentarlo. No tenían barra de equilibrio ni arnés , solo la mochila con el paracaídas, lo que hizo que visualmente fuera mucho más espectacular».
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