Matthew Candy, ejecutivo de IBM: «Las personas que usen IA en su trabajo serán las que reemplacen a las que no»
El jefe de IA generativa de la tecnológica charla con ABC sobre el importante papel que puede jugar esta tecnología en las empresas y el mercado laboral
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Matthew Candy
Hace apenas un año, nadie, o casi nadie, se esperaba el estruendoso éxito que iba a cosechar la inteligencia artificial (IA) generativa a lo largo de 2023. Desde la llegada de ChatGPT a la red, tecnológicas de todo tipo se han puesto manos a ... la obra para lanzar sus propias plataformas con las que crear texto, imagen o audio. Pero no todas están pensadas en concreto para ser empleadas por cualquier usuario. Muchas tienen como único objetivo quedarse dentro del ámbito empresarial o institucional, que es, precisamente, lo que IBM ofrece con servicios como watsonX, que permite que cualquier empresa o entidad pública pueda crear su propia plataforma conversacional movida por IA y que, además, utilice los propios datos del negocio de forma segura.
«Han sido meses de mucho trabajo», explica en conversación con ABC Matthew Candy, máximo responsable de IA generativa de IBM. «De repente parece que el mundo ha despertado al poder transformador de esta tecnología. Eso es fantástico porque creo que está generando un gran reconocimiento dentro de las empresas y se están dando cuenta de que hay mucho más que se puede hacer dentro de este campo», prosigue.
De acuerdo con un estudio compartido por McKinsey el pasado mes de junio, solo la IA generativa -a través de servicios como watsonX, ChatGPT, Copilot (Microsoft) o Bard (Google)- tiene potencial para generar a escala global entre 2,6 billones y 4,4 billones de dólares a escala global anualmente. Se espera que tenga su mayor impacto en cuatro áreas: servicio al cliente, marketing y ventas, desarrollo de software e investigación y desarrollo.
Las ventajas para las empresas que recurren a esta tecnología, según señala Candy, van mucho más allá de lo evidente. Durante los últimos meses, se ha destacado en repetidas ocasiones que el uso de IA generativa puede ayudar a que el trabajador pueda agilizar sus funciones y disponer de más tiempo para dedicarse a lo realmente importante. Por ejemplo, puede utilizar un robot conversacional para crear respuestas a sus correos o para comprobar los datos de la empresa de forma más sencilla. Pero el empleo también puede ayudar a acelerar, directamente, el negocio, y con este la entrada de ingresos.
«Coger todos los datos de la empresa y utilizarlos para entrenar su propio modelo largo de lenguaje puede ayudar a encontrar nuevos servicios. Empresas de ciencias, por ejemplo, ahora mismo están reimaginando su trabajo para descubrir nuevos medicamentos gracias a esta tecnología. Vamos a ver cómo muchas industrias se transforman gracias a ella», apunta el ejecutivo de IBM.
Pero, evidentemente, no todas las herramientas son igual de interesantes si se quieren aplicar al negocio. Es decir, no es lo mismo recurrir a un servicio como ChatGPT, entrenado con datos procedentes de todos los rincones de internet, que emplear una solución diseñada para su empleo en entornos laborales o por instituciones públicas.
«Hay muchos tipos de herramientas que creo que, sin duda, serán muy útiles para todos nosotros como consumidores, ayudándonos a planificar las próximas vacaciones o viajes o cosas así. Y creo que el uso de parte de esa tecnología internamente en un banco, una empresa de atención médica o una empresa de servicios públicos exige un conjunto de necesidades muy diferente», señala Candy. Para empezar, que los resultados que ofrece la máquina de turno sean explicables y que los datos que manejen sean de la más alta calidad. Evidentemente, también se deben tomar precauciones para que la información privada de la empresa no pueda ser consultada por los desarrolladores de la solución basada en IA o empleados para su capacitación, que es precisamente lo que ocurre con todos los datos que el internauta vuelca en la versión comercial de ChatGPT.
¿Quién te reemplazará?
El auge de las máquinas y de la IA no solo va a permitir que la IA agilice el funcionamiento de las empresas. De acuerdo con un estudio de Goldman Sachs, su adopción afectará a 300 millones de empleos en los próximos años. Mientras tanto, McKinsey calcula que al menos 12 millones de estadounidenses se verán en la necesidad de cambiar de sector de aquí a 2030 debido a su impacto.
Candy no cree en las perspectivas más fatalistas para el trabajador humano. Por el contrario, remarca la capacidad de la tecnología para mejorar su condición laboral. «Recuerdo que los años setenta y ochenta había mucha preocupación por la llegada de los cajeros automáticos. Si piensas en lo que sucedió en los años siguientes, los salarios de los trabajadores de los bancos aumentaron. Y fueron más necesarios, porque, además, los bancos ampliaron sus negocios y abrieron nuevas sucursales», explica a este respecto. «No se trata de usar IA generativa para reemplazar a los humanos, se trata de aumentar las capacidades de cada persona con asistencia», remarca.
El ejecutivo remarca la importancia de que el trabajador sea «curioso» e intente conocer el funcionamiento de la tecnología. Cuanto más mejor. Porque eso puede marcar una importante diferencia a su favor: «Creo que las personas que usan la IA en su trabajo diario reemplazarán absolutamente a las personas que no la usan. Pero siempre habrá un humano ahí haciendo el trabajo y supervisando. Hay que seguir adaptándose a las nuevas herramientas que se ponen a nuestra disposición».