Power walking: qué es y por qué puede ser mejor que el running

Lo primero que hay que tener en cuenta es que no es salir a dar un paseo , sino a caminar con energía a un ritmo físico exigente, movilizando buena parte de su musculatura, trabajando también la salud cardiovascular y sobre todo tratando de controlar la postura del cuerpo. Es importante el ritmo constante y alegre, pero más todavía lo es parte técnica, que consiste en conseguir activar permanentemente el abdomen manteniendo la cadera en buena posición, movilizar los brazos con control, elevar durante la pisada las puntas de los pies para trabajar más músculos de las piernas como los tibiales y mantener la vista al frente con los hombros atrás y el pecho arriba. No se trata por supuesto de llevar ni el ritmo ni la dificultad postural de los marchadores profesionales, pero sí son una fuente de inspiración y un modelo ideales para fijarnos en la posición de cuerpo cuando entrenan y compiten.

Es una actividad deportiva mucho menos exigente con las articulaciones que el running, por lo que es ideal para personas cuyo estado de forma no es óptimo o que están empezando a cambiar sus hábitos sedentarios por otros más activos y saludables, independientemente de la edad, pero también puede ser practicada por personas en buen estado de forma, ya que la exigencia depende del ritmo y de la duración de las sesiones de trabajo, y estos dos factores siempre pueden complicarse paulatinamente. En cualquier caso, la máxima complicación que tiene es realizar bien la mecánica del movimiento explicada anteriormente, teniendo en cuenta esos consejos pero llevándolos a cabo de manera natural y sin exagerar ninguno para evitar sobrecargas ni dolores articulares.

De lo que no hay duda es de los beneficios para la salud del deporte de caminar, especialmente si es el ‘power walking’, cuyas exigencias convierten a esta actividad en mucho más completa y positiva para la salud . Numerosos artículos divulgativos y estudios científicos demuestran el impacto positivo de esta actividad en la salud. Uno de ellos habla de la longevidad al situar los beneficios del caminar casi a la altura de los del running -a un nivel principiante, no compara con el correr a ritmos medios y altos-, como éste publicado en Journal of the American Heart Association a cargo de expertos de la Universidad Duke e investigadores del Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos con el objetivo de demostrar que toda actividad física suma para posibilitar una vida más larga y saludable, incluso el caminar.

Otros artículos tan prestigiosos como el firmado por la división de medicina preventiva del Brigham and Women's Hospital y del Harvard Medical School son una prueba definitiva de que andar a ritmo ligero ayuda a prevenir desde el dolor de las articulaciones hasta problemas de índole cardiovascular como la hipertensión, pasando por trastornos como el estrés y otros de tipo alimenticio como la obesidad, algo que comparten otros publicados que inciden en la mejora de la salud cardiovascular como uno de los beneficios más importantes del running. Pero fortalecer el corazón en el caso del ‘power walking’ también lo es y además el riesgo de que éste sufra en el proceso es menor, sobre todo en las personas que están empezando a practicar deporte. El Harvard Health Publishing así lo recoge y explica con detalle cómo entre las virtudes de caminar a rtimo exigente está la prevención de lesiones drásticas y muy peligrosas para la salud como los ataques al corazón. Según este artículo, las claves de la eficacia de cualquier deporte son la intensidad, la duración y la frecuencia con que se realiza, parámetros estos dos últimos que en caso del caminar se han de aumentar ya que el primero de ellos, el de la intensidad, es menor que la de la mayoría de actividades deportivas. El propio Harvard Medical School firma un programa específico en el que aborda no solo los beneficios de la actividad de caminar, sino cómo realizarla de manera apropiada para que sea eficaz.

Las mejoras en la rutina alimenticia es otro de los provechos que podemos sacar de esta práctica deportiva. La Universidad de Exeter llevó a cabo un trabajo en el que demostraba el impacto que tiene caminar sobre los impulsos alimenticios, ya que una caminata de apenas 15 minutos diarios ayuda a frenar la ingesta de alimentos azucarados al aliviar la ansiedad. Caminar, por lo tanto, tiene un efecto similar al ansiolítico, pero de manera natural. En este caso el estudio, que se centró concretamente en los consumidores de chocolate , avala que cualquier actividad física por moderada que pueda ser, tiene un impacto directo sobre el peso corporal y los problemas de salud generados por un exceso del mismo, ya que ayudan a producir un cambio metabólico también. S encima se le añade más intensidad y duración al entrenamiento, que es lo que pretende el ‘power walking’, los resultados serán todavía mucho mayores.

Por útimo, aunque no por ello menos importante, esta actividad física tiene un alto poder antienvejecimiento tanto físico como mental. Así lo demostraron investigadores de la Universidad de Saarland (Alemania) es un estudio presentado en un congreso anual de la prestigiosa Sociedad Europea de Cardiología hace tres años . El estudio realizado en 69 fumadores concluyó que la actividad física moderada durante un período prolongado de tiempo despierta un proceso de antienvejecimiento que resulta incluso reparador para el ADN viejo, lo que impacta directamente en la calidad de vida de la persona en cuestión. Además, al ser también un potenciador de la función cognitiva es una eficaz herramienta de combate contra enfermedades como el alzheimer o la pérdida de memoria.