El diccionario de lujo del vino
Vinos de hielo, Château d’Yquem, Wine influencers, famosos o una escapada vinícola a un entorno de película... Diez destellos de lujo en una copa de vino

Una buena botella de vino es una historia, a veces una leyenda. Hay botellas de vino que sobreviven a los naufragios y cruzan los siglos, algunas son inmortales y se subastan a precios dignos de un Picasso. El vino es sabor y saber , es algo seductor y exclusivo. También es disfrute y moda. ¿Cuáles son los mejores vinos del mundo? ¿Cómo y dónde se beben? ¿Quién manda en este mundo?
Ahí van diez pistas para disfrutar de este placer de la manera más actual y exclusiva.
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Eiswein: lujo helado
La historia de la gastronomía está en deuda con la casualidad y los así llamados Vinos de hielo lo demuestran. Al parecer, a finales del siglo XVIII, en la región alemana de Franconia, una helada se abalanzó sobre las uvas de una cosecha. Los viticultores no se dieron por vencidos y emplearon esas uvas para hacer un vino de fermentación lenta que llamaron Eiswein , vino de hielo. Ese “patito feo” no tardó en convertirse en un maravilloso cisne, siendo los vinos de hielo la quintaesencia del lujo por su complejidad y escasez. Se trata de vinos naturales, realizados a partir de uvas blancas –generalmente Riesling y Gewürztraminer– que se hielan en la misma vid, se vendimian en invierno, de noche, a una temperatura que no supera los -7ºC y que se prensan de inmediato. En Vilaviniteca , una de las mejores tiendas de vino de España con más de 85 años de recorrido , una botella de Dönnhoff Brücke del 2003 supera los 400 euros.
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Wine influencer
Es avocado, tiene 70 años y vive en el campo junto a su mujer, su hija y sus perros. Robert Parker no tiene precisamente el perfil del influencer al que estamos acostumbrados, pero si hay alguien que manda en el mundo del vino éste es él. Su revista bimestral, The Wine Advocate , lleva editándose desde 1978 y cuenta con más de 50.000 suscriptores en todo el mundo. Tanto él como su equipo se dedican a catar miles de vinos para cada número, clasificándolos según una escala de 50 a 100. Una puntuación de 90 para arriba puede catapultar a un bodeguero en el Olimpo del vino. The Wine Advocate es la brújula para los aficionados y profesionales del sector. ¿La razón de este éxito? La independencia de la que hace muestra. Aun así, si preferís algo más indie, The Art of Eating , revista trimestral estadounidense independiente (ni una sola línea de publicidad) tiene una sección fija dedicada a los vinos que se titula Why This Bottle, Really?
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Montalcino, una escapada de lujo
El turismo en torno al vino es, podríamos decir por definición, una opción de ocio muy exclusiva. Los peregrinos del vino son capaces de recorrer kilómetros entre bodegas, viñedos y hoteles con encanto parando sólo para catar los mejores vinos. Si queréis saborear un pedacito de la Toscana de película y a la vez uno de los mejores tintos italianos –según algunos, del mundo– os proponemos una escapada a Montalcino . Una joya arquitectónica a pocos kilómetros de Siena donde degustar una copa de Brunello se convierte en una experiencia casi mística. Si luego se trata de las añadas de 2010, 2012 y 2015, las últimas tres mejores, no habría nada más que pedirle a la vida.
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Atrio: la mejor bodega del mundo está en Cáceres
3.400 referencias camino de convertirse en 4.100 el próximo otoño. 40.000 botellas procedentes de 20 países diferentes, es decir, todos aquellos que producen vinos de calidad. De Francia a Italia, pasando por España, Grecia, Argentina, Chile y Estados Unidos. La bodega de Atrio , hotel y restaurante bajo el sello ubicados en Cáceres, es sin duda una de las más importantes del mundo.
Los clientes que lo deseen, pueden disfrutar de una visita guiada a la bodega (en la que se encuentran algunos de los vinos más caros del mundo) de la mano de los expertos. Se trata de visitas “a medida” , explica José Luis Paniego, responsable de la bodega de Atrio, que pueden ser específicas y técnicas tanto como amenas y entretenidas adaptándose al perfil y el interés de cada cliente.
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Cuando el vino es una religión: los vinos biodinámicos
Inspirados en las teorías antroposóficas del austriaco Rudolf Steiner , los vinos biodinámicos proceden de viñedos donde es la Naturaleza la que manda. En el sentido más estricto. El uso de la maquinaria está prohibido y por supuesto también el de pesticidas, herbicidas y productos químicos, aunque no hay confundirlos con los vinos bio o eco. Son vinos que confían en los ciclos del sol , de la luna y de los planetas y que brotan de tierras abonadas al atardecer con compost de origen orgánico. Aunque de una manera un tanto excéntrica y esnob, los vinos biodinámicos luchan contra la industrialización, masificación y estandarización del vino. Son, en otras palabras, vinos “religiosos” , únicos y exclusivos, la mayoría de las veces en mano a grandes nombres del sector.
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Château d’Yquem, un vino de leyenda
El Château d’Yquem es un vino dulce de Sauternes, una de las regiones vitícolas de Burdeos. Pero los parecidos con un vino “normal” acaban aquí. Se trata del único Premier Cru Supérieur según la clasificación establecida en ocasión de la Exposición Universal de 1855 y que sigue válida hoy en día. Es un vino de vendimia tardía, cuyas uvas se recolectan después de su época natural, a mano y sólo si están afectadas por un hongo, la Botrytis cinérea , que se da naturalmente y en circunstancias climáticas muy singulares. Este hongo es el responsable de que la uva se seque en la propia planta concentrando los azúcares. Un fenómeno llamado podredumbre noble y que no es exclusivo de este vino, sino también, por ejemplo, del húngaro Tokaji.
Este tipo de vino tiene un rendimiento muy bajo: del Château d’Yquem se dice que sólo sale una copa de cada cepa situada en sus colinas. No extraña que estas botellas se subasten como Picasso y se vendan por cifras increíbles según las añadas. De la de 1806 sólo hay tres botellas en el mundo: dos en colecciones privadas y una en la bodega de Atrio en Cáceres. Su precio: 310.000 euros sin IVA.
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Cómo se degusta un vino
Catar un vino se parece a un ritual de seducción. El primer sentido involucrado es la vista, pues en una primera fase se evalúa el color del vino, su brillo y su limpidez. De ahí la importancia de utilizar copas transparentes. Luego interviene el olfato: hay que acercar la nariz y dejar que se abran todos los cajones en los que están encerrados los aromas que conocemos. Es así que el chocolate, los frutos rojos o las flores blancas “acaban” en nuestra copa. Si hay que elegir una copa, algunos expertos aconsejan la Borgoña, más panzuda que la bordelesa. Hay que agarrarla siempre por el tallo , nunca por la base de la copa. Finalmente, el gusto (y el tacto) que nos permite tocar las teclas dulces, amargas, ácidas, saladas. La cantidad justa de vino ocupa un tercio de la copa. En cuanto a la temperatura , los vinos tintos se suelen servir a una temperatura de entre 16ºC y 18ºC, los blancos entre 10ºC y 12ºC, los cavas más fríos. Los rosados a unos 8ºC y los finos y generosos por debajo de los 10ºC.
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Los vinos de Jerez, lujo español
Los vinos de Jerez son uno de los tesoros de la gastronomía española. Manzanilla, Fino, Amontillado, Oloroso, Palo cortado, Cream… Las variedades de vinos de Jerez dependen de la magia obrada por la flor, una levadura que se desarrolla espontáneamente durante la primera fase de crianza, donando al vino sus peculiares notas aromáticas. El Pedro Ximénez es un vino dulce natural que se realiza sólo con uvas de la variedad que lleva el mismo nombre y que después se somete a la doble crianza típica de estos vinos. Extremadamente versátiles, los vinos de Jerez pueden dar paso a maridajes sorprendentes. Juan Ruíz Henestrosa, director de sala y sumiller de Aponiente , con dos estrellas Michelin, acompaña con estas joyas andaluzas los platos del “capitán del barco” Ángel León. Los maridajes implican un suplemento de 70 euros en el caso del menú más breve y 90 euros en el caso del más largo.
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Vinos envejecidos bajo el mar
Una bodega submarina , situada a 20 metros bajo la superficie del mar en la Bahía de Plentzia, Vizcaya, en el mar Cantábrico. El de las Bodegas Crusoe Treasure es un proyecto pionero, radical y muy exclusivo centrado en dos vinos tintos de edición limitada envejecidos bajo el mar durante un año. La variedad Classic, añada 2010, se realiza a partir de uvas Graciano, Mazuelo y Tempranillo procedentes de cepas de 80 años. De este vino sólo se han comercializado 3.200 botellas extraídas del mar en diciembre de 2012. De la variedad Passion, hay 5.560 botellas numeradas emergidas de las profundidades marinas en septiembre de 2013. Los vinos Crusoe Treasure se pueden adquirir en la propia web de la bodega y en tiendas especializadas por un precio que ronda los 70€.
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El vino y los famosos
Pocas cosas son tan exclusivas y glamourosas como producir tu propio vino. Será por eso que la lista de las estrellas de la música, del cine y del deporte que se han apuntado a la moda del vino no para de crecer. El legendario director de cine Francis Ford Coppola fue de los primeros en crear una bodega con su nombre. Una de sus colecciones se llama Sofia y está inspirada en su igual de famosas hija. La actriz Drew Barrymore , en colaboración con las bodegas Carmel Road, tiene un tinto, un blanco y un rosado que llevan su nombre. Kate Hudson y su marido Mathew Bellamy también producen vinos en las bodegas que llevan sus dos apellidos. La poderosa expareja formada por Brad Pitt y Angelina Jolie también se lanzó al mundo del vino con un rosado producido en los viñedos de su Château Miraval en Provenza. Tampoco se han resistido a los encantos del vino las estrellas de la música John Legend, Fergie y Sting , de cuya mansión en la Toscana salen vinos con nombres tan sugerentes como Message in a Bottle, Sister Moon o When we dance.
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