Cómo no deberías llevar nunca un traje blanco
Amado y temido a partes iguales, es el ejemplo de sastrería más complejo a la hora de combinarlo y elegir el mejor momento para lucirlo
¿Estamos en la era del traje blanco? Estos ejemplos así lo demuestran
Look elegante todo en color blanco
El traje blanco es el más temido. Por mucho que cada vez sean más celebrities estilosas las que lo luzcan con éxito en el presente, los referentes culturales de otras décadas siguen ahí, y eso hace que en la retina de muchos todavía aparezcan ... las imágenes de Don Johnson en Corrupción en Miami o Al Pacino en El Padrino con alguno de estos diseños como sombras.
No sorprende, por tanto, que continúe existiendo tanto miedo a la hora de animarse a lucir sastrería clara pese a la insistencia de las grandes firmas por darla la importancia que merece.
Pero si algo hemos aprendido en moda es que nunca se puede decir aquello de «de este agua no beberé» porque, con las tendencias, siempre se termina cayendo. Por mucho que se quiera permanecer ajeno, la tentación se vuelve cada vez mayor. Y si vamos a terminar rindiéndonos ante la evidencia, ¿no será mejor hacerlo por todo lo alto?
El actor Jonathan Bailey en los Globos de Oro
El traje blanco es toda una declaración fashion incluso para los más exigentes. Resulta actual y atrevido, sí, pero es curioso que no por ello pierde ni un ápice de su seña tradicional y sofisticada. Ese equilibrio es el que lo hace tan interesante.
Ahora bien, si el miedo aparece a la hora de llevarlo es porque efectivamente no es nada sencillo defenderlo. ¿Con qué hay se puede combinar? ¿En qué ocasiones es mejor prescindir de él? ¿Hay modelos que funcionan y otros que no? Tratamos de resolver todas las dudas.
El traje más complicado
Con el traje blanco se asumen muchos riesgos. El primero de ellos se refiere a la facilidad que tienen para atraer manchas. El roce con algún objeto, un poco de tinta, restos de comida... cualquier cosa es susceptible de terminar en lamparón o, como mínimo, de estropear el acabado impoluto. Esto es algo indiscutible, pero merece la pena si se tiene en cuenta el impacto que genera cuando se lleva puesto un dúo así.
El segundo de los costes que puede conllevar es el de no acertar en la ocasión para vestirlo. Importa el cuándo e importa el con quién porque, de lo contrario, en lugar de conseguir un efecto positivo lograrás todo lo contrario.
Y, el tercer posible error que se puede cometer con un dos piezas como este es el de no hacer una buena elección de las prendas con las que combinarlo.
Estilismo con traje blanco
Ninguno de estos tres factores se puede evitar, pero sobre este último sí que se puede minimizar su huella teniendo en cuenta algunas cosas como, por ejemplo, que no es un conjunto pensado para su uso excesivamente formal por lo que es preferible que se reserve para ambientes distendidos.
L estación del año en la que te encuentras también es importante. En invierno no es lo más habitual recurrir a un traje blanco, pero no hay nada que te impida hacerlo por lo que, si quieres probar, un jersey de cuello vuelto puede ser una gran solución si escoges dos piezas que abriguen lo suficiente. En verano, en cambio, puesto que es una excelente manera de mantenerse fresco en los cócteles o cenas cuando las temperaturas son excesivamente altas, lo mejor es elegir un traje liviano, que huya de la rigidez y se apoye en tejidos como el lino.
En cualquier caso y, dado que surge como un elemento para ambientes relajados, lo mejor es el monocromatismo. Una camisa blanca será siempre la mejor compañeray la puedes alternar con una sencilla camiseta o un polo. Ahora bien, si necesitas un plus de formalidad, genera un contraste atractivo con una camisa de algodón azul o con una caqui o camel y triunfarás.
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Una última consideración con respecto al calzado: evita las zapatillas por muy cómodas que estas te parezcan y ríndete mejor ante los mocasines. Y si te gusta asumir riesgos, en función de la climatología puedes probar a alternar también con unas botas o unas sandalias, en ambos casos en negro, marrón o camel para no equivocarte.
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