Tendencias que juraste no llevar y sin las que ahora tu armario no sería lo mismo

En moda sucede exactamente igual. De hecho, estas transformaciones son algo natural que de una forma inconsciente nos vienen impuestas con las tendencias que imperan en el momento. La gran diferencia con respecto a hace unos años es que con las redes sociales los ritmos se han acortado tanto que ahora mismo el panorama evoluciona a una velocidad alarmante. Si a esto le sumamos la cantidad de corrientes que se popularizan en un abrir y cerrar de ojos se ratifica eso de que jamás deberías decir “de esta agua no beberé”, en lo que a la vestimenta respecta.

No hace falta que nos vayamos a complicados ejemplos con prendas que solo los más atrevidos lucen sin temor, no. Hablamos de detalles que probablemente antes ni te planteabas añadir a tus looks y que ahora, sin que te hayas dado cuenta, los luces como algo natural. A los siguientes ejemplos nos remitimos.

Amados y odiados a partes iguales. Aunque parezca que su época dorada la vivieron a finales de los ochenta y principios de los noventa lo cierto es que ahora están viviendo su mejor momento. Incorporarlos al look ya no solo no resulta hortera, sino que es sinónimo de ser “cool”; y si son algo altos, todavía más. Eso sí, tendrás que lucirlos con seguridad y haciendo gala de tu buen ojo para combinarlos ( aquí te enseñamos cómo hacerlo).

Seguramente te compraste una en tus primeras vacaciones en Benidorm y cuando volviste la guardaste en el cajón algo avergonzado. Sin embargo, desde hace un lustro se han confirmado como el indispensable del verano para influencers y demás expertos en moda. Lo mejor de todo es que puedes llevarla con los colores que quieras porque con esta prenda la premisa del “cuanto más llamativa, mejor” se cumple a rajatabla. Eso sí, resérvala mejor para el periodo estivo, nada de pasarte de moderno combinándola con un jersey en pleno diciembre.

Si tu abuelo te viese se escandalizaría y te obligaría a sacarles el bajo, pero las tendencias evolucionan e incluso las firmas de trajes más clásicas han terminado por “rendirse” a esta corriente. Eso sí, en invierno te recomendamos que no prescindas de unos buenos calcetines si no quieres acabar en la cama con fiebre…

Si has visto ‘El Diario de Bridget Jones’ recordarás la escena en la que un apuesto Colin Firth aparecía en una cena navideña con un jersey de renos, o a Adam Brody haciendo su particular homenaje a las tradiciones más católicas -aunque él fuese judío- sin prescindir de sus suéteres con copos de nieve en la serie ‘The OC’. Pues bien, esta prenda que probablemente tu abuela te haya tejido y regalado con toda su ilusión -y que nunca pensaste que llevarías más allá de las paredes del salón de tu casa- es sinónimo de buen gusto e incluso de ser una persona con las cosas claras. Es más, ciertas marcas de lujo como Balenciaga o Louis Vuitton se han lanzado al diseño de este tipo de prendas con un éxito brutal, con eso te lo decimos todo.

En general la moda para hombre suele ser menos innovadora que la de mujer, pero nada más lejos de la realidad. Si antes al llevar una camisa de rayas dabas por hecho que estaba prohibidísimo añadir algún otro print, te diremos que hoy puede ser el toque que haga de tu estilismo una apuesta de tendencia. Lo mismo sucede con los tejidos y patrones antagónicos. ¿Alguien da más?

Estamos ante uno de los ejemplos que más controversia causan por su asociación con el vestidor femenino. Pero si se mira desde un punto de vista práctico no puede ser más acertado. Si antes salías con los bolsillos tan abultados que parecía que tenías unos kilos de más, ahora sin darte cuenta probablemente tengas en tu haber una riñonera, cartera, mochila o bandolera de la que no te separas. ¿Lo mejor? Ni siquiera te lo habías planteado, ¿a que sí?

Aunque la mayoría piense que data del siglo XIX, lo cierto es que cuenta con más de 500 años de historia. Y sí, llevarla no es fácil, y más ahora que las gorras deportivas y gorros de lana están a la orden del día. Pero en vistas del éxito que cosechan en las redes sociales de lo que no hay duda es que si encuentras un modelo favorecedor, no te la vas a quitar (y sí, tu abuelo en este caso estaría muy orgulloso de ti).

Esa prenda que te acompañaba en los recreos concebida solamente para protegerte del frío sin ningún tipo de afán estético. Pero ahora, contra todo pronóstico -e igual que ha sucedido con los jerséis de ochos anteriormente mencionados- se ha popularizado y se combina con absolutamente todo. Desde jeans a pantalones de pana e incluso chinos. En este caso si tiene algún juego cromático o estampado que recuerde a los años ochenta (algo así a lo “Stranger Things” o los conjuntos de Timothee Chalamet , mejor que mejor).

El athleisure, o lo que es lo mismo, la tendencia que dictamina que la ropa de deporte puede llevarse en cualquier ámbito, está más de moda que nunca. Por eso no te sientas culpable si no te has resistido a comprar más de un pantalón de chándal, es más, seguramente te habrás fijado en los que se ajustan al tobillo que antes solo llevaban los macarras de turno y que ahora hasta las firmas de lujo han reinterpretado. Curioso pero cierto.

Prada fue la pionera en reinterpretar este clásico calzado añadiendo grandes suelas el pasado año y en la reciente Fashion Week de Milán se ha convertido en la tendencia más vista de la mano de Fendi, Armani, Hermès o Jil Sander. Si eras asiduo de las ugly sneakers el cambio no te impactará demasiado, pero si por el contrario tu estilo es más bien clásico inicialmente te parecerán demasiado toscas. Pero como ha sucedido con el resto de ejemplos que hemos explicado, tarde o temprano terminarás sucumbiendo.