Por qué Timothée Chalamet ha sido nombrado el hombre más influyente en la moda

No es que Timothée Chalamet haya transformado su estilo en el 2019. Siempre ha sido un tipo apegado a las vanguardias y alejado de todo tipo de prejuicios desde que irrumpió con fuerza en la industria del cine. Simplemente, ahora es mucho más conocido. Así lo explica el hecho de que esté en medio de dos nombres como los de Meghan Markle y Zendaya en el ránking publicado por el portal Lyst sobre los personajes famosos más influyentes si hablamos de moda. Este buscador fashion se basa en la actividad de sus más de 100 millones de usuarios para elaborar el listado que este año han liderado Meghan Markle y el propio Chalamet, aunque tiene también en cuenta la repercusión en redes sociales y los medios de comunicación de los looks de los personajes en cuestión.

El que sea de origen británico explica en parte por qué son estos dos nombres y no otros los que encabezan la lista, pero vamos a demostrar en estas líneas que está más que justificado que el actor neoyorkino sea el primer hombre en ella.

A sus 23 años, el actor norteamericano ha dejado de ser en 2019 una promesa del cine para convertirse en una absoluta estrell a. Sin ir más lejos, ha protagonizado junto a Elle Fanning -su alter ego en versión femenina dentro del universo Hollywood- y Selena Gómez la última película de Woody Allen, ‘Un día lluvioso en Nueva York’, muy aplaudida por la crítica, y acaba de estrenarse también el último remake de ‘Mujercitas’, en el que pone la nota masculina a un elenco femenino impresionante de estrellas con Emma Watson, Saoirse Ronan, Laura Dern y Meryl Streep.

Este tipo de trabajos mucho más mediáticos que los guiones en los que había trabajado hasta ahora, algunos tan sobresalientes como el de la citada ‘Call me by your name’, cuyo trabajo le valió para recibir su primera nominación al Oscar en el año 2018, o el de ‘Lady Bird’, no cabe duda que le han permitido darse a conocer entre el gran público, ese que no sigue tan de cerca lo que ocurre en el cine.

Si el valor mediático de sus últimos trabajos le ha dado otra dimensión a Chalamet, las alfombras rojas han hecho el resto. Dos años después de su nominación al Oscar, el estadounidense ha tenido muchas oportunidades para lucir su estilo personal ya sea en galas del sector de primer nivel o en los diferentes estrenos de las películas en las que ha trabajado. Avisó con un traje azul klein con camisa negra cuando era casi un desconocido en el Festival de Toronto de 2017, pero el punto de inflexión se produjo poco después, en los Oscar, ya en 2018. Lo hizo apostando al todo o nada, y ganó. Así fue gracias a un esmoquin completamente blanco, incluido la camisa y la pajarita, a excepción del calzado, donde también dejó su sello personal al llevar un par de botines negros en vez de los clásicos zapatos de este tipo de eventos de etiqueta. Ese outfit fue una especie de presentación oficial a nivel mundial, como cuando Messi hizo su primer gol con el Barça en cuanto Rijkaard le dio sus primeros minutos o Luka Doncic, ahora que está tan de moda, firmó su primer triple doble en la NBA al poco de aterrizar en la liga. Son detalles que muestran la luz especial de la gente elegida; ninguno de ellos es flor de un día, y Thimothée Chalamet pertenece a ese grupo privilegiado.

Desde aquella noche en Los Angeles comenzó el máster de estilo de la joven estrella, que a lo largo de dicho año demostró que no hay evento intrascendente para él. En todas y cada una de sus apariciones dejó la huella de su sobresaliente armario , sobre todo en lo que a los trajes se refiere. El zénit seguramente se produjo en la parada londinense de la gira de estreno de la película ‘Beautiful boy’ en otoño, cuando posó con un traje de flores de Alexander McQueen combinado con sus adorados botines, su calzado fetiche.

Acabó 2018 y parecía que ya no podía sorprender más en las alfombras rojas. Pero estábamos muy equivocados porque una vez recorrido hasta el final el camino del traje, Chalamet decidió explorar nuevos horizontes de la moda . En los Globos de Oro empezó un nuevo show de estilo que ha terminado coronándole como el rey de la moda masculina en el año que termina. Lo hizo con un arnés diseñado por Virgil Abloh para Louis Vuitton. De color negro y con lentejuelas, pocas veces un complemento ha brillado tanto como este que Thimotée Chalamet se puso por encima de un look minimal en el que apenas destacaba la camisa con cuello mao. Nada de corbata, ni siquiera americana, un básico de sus looks más importantes hasta la fecha. Seguramente ese fue su acierto, darle todo el protagonismo al arnés, demostrando que su buen gusto y su osadía iban de la mano en la buena dirección también desprendidos de la seguridad del traje.

Al arnés le dio continuidad meses después con una sudadera con brillo s con la que posó en el estreno de otra de sus películas estrenadas este año, ‘The King’, que en cierto modo recordaba a la pieza de Virgil Abloh, aunque no ha sido la única vez que ha utilizado en 2019 recursos clásicos del street style en alfombras rojas.

Quizá el más llamativo de todos fue el look denim de peto y camisa firmado por el artista y diseñador Sterling Ruby que escogió para su aparición en el Festival Internacional de Cine de Busan, en Corea del Sur.

Pero si hay un look a lo largo de estos últimos meses que nos enamoró a primera vista, ese fue el dos piezas gris de Haider Ackermann que lució en la Mostra de Venecia, de nuevo rematado con unos botines negros. Un regreso triunfal al traje, la prenda del armario masculino que en apenas dos años ha conseguido elevar a otro nivel el bueno de Thimothée Chalamet. Tal fue la repercusión del traje en cuestión, que las búsquedas sobre el diseñador francés nacido en Colombia se multiplicaron una barbaridad. No es para menos.

En definitiva, pocas etiquetas serán más merecidas en el 2019 que la de hombre más influyente que se ha ganado Thimotée Chalamet, un tipo que además de su indudable estilo propio le suma otros ingredientes que le convierten en digno sucesor de Ryan Gosling como el actor del momento, como son su aspecto imberbe, como si tuviera menos años de los que tiene -y mira que es joven-, esa media melena salvaje que recuerda a otro de los iconos de estilo contemporáneos, el cantante Harry Styles, y esa ambiguedad a la hora de vestir que, aunque no debería ser motivo, funciona como símbolo necesario de reivindicación de lo mucho y bien que ha cambiado la sociedad gracias a los valores renovados de las generaciones más jóvenes, de las que Chalamet es un auténtico referente.