¿Sabes cómo, cuándo y dónde debes llevar el frac?

Sin embargo, esto no ocurre con el frac, que está en claro desuso. Y es una pena, como nos demostró la alfombra roja de la gala del Met celebrada el primer domingo de mayo en Nueva York. La temática, la ‘Gilded Age’ norteamericana —1870-1900— pedía a voces que los invitados masculinos rescataran el frac, y un buen número de ellos cumplieron con las expectativas.

Algunos, como el actor de Stranger Things, David Harbour, parecieron salidos de una cápsula del tiempo, recién llegado de finales del siglo XIX, puro en mano incluido. Otros sintetizaron su esencia en clave minimalista y contemporánea, como Bradley Cooper, Adrián Brody y Ryan Reynolds , y hubo quien se atrevió con una interpretación vanguardista del frac, como por ejemplo Joe Jonas , que llevó levita blanca con solapas negras.

Con más o menos acierto, la gala reivindicó la categoría del frac, que junto con los corsés fue el atuendo más repetido en la alfombra roja por parte de los invitados masculinos. Desde entonces, teníamos ganas de hacer lo propio desde nuestro modesto altavoz para poner un granito de arena en favor de este icónico outfit masculino que si fuera una especia animal no hay duda de que estaría “en peligro de extinción”.

Ya a finales del siglo XVIII, el protocolo de vestimenta masculina cambió en la alta sociedad. Esta, aunque parezca mentira viendo cómo es el frac, se simplificó, renunciando a detalles ostentosos y llamativos. Entonces, se apostó por la discreción y sobriedad de los colores oscuros y las prendas minimalistas. Todas las del frac canónico lo son, en realidad, aunque juntas no lo parezcan.

El negro y el blanco se convirtieron en los colores masculinos por excelencia de la alta sociedad inglesa, y durante un siglo, desde la década de los 20 del siglo XIX hasta el periodo de Entreguerras, ya en el siglo XX, el frac monopolizó los eventos formales de noche, más allá de las seis de la tarde.

Por lo tanto, el código de estilo del frac, al menos en origen, indica que es un atuendo incompatible con el sol y el exterior, se utiliza de noche y en lugares cerrados , aunque hay alguna excepción. Es el caso de los actos académicos, actos de gran gala o recepciones. También lo pueden lucir, por ejemplo, los directores de orquesta en conciertos nocturnos. En este sentido, es interesante remarcar que el frac es compatible con las condecoraciones, que se pueden lucir en su levita.

Uno de los principales motivos de que haya dejado de utilizarse el frac de manera habitual es precisamente que su uso se solapa con el esmoquin , ya que ambos looks son para eventos nocturnos de etiqueta. El esmoquin, más informal y más adaptable a los códigos de estilo propios de finales del siglo XX y comienzos de XXI, conquistó su terreno hasta arrinconarle.

Por ello, no parece que vaya a tener fácil el frac recuperar su lugar en las celebraciones nocturnas, pero recuerda que, si decides llevarlo en alguna ocasión, deberás ir conjuntado con tu pareja. En caso de que sea una mujer, esta deberá llevar vestido largo.

Pocas personas saben, especialmente las más jóvenes, cuántas prendas y complementos componen un frac clásico. Son las siguientes:

1. Chaqueta o levita: larga en su parte trasera y con faldones acabados en pico, es corta por delante. Siempre debe ser negra aunque ya vimos en la gala del Met que los límites en este sentido también se han flexibilizado. Es imposible de abotonar.

Camisa: siempre de color blanco, de cuello diplomático y puños cerrados y simples. Estos siempre deben sobresalir de la levita.

Chaleco: es de uso obligatorio con frac y debe ser de piqué en marfil, aunque hay excepciones protocolarias donde se ha de llevar en color negro. El chaleco de frac siempre es más corto que cualquier otro modelo y nunca ha de sobresalir la parte frontal picuda de la levita.

Pantalones: tiene que ser siempre del mismo color que la chaqueta, negro o, como luego puntualiceramos, azul medianoche, El tejido también debe ser el mismo que el de la levita, y se diferencia del pantalón de esmoquin por sus dos costuras laterales.

Pajarita: de piqué en color blanco, es de uso obligatorio y lo ideal es que su nudo se haga a mano. En el esmoquin es negra y en el chaqué se utiliza corbata.

Zapatos: el frac permite que el zapato tenga brillo, tipo charol, pero siempre tiene que ser de cordones y en color negro. Los oxford lisos son válidos, por ejemplo. Nada de hebillas ni elementos decorativos en ellos. La suela, baja, con tacón pequeño.

Tirantes : nunca se ven, pero el frac los lleva. Es uno de sus secretos. Tienen que ser de seda blanca, incluidas las lanzaderas con las que se sujetan al pantalón.

Accesorios: los calcetines tienen que ser finos y en color negro, y a partir de ahí, el resto de accesorios son opcionales. Se pueden llevar guantes si son de seda y en color blanco; sombrero , que debe ser una chistera negra; bufanda, blanca como los guantes; bastón, que suele ser negro; pañuelo, también blanco; y en menor medida, capa. Si bien este último accesorio no es el más recomendable puesto que tapa las virtudes estéticas de la levita. la chaqueta, en noches de frío se convierte en el complemento ideal para el frac.

Si el frac no es negro, y versiones vanguardistas aparte, también se permite la opción del color conocido como azul medianoche, un azul muy oscuro.