La reinvención del punto: todo lo que debes saber

El punto son los suéters gruesos trenzados que tanto se han llevado esta temporada. De sus virtudes ya hablamos largo y tendido en un tema que le dedicamos a esta prenda en exclusiva .

Pero el punto es mucho más. Por ejemplo, el jersey fino de cashmere que posiblemente no tiene rival a la hora de optar al premio de prenda que mejor equilibra confort y elegancia . También los abrigos de lana que aparecen siempre en las pasarelas invernales. Y últimamente, con los cambios forzados que nuestra forma de vida ha experimentado recientemente y con la marcada tendencia hacia lo deportivo, el punto ha invadido la intimidad porque también se lleva para estar por casa.

Así lo ha demostrado, sin ir más lejos, la última colección de Raf Simons y Miucca Prada , repleta de monos en punto y también de calzoncillos. Esta idea no se debe solo al mayor tiempo que pasamos dentro de casa, sino que también es fruto de la necesidad de experimentar con el punto dentro del terreno de lo casual, del confort, porque es evidente desde hace tiempo que este es el leitmotiv de la industria de la moda.

La ropa interior y de estar por casa es la expresión más radical de esta tendencia, pero hay una prenda que representa un punto intermedio que es sin duda alguna la que mejor refleja la evolución del punto masculino: el polo .

Tan cómodo como una camiseta básica pero más sofisticado, es la alternativa ideal para los hombres que no quieren apostarlo todo a la moda casual y también para los que están cansados de la sastrería y las camisas . Además, funcionan de maravilla tanto en manga larga como corta de cara a la primavera, y son tan versátiles que no se nos ocurre pantalón, jogger aparte , con el que no combinen bien.

Para que el punto pueda exprimir al máximo sus virtudes en cualquier de sus formas -ya has visto que no será por falta de opciones-, es fundamental saber cómo tratarlo, cómo cuidarlo y cómo combinarlo .

Para lavarlo, debes seguir las instrucciones que el fabricante refleja en la etiqueta de la prenda. La mayoría de las veces podrás hacerlo en la lavadora, mucho más rápido y económico que llevarla a la tintorería. Y es que, aunque pueda parecer delicado, el punto es un tejido más resistente de lo que parece .

Lógicamente, esto no implica que lo aguante todo, de modo que es recomendable usar programas cortos y evitar centrifugados que agredan en exceso el tejido. Para secarlas, basta con estirarlas bien, y de ahí a proteger bien las prendas en el armario puesto que no es necesario plancharlas.

Para guardarlas, mejor dobladas que en perchas estiradas como si fueran camisas . Piensa que el punto sí es sensible a las marcas y, sobre todo, a deformarse si no se protege muy bien. Pero cuidado al guardar, por ejemplo, los jerséis de punto apilados porque si están demasiado presionados, se pueden enganchar al meterlos y sacarlos del cajón, y también se pueden deformar si están muy aplastados. Una prenda de calidad necesita su espacio en condiciones para que pueda estar bien protegida, ni más ni menos.

Y, por último, para combinarlas, sirve como ejemplo el mencionado anteriormente del polo, ya que el punto es muy versátil y atemporal. Funciona bien con jeans en contextos más relajados o puedes optar por llevar un jersey liso con un traje como alternativa a la camisa y la corbata. Son dos extremos opuestos y el punto, utilizado con sentido común y adaptando el resto de prendas a las circunstancias del plan , es una opción ideal en ambos casos.

Para no fallar en esta última misión es clave el calzado, ya que te verás igual de bien con unas deportivas blancas que con unas botas militares de cordones o unos zapatos formales si llevas una prenda de punto en tu look, pero la clave está precisamente en saber adaptar tu elección al evento para el que estés eligiendo estilismo. No es lo mismo un plan nocturno de sábado noche con amigos, que una cena navideña o una jornada con reuniones de trabajo.