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Manual de estilo para llevar los puños de la camisa como lo haría George Clooney

¿Cuándo hay que usar gemelos? ¿cuál queda mejor con traje? Respondemos a las cuestiones que más dudas generan sobre esta cuestión

Camisa azul Pexels

En los detalles, a menudo, está la diferencia entre un hombre mal vestido y otro que aprueba, y también entre este último y el que obtiene matrícula de honor en cuestión de estilo. Y dentro de los detalles hay uno en concreto que suele pasar desapercibido al lado del calzado, el cuello de la camisa o la talla de las prendas, entre otros a los que se da mayor importancia. Se trata de los puños de la camisa, a menudo grandes olvidados. A continuación, profundizamos en ellos con una guía rápida: cómo son, qué tipos hay y cómo debemos llevarlos.

Tipos de puño

Para construir con solidez, toca empezar por los cimientos. Y más en este caso, donde perviven todavía muchas dudas en este punto: existen, grosso modo, dos tipos de puños. Por un lado, los clásicos o sencillos; por otro, los denominados puños franceses o dobles.

El puño sencillo es versátil, casual y práctico . Sin duda alguna, es el tipo más común en camisería. Se adapta bien al traje en casi todos los contextos y además es el puño por excelencia de las camisas informales . En cuestión de cantidad y polivalencia, no tiene rival. Es más, existen diferentes variedades de este puño: desde el corte redondo, habitual de camisas americanas, al sesgado, propio de la camisería italiana, pasando por el recto, que es el tipo de puño clásico que acepta no solo un botón simple, sino dos y en ocasiones hasta tres dispuestos en línea, un detalle del gusto inglés. También existe la variante del puño simple sin botones, que requiere por lo tanto el uso de gemelos, lo cual añade siempre a la ecuación un plus de formalidad, restándole a su vez versatilidad a la camisa en cuestión.

Cuándo y cómo llevarlo

Todos tienen su momento, ya que como puedes imaginar con esta introducción, estamos hablando del puño menos formal y, en consecuencia, el más fácil de utilizar. Lo más importante en este sentido es que luzca impoluto (al igual que los cuellos, los puños son zonas de las camisas propensas a deteriorarse antes) y que el fit sea el adecuado.

Para que esto último así sea, el puño debe caer justo donde se inicia la muñeca, asomando ligeramente por fuera de la blazer. Este último matiz es clave: el puño siempre debe sobresalir del de la chaqueta , de tal forma que pueda apreciarse la camisa y crear contraste sobre la tela de la americana.

Una buena referencia es el hueso saliente de la muñeca como límite . Ten siempre presente, además, que no es lo mismo lucir la camisa estirado, de pie, o sentado y encogido. Es fundamental tener controladas ambas situaciones: tendemos mucho a estirarnos delante del espejo y si dejamos los puños cortos, cuando cuando la manga haga la arruga en el codo, el puño se puede ver demasiado corto. Y no olvides que a menudo estamos con el brazo encogido; mucho más que el estirado, de hecho.

Por otro lado, dado que el puño simple abotonado es el clásico de las camisas informales, estamos hablando del único tipo de puño que podemos remangar en determinados contextos . Básicamente, siempre y cuando no llevemos americana o chaqueta encima y cuando las circunstancias lo permitan. Los ambientes relajados y cálidos son propensos a ello. En este caso, eso sí, importa también el detalle de cómo lo remangamos ya que no basta con subirlos y ya está. Por ejemplo, es imprescindible que nunca se eleven por encima de los codos (para esto ya existen las camisas de manga corta) y también es necesario que la doblez sea estética. Hay diferentes formas de hacerlo: si el puño es de distinto color, es recomendable seguir marcando esa diferencia con la manga una vez remangada. Esto se puede conseguir subiendo la manga sin dobleces; simplemente, dibujando pliegues una vez remanguemos la camisa hasta la altura ideal.

Camisa blanca con gemelos Pexels

El puño formal, conocido como puño francés, jamás se debe desabrochar . El motivo no es otro que su uso está reservado para looks sofisticados, extremadamente elegantes; por ejemplo, un evento de etiqueta. En este tipo de contextos, quitarse la chaqueta, ya sea de un esmoquin, chaqué o traje, es impensable desde el punto de vista protocolario. Y con la chaqueta puesta sobre la camisa, nunca se pueden desabrochar los puños de la camisa salvo fuerza de causa mayor.

Debido a su diseño, con doble ojal y sin botones, el puño francés requiere de gemelos para su cierre en todas las ocasiones . Es esta joya la que marcará en buena medida el nivel de formalidad de la camisa en concreto del tu look en general ya que existen versiones menos formales, como los diseños de cordón o plata, que pueden ser válidos para trajes de uso diario, y diseños en oro o incluso piezas con pedrería, que se deben reservar para el esmoquin, en ocasiones muy señaladas.

En cualquier caso, al igual que ocurre con el puño clásico, también existen distintas versiones , ya que hay puños franceses de corte recto, redondo y sesgado. Lo mejor, si no eres ducho en la materia, es ponerse en manos de un sastre o maestro camisero para tener la garantía de acertar con el puño francés en función del evento en el que lo vayas a lucir.

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