Moda

La falda masculina vuelve a ser la prenda de la temporada

Brad Pitt ha sido el último en sumarse a esta tendencia en favor de la moda genderless

Looks masculinos y femeninos exactamente iguales Instagram @thombrowne

“¡Todos vamos a morir, así que pongamos las cosas patas arriba!”. Esta es la explicación que Brad Pitt ha dado (en Variety) sobre el motivo por el cual lució una falda masculina en el estreno de ‘Bullet Train ’, su última película, en Berlín, ... el pasado 19 de julio. El actor de 58 años sorprendió entonces con un diseño fabricado en lino marrón chocolate de largo midi que combinó con botas militares y una blazer.

Para muchos fue un look adelantado y reivindicativo , pero lo cierto es que, si bien es innegable su carácter vanguardista porque son pocos los hombres que se animan con la falda todavía, no es un outfit pionero entre las celebrities masculinas . La falda es tendencia entre ellas y así lo han demostrado en los últimos tiempos desde Marc Jacobs, que la luce a menudo, hasta el actor español Álex García, pasando por Oscar Isaac en la última gala del Met, Bad Bunny o Harry Styles, el gran icono mundial de la moda ‘genderless’.

Dicho esto, y dado que tenemos a olvidar con el paso del tiempo, debemos ser justos con Brad Pitt, porque no es esta la primera vez en la que, como el mismo dice, “pone todo patas arriba” en cuestión de moda. No en vano, allá por 1999 protagonizó una de las portadas masculinas más sonadas de finales del siglo pasado . Infravalorada seguramente entonces, haría muchísimo ruido (para bien) ahora su aparición en Rolling Stone luciendo un vestido mini. Hace casi un cuarto de siglo de aquello que ahora alabamos cuando lo hace Harry Styles.

Dicho esto —al César lo que es del César—, volvemos a la falda, junto al bolso , probablemente la bandera de la moda sin género. Si bien el complemento ha calado mucho más que la prenda hasta la fecha en la calle —no solo en Occidente; en Japón ya era un complemento masculino muy común hace más de una década—, históricamente es la falda quien sostiene sobre sus hombros el peso de la moda libre de género neutro. Con ella ha pasado algo parecido al color rosa en la cultura occidental contemporánea: se ha etiquetado como femenino mediante un proceso de índole social y cultural que ha sido como esa tubería que deja escapar una hilito de agua y nunca se arregla. Al final, cala.

Arraigo histórico

La falda la usaron hombres de culturas tan antiguas como la egipcia, la griega o la romana . Hasta en la Edad Media se lucían con camisa. No nos parece extraño ni menos masculino ver sus representaciones en documentales y películas. Tampoco nos extraña ver a los escoceses lucir su traje nacional, donde el kilt (una falda de cuadros que data del siglo XVIII) es la pieza protagonista. En cambio, vemos a un hombre contemporáneo lucir falda, por elegante y bonita que sea, y la mente, que es prejuiciosa por naturaleza y tiende a etiquetar si no la educamos y frenamos para que no lo haga, activa el horrible modo “hay algo que no me cuadra”.

Es lo más habitual por eso que llamamos arraigo cultural, lo que hemos mamado desde pequeños. Lo cual no quiere decir que sea lo correcto siempre. De hecho, suele ser al contrario. Por eso, ya va siendo hora de “ponerlo todo patas arriba” como Brad Pitt en cuestión de estética. No tienes que rebelarte a través de tu armario si no te sientes capacitado para ello o, simplemente no te apetece porque no te ves llevando falda con la naturalidad con la que luces un pantalón, pero sí cambiar el chip para eliminar ideas preconcebidas equivocadas como que las faldas o los vestidos son prendas exclusivamente femeninas. Eso se acabó.

Así lo han demostrado los grandes diseñadores y firmas del momento en sus colecciones recientes. Ya no es una novedad o una rareza encontrar faldas en sus propuestas, sino que esta es un elemento común. Loewe, Burberry, Fendi o Gucci son firmas que reivindican las virtudes de la falda en el armario masculino. Y, como decíamos antes, son varias las estrellas internacionales que la lucen en sus apariciones públicas sin darle importancia. Se la da la opinión pública con la mirada condicionada.

Desgraciadamente, no ocurre lo mismo “a pie de calle”. Basta con hacer una búsqueda en Google con palabras clave “falda masculina comprar” para darnos de bruces con la realidad: encontramos un páramo como respuesta, con un sinfín de propuestas femeninas y algún reducto esperanzador de firmas accesibles a nivel económico que sí apuestan por la falda masculina en sus colecciones. Es el caso de la firma española Daves Brand. Se echa de menos que marcas de peso también la hagan hueco, con naturalidad, en sus propuestas.

Habrá quien piense que la falda es más incómoda que el pantalón y quien opine lo contrario. Habrá a quien no le guste estéticamente, e incluso quien considere insuficiente para naturalizar el uso de la falda masculina que la mayoría de diseños sean tipo kilt, sueltos y holgados —y tendrán razón desde este punto de vista porque apenas se ven faldas de tubo, por ejemplo—, pero este tipo de debates hace dos telediarios no existían porque la falda directamente no era una opción para los hombres. Queda camino, por supuesto, pero si vemos el vaso medio lleno y no medio vacío nos daremos cuenta de que vamos por el camino correcto. Que la falda de hombre sea tendencia no es una calle sin salida como lo era que directamente estuviera vetada, lo cual es, cuanto menos, un punto de partida a celebrar.

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