El armario de Oscar Isaac en 'Secretos de un matrimonio' o cómo aprender a hacer el mejor uso del estilo minimalista
Oda a los looks del personaje de Jonathan en una de las miniseries que más está dando de qué hablar esta temporada
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Iniciar sesiónLo confesamos, en la redacción de Summum tenemos una nueva obsesión: el armario de Oscar Isaac en la miniserie de HBO Secretos de un matrimonio . ¡No se puede decir más con menos!
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Ese es el primer pensamiento que a una le viene a ... la cabeza al ver cada look que lleva Jonathan, que es como se llama el personaje que interpreta Isaac en esta producción que está inspirada a su vez en la película homónima de 1973 dirigida por el sueco Ingmar Bergman. Tiene una parte de verdad esa sensación inicial porque el estilo es el minimalismo elevado al cubo. Los diseños lisos predominan durante todos los capítulos y la paleta de colores está repleta de tonos tierra y clásicos como el gris y el azul, por lo que tampoco emiten una fuerza especial. Sin embargo, el armario de Jonathan es hipnótico: desde un punto de partida discreto consigue ser un elemento diferencial en una miniserie en la que, por cierto, tanto el actor de origen guatemalteco como Jessica Chastain están sublimes, como para que les den ya todos los premios del año dentro de la categoría de drama.
Imposible decir más con menos
¿Cómo puede decir tanto un estilo a priori apagado? Seguramente hay dos motivos que destacan por encima de todo en la obra maestra de vestuario que ha firmado la estilista y diseñadora de vestuario Miyako Bellizzi, responsable de este apartado en Secretos de un matrimonio .
Por un lado, la calidad excelsa de las prendas, que “canta” a simple vista. Se ve tan buena la materia prima de las piezas que, sin saber su marca, es evidente que son de primer nivel y eso se transmite en unas ganas irrefrenables de meterse en esas prendas.
Por otro lado, el formato de la miniserie, donde cada capítulo transcurre en un espacio tiempo prácticamente real, de manera que los looks se mantienen en escena durante todo el capítulo. Son parte de la personalidad de los dos protagonistas y hablan de su estado de ánimo tanto como el propio lenguaje gestual y verbal de Isaac y Chastain en el papel de Jonthan y Mira respectivamente. El espectador ve durante mucho tiempo la misma ropa, a diferencia de lo que ocurre en la mayoría de series y películas, por lo que tiene tiempo de enamorarse del vestuario. La propia Miyako Bellizzi lo explicaba en una entrevista reciente para la edición norteamericana de GQ: “Es un estilo que no es estilo callejero, no es un editorial de moda, es un espectáculo hiperrealista . Creo que muchos chicos pueden identificarse con decir, 'Oh, puedo verme usando eso' ". No puede tener más razón Bellizzi porque ¿acaso alguien diría que no a unas New Balance 993 en color tierra como las de Jonathan? Es difícil encontrar una deportiva que se adapte mejor a lo que pide el cuerpo en otoño.
Detalles como el guiño al universo sneakers, hoy ya muy asentado en las generaciones maduras y no solo en las más jóvenes, demuestra la capacidad de Bellizzi para interpretar las tendencias actuales y adaptarlas a un personaje como el de Jonathan . Esta es otra de las claves del vestuario sobresaliente del personaje, a lo que por supuesto también ayuda el arte del propio Oscar Isaac, importante para que la ropa crezca una vez cobra vida sobre el cuerpo de su portador. No es lo mismo ver esos pantalones de pana holgados colgando de una percha que sobre la piel del atractivo actor estadounidense que también forma parte del elenco de la peli de moda, Dune , protagonizada por dos de los jóvenes que más y mejor juegan con la moda precisamente: Thimotée Chalamet y Zendaya.
El punto de jerseys y rebecas -otro detalle de moda, como las camisas de estilo utilitario-, la pana, el algodón de la camisa de cuadros que luce con camiseta blanca debajo, el tweed de una americana… el despliegue de tejidos del armario de Jonathan, cortito pero muy elegido, sostenible , es espectacular a lo largo de la miniserie. Y todo este conjunto de detalles hace que muy pronto, si te gusta la moda, estés entregado como espectador a su armario. Prueba de ello es que hasta te apetece combinar unos joggers de estar por casa con un cárdigan tal y como hace él porque te parece que queda bien. ¡Es que queda realmente bien! Vale, también suma que la rebeca sea de Dries Van Noten...
Horas de pruebas
Lo que pueden parecer outfits sencillos, casi improvisados para darles apariencia hiperrealista, son en realidad el resultado de muchas horas de pruebas de Miyako Bellizzi, consciente del peso que iba a tener la ropa en el resultado final de la serie por la de metraje en la que se repiten los mismos conjuntos en escena, y Oscar Isaac con el equipo de fotografía en los distintos espacios de la casa donde se desarrolla buena parte de la trama de la miniserie dirigida por Hagai Levi.
No es casualidad, ni mucho menos, que el suéter mostaza de Loro Piana brille con luz propia como lo hace en la serie. ¿Quién no se lo regalaría a su pareja para que no se lo quite de encima en todo el invierno? Sin embargo, no es esta la prenda favorita de la estilista de la serie, que en distintas entrevistas ha destacado otro jersey como su pieza preferida del vestuario de Jonathan: el suéter gris que Isaac usa en el primer episodio de la serie, una prenda que pertenece a una colaboración entre Fear of God y Zegna.
Desde este punto de partida de profesor maduro con una vida estable y un estilo urbano minimalista pero que tiene un inevitable aire moderno de inspiración neoyorkina pese a residir en la fría Boston, Jonathan evoluciona a lo largo de la ficción dibujando una especie de círculo que se cierra al final de la misma. Como su vida, su estilo pasa por una valle en el que se “rejuvenece” , lo cual no siempre es un acierto, como es este caso. Pero al final del show, Bellizzi, que había hecho pasar a Jonathan por ese “bache de estilo” a propósito, remata su trabajo con un lookazo final de aúpa cuando viste a Isaac con un elegantísimo traje de Prada y un abrigo blanco y negro de Gucci que es a guinda final a un pastel que hemos disfrutado, como espectadores amantes de la moda (y de las buenas series), hasta la última miga.
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