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Cómo vestir para ir a una boda sin traje

Si los tiempos cambian, ¿el protocolo también debería hacerlo? Te contamos cuándo sí puedes acudir a una ceremonia sin necesidad de recurrir al clásico dos piezas

El tipo de ceremonia determina el poder huir del traje en una boda Preston Konrad
María Aguirre

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Estamos en una época en la que probablemente habría que redefinir algunas costumbres que vienen marcadas por el protocolo debido a que estas cada vez tienen más difícil sobrevivir ante el empuje de los nuevos tiempos. Aun así, todavía existen algunas que resisten en pie pese a las dificultades, como si del Coliseo romano se trataran. Una de ellas es el traje.

Muchos lo tienen arraigado a modo de uniforme de trabajo y otros simplemente recurren a él tras recibir una invitación para un evento. En este segundo caso, hay quien recurra a la zona de su armario donde tiene su traje favorito , el reservado para las bodas, o simplemente el único que tiene. Esto les pasa incluso a aquellos que abanderan el estilo urbano que con tanta fuerza se ha impuesto en los últimos años, cada vez más alejado de lo formal para abrazarse a lo deportivo.

Sin embargo, pese a que todavía es mayoritaria la asociación masculina de los conceptos boda y traje, observamos como la fortaleza de dicha unión se está viendo tambaleada por una nueva ola gigante que pretende romper con lo establecido. Dicha ola se debe principalmente a dos motivos: el desapego de las nuevas generaciones a la corbata y la proliferación de las bodas informales .

La mezcla de ambos factores ha hecho que, poco a poco, se esté resquebrajando el muro que mantenía aisladas a las bodas de las tendencias urbanas que dominan el panorama callejero de forma aplastante. Por esas grietas, nuevas opciones han ido colándose hasta conseguir que hoy en día no sea ya tan extraño que un hombre se plantee no ir vestido a una boda con un traje; otros, incluso, se atreven a introducir variedades llevando el traje, como puede ser el calzado deportivo o el cambio de la pajarita por la corbata.

Precisamente son los complementos una opción interesante si has decidido salirte del traje clásico, con zapatos, camisa y corbata. Pero antes de entrar en los detalles, es conveniente recordar que una boda no es un acto al que los invitados acuden en igualdad de condiciones, por lo que son los novios los que marcan qué licencias se pueden tomar a la hora de elegir el look de invitado. Dicho de otra forma: la naturaleza del evento debe seguir primando a la hora de elegir si acudir en traje o no.

No es lo mismo una boda en la playa, donde el traje deja de ser una opción directamente, que un enlace clásico con ceremonia religiosa de por medio y 300 invitados, que una pequeña celebración familiar, por poner tres ejemplos. De hecho, no tienen nada que ver. Por eso, conviene valorar en primer lugar a qué boda has sido invitado, cómo irá vestido el novio (recuerda que es él quien determina la etiqueta), y a partir de ahí valorar el resto de factores que influyen para decantarse por un determinado estilismo. Entre ellos, son decisivos el clima y la fecha, el lugar y, sobre todo, tu gusto personal.

Y es que muchas veces nos olvidamos de que, en moda, una de las peores cosas que se pueden hacer es ponerse algo con lo que uno no está a gusto. Básicamente porque le hará parecer ir disfrazado. Por eso, es importante ser fiel a uno mismo , incluso cuando las circunstancias obligan a escoger entre algo que no estás acostumbrado a llevar. Afortunadamente, existen tantas opciones en la actualidad a tiro de piedra que no será difícil que encuentres una combinación con la que te sientas plenamente identificado.

Por lo tanto, si la boda reúne las circunstancias necesarias para eludir el traje, o al menos para contemplar otras alternativas, lo mejor es jugar con los detalles para elegir tu outfit. Como citábamos anteriormente, los complementos son una opción válida para escapar del traje clásico. ¿Cómo? Por ejemplo, recurriendo a recursos que le den un toque divertido e informal al look, como puede ser una pajarita o unos tirantes, elementos otrora clásicos y formales a los que muchas firmas han sabido sacar brillo buscando su ‘cara B’, la divertida, colorida e incluso estampada.

Otra opción es la optar por la ausencia de dichos complementos. Deja la corbata en casa y construye un outfit en base al, probablemente, único elemento irremplazable en una boda: la camisa. En el tejido y el corte que sea, según las circunstancias del evento, la camisa será el eje sobre el que diseñar tu estilismo . Para acompañarla, por supuesto, evita los vaqueros a toda costa -salvo que la boda sea al estilo ‘cowboy’...-, y opta por unos chinos que se ajusten a tu gusto y tus características físicas.

Opciones y colores tienes todos los del mundo a tu alcance, pero los grises y azules son una opción segura . Por último, dependiendo del grado de formalidad de la boda, puedes incluir una americana, en un color distinto al del pantalón, o una chaqueta elegante pero de corte más suelto, y un tipo de zapato más o menos informal. La clave, de nuevo, es adaptarse a las circunstancias del evento y encontrar el equilibrio con tu estilo personal.

Una tercera y última opción dentro de los complementos es la del chaleco. Además de formar parte de los trajes de tres piezas que han vuelto a ser tendencia recientemente, el chaleco también tiene vida sin la compañía de la americana. Al igual que ocurre con la pajarita y los tirantes, también ha sido rescatado por creadores que han reivindicado su lado más informal, con diseños originales, en colores más llamativos e incluso con estampados divertidos.

De vuelta a la camisa, solo se nos ocurre una situación en la que la esta pueda ser sustituida para acudir a una boda: si esta tiene lugar en invierno. En estos casos, siempre y cuando sea un enlace informal, el pullover de cuello cisne o vuelto combinado con una americana o un elegante abrigo recto y largo pueden ser también una variable a tener en cuenta, si bien esto es algo que en España se nos presenta en muy pocas ocasiones, ya que los novios suelen preferir aprovechar el buen tiempo primaveral y veraniego para contraer matrimonio.

Para las demás situaciones, incluidas las bodas en la playa, la camisa es determinante, aunque sea en una versión mucho más casual, con el lino como tejido protagonista y con detalles originales en el diseño como, por ejemplo, el cuello Mao sustituyendo al tradicional. No te dejes, en ningún caso, el reloj que más se adapte a cada look entre los que dispongas y, si son parte de tus complementos habituales, puedes jugar también con accesorios como los pañuelos y los fulares; incluso también puedes hacer uso de tu imaginación con los gemelos, llevándolos con una camisa que los requiera aunque dejes la corbata en casa.

En definitiva, como siempre que nos referimos a algo que tenga que ver con la moda, la fórmula perfecta es toda aquella que combine de forma equilibrada la imaginación, la personalidad y el buen gusto con las características específicas del evento para el que uno ha sido invitado y con las tendencias del momento.

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