Por qué el pelo se cae más después del verano y cómo evitarlo
El sol, el cloro de las piscinas o la sal del mar debilitan el cabello, lo que puede acelerar su pérdida semanas después
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El verano no solo envejece la piel, también deja huella en el pelo. Los rayos solares, las altas temperaturas, el cloro, la sal y otros factores, como la falta de descanso o los desequilibrios en la alimentación debilitan el cabello. Aunque en el pelo largo ... son más evidentes los daños del verano, todos sufren y también es habitual que se aprecia más la caída. No hay que alarmarse, porque se trata de algo normal, según los expertos por el ciclo de vida del cabello, pero es importante saber distinguirla de un problema más grave, como es la alopecia.
A lo largo del año, el cabello pasa por tres fases: crecimiento (anágena), reposo (catágena) y caída (telógena). Y en otoño, o incluso a finales del verano, es cuando el cabello suele entrar en la fase telógena. «Es un proceso de renovación natural. El cabello que cae en otoño es, en realidad, un cabello que 'murió' en primavera o principios de verano», explica el doctor Ian Zylberberg, cirujano capilar de Face Clinic. «Factores como el estrés oxidativo provocado por la exposición solar, el cloro de las piscinas o la sal del mar durante el verano, pueden acelerar el paso del cabello a la fase de caída, haciéndola más evidente al llegar septiembre y octubre».
Abel Evert, especialista en diagnóstico y tratamiento de alteraciones del cabello, y director técnico de Henao Hair, añade que «los rayos UV dañan la cutícula del cabello, lo resecan y lo vuelven quebradizo. Esto no suele causar caída desde la raíz, pero si hace que el pelo se rompa más fácilmente. El agua con cloro o sal del mar eliminan lípidos protectores del cuero cabelludo y del tallo capilar, debilitando el cabello. A finales de verano o principios de otoño suele ser la época donde más personas notan que se les cae el pelo (septiembre-noviembre), probablemente influya la exposición del cabello en verano».
Diferenciar la caída del pelo de la alopecia
Caída del pelo y alopecia no son sinónimos, y es importante saber diferenciarlos. La caída del pelo tras el verano es estacional, y reversible, aunque es normal que muchas personas se preocupen y consulten a profesionales. Por su parte, la alopecia, que puede generar calvas o pérdidas importantes de cabello, no es reversible, normalmente, salvo que se recurra al injerto capilar.
Para saber cómo diferenciarlas, Abel Evert nos da varias pistas: «la cantidad de cabellos que caen, en la caída estacional pueden ser de 100 a 200 al día (teniendo en cuenta que es normal perder de 50 a 100); en la alopecia el número de cabellos es indefinido y constante. En la caída estacional al examinar el cuero cabelludo, se observan pelitos nuevos que empiezan a crecer, pero en la alopecia, se ven pocos cabellos en fase de rebrote. Otros signos de alarma de la alopecia son el pelo muy débil y afinado, zonas claras del cuero cabelludo, picor o descamación persistente».
Ante la duda, lo mejor es siempre consultar con un profesional, para que pueda realizar un diagnóstico eficaz.
Qué hacer para prevenir y frenar la caída del pelo tras el verano
Es normal que con el fin del verano se multipliquen los anuncios de champús, lociones y suplementos anticaída. ¿Sirve de algo utilizarlos? Abel Evert cree que «son un refuerzo externo para mantener el equilibrio tanto a nivel de cuero cabelludo como en la fibra del cabello. Los champús ayudan a equilibrar posibles alteraciones y a una correcta limpieza, las lociones o tónicos capilares ayudan a activar el riego sanguíneo que impulsa el crecimiento y detiene la caída, y los suplementos son un extra para el sistema inmune, que promueve el fortalecimiento del cabello y frenar la caída. En la mayoría de los casos estos productos contienen ingredientes como la cafeína, la levadura de cebada, glándulas estaminales de las plantas, biotina, complejo B, indispensables para el mantenimiento y optimización del cuero cabelludo. Siempre se recomienda emplearlos como terapias de choque, un mínimo de tres meses».
Además, para fortalecer el cabello existen tratamientos médicos como la mesoterapia capilar, el plasma rico en plaquetas (PRP) o el láser de baja potencia. Los expertos aconsejan personalizar los tratamientos para que funcionen. El doctor Zylberberg explica que «con la mesoterapia, llevamos los nutrientes exactamente donde el folículo los necesita. No solo frenamos la caída, sino que nutrimos el folículo desde dentro, estimulando el crecimiento de un cabello más fuerte, grueso y con más brillo. Es como un tratamiento de 'superalimentos' directo a la raíz».
En el caso del PRP, se utiliza el propio plasma del paciente que, como explica el doctor Javier Rivero de Clínica Ferraro, «estimula la circulación sanguínea, fortalece los folículos pilosos y promueve el crecimiento del cabello nuevo. El plasma es rico en factores de crecimiento, estimulando la regeneración celular y el crecimiento capilar».
Por otra parte, también es posible utilizar fármacos, que deben ser prescritos por médicos, como el minoxidil.
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